Por El Camino Correcto: Estructurando Su Clase de Escuela Sabática para el Éxito – Parte 1

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Una vez al año, los chicos de las clases de Escuela Sabática de mi congregación son llamados al frente del santuario. Con sonrisas en sus caras, reciben certificados y, en muchos casos, son « promovidos » a sus nuevas clases.

Un sábado en particular hace varios años, veía esta ceremonia con temor y temblor, ya que marcó el inicio de una nueva temporada en mi « carrera » como maestro de Escuela Sabática. Yo había dado clases a adultos, adolescente, primarios y preescolar. Sin embargo, recientemente enseñé a niños de 2 y 3 años de edad. Y si la enseñanza a niños de 3 años no era lo suficientemente intimidante, mis tres constante niños de 3 años fueron promovidos a la clase de preescolar. Me embarcaría en una nueva frontera en nuestra congregación (música siniestra, por favor): enseñando a niños de 1 año. Tres de ellos. (¡Y digo esto con una tonelada de amor porque una de ellos era mi hija!).

¿Por qué es tan intimidante la enseñanza a niños de 1 año?, se preguntará. Después de todo, sólo tienen un año de edad. Sólo canten canciones Bíblicas, lea un cuento con ellos y permítales jugar. Si se divierten, no lloran demasiado ni distraen a sus padres de sus clases, la clase es un éxito, ¿correcto?

No tan rápido.

¿Es así cómo se mide el éxito de la educación cristiana? ¿Exponer a las personas a la Biblia y mantener su interés para que se vayan con una sonrisa en su rostro?

Definiendo Éxito: Objetivos Instruccionales

Independientemente de la edad de los alumnos a quienes enseñemos, una tarea crítica en la educación es definir éxito. ¿Cómo sabemos que una clase en particular ha sido exitosa? ¿Qué tal un trimestre o un año entero? Sus estudiantes, ¿han crecido o aprendido algo importante como resultado directo de su clase, o ha sido simplemente tiempo ocupado?

¿Cómo puede saberlo? ¿Puede demostrarlo?

Aquí es donde los objetivos instruccionales entran en escena. Un objetivo instruccional es una declaración que define en términos concretos y medibles que es lo que los estudiantes deben ser capaces de hacer como resultado de su instrucción.[ref]Mager, R. (1997).  Preparando objetivos instruccionales.  Atlanta: El Centro de Rendimiento Efectivo, p. 3[/ref] Esto es realmente importante, así que lo invito a leerlo de nuevo y a decirlo en voz alta para que pueda encontrarle más sentido: « Un objetivo instruccional es una declaración que define en términos concretos y medibles que es lo que los estudiantes deben ser capaces de hacer como resultado de su instrucción. » Los objetivos son el objeto o finalidad, de su instrucción.

Objetivos Instruccionales

Los objetivos instruccionales giran en torno a las acciones que pueden ser observadas a partir de lo que usted, como instructor (p. ej. « Experto ») ha decidido que es importante.  Los objetivos se pueden identificar para cada grupo de edad. Adultos, adolescentes, niños. Incluso los niños pequeños.

Si el éxito instruccional puede ser identificado para los niños pequeños, los objetivos instruccionales son incluso más potentes ya que pueden ser identificados para niños mayores.

Por ejemplo, como profesor de niños de 1 año, he identificado algunas verdades teológicas fundamentales que son lo suficientemente simples como para que los niños pequeños sean conscientes de ellas. Cosas como que Jesús los ama, que la Biblia es la palabra de Dios y debe ser reverenciada y que Dios hizo todo.  Sin embargo, no quería simplemente enseñar a mis alumnos estas cosas, ¡quería estar seguro de que les había enseñado estas cosas!  Quería comprobarlo.

Defina Éxito

En consecuencia, antes de mi primera clase, he definido el éxito de la misma. Decidí que tendría que saber que mi primer trimestre enseñando a estos estudiantes había sido un éxito si, al final del trimestre, mis alumnos eran capaces de hacer lo siguiente:

  • Cantar (o en mímica) Jesús Me Ama (con un 75% de precisión).
  • Manejar (Tocar) las Biblias sutilmente durante al menos 1 minuto.
  • Nombrar a Dios como su Creador y como el creador de todas las cosas.

Estos son los objetivos instruccionales.  Al final del trimestre, guío a mis alumnos en todas estas actividades (así como en otros 15 objetivos que no compartí). Cantamos Jesús Me Ama. Yo les daba una Biblia ilustrada y les invitaba a mirar y a pasar por sus páginas durante un minuto. Les pregunté quién los hizo y quien hizo a los pájaros y quien hizo los árboles.

Si ellos podían hacer estas cosas de acuerdo a mis objetivos… ¡¡¡éxito!!! Mis estudiantes habrían aprendido algo importante como resultado de mi clase…y tendría pruebas de que todas las horas que pasé cincelando a los bebés de 1 año y aplacando sus lágrimas dieron sus frutos.

Del Objetivo a la Instrucción

Lo que no queremos hacer es definir el éxito y luego prepararnos para el fracaso.

En virtud de que los objetivos definen que es importante, o más bien nuestro propósito, para la instrucción, estos deben moldear el cómo  hacemos uso de nuestro tiempo en la clase.

nuestros objetivos moldean el cómo hacemos uso de nuestro tiempo. - Amber Riggs Click To Tweet

¿Qué papel juegan los objetivos instruccionales en la forma en que conduzco una clase de Escuela Sabática?

En el ejemplo de enseñar a niños pequeños, si defino que los propósitos de mi clase son que mis alumnos aprendan a cantar o a hacer en mímica Jesús Me Ama y a manejar las Biblias sutilmente, entonces voy a dedicar tiempo de nuestra clase a enseñarles a cantar Jesús Me Ama y a tocar las Biblias sutilmente. Si no pasamos tiempo cantando Jesús Me Ama y tocando Biblias sutilmente, el final del trimestre llegará, cuando les entregue una Biblia ¡le arrancarán una página!

Cuando haga la planificación de un trimestre completo de la Escuela Sabática, tomaré mi lista completa de objetivos y, a continuación, decidiré a qué objetivos me enfocare cada semana. Por ejemplo, podría enseñar Jesús Me Ama la primera semana cantando y haciendo mímica un par de veces. También podría enseñarles un poco acerca de la importancia de la Biblia y dejarlos practicar tocándola sutilmente.  La siguiente semana, nuestro objetivo podría ser capacitarlos para poder nombrar a Dios como su Creador y como el creador de todas las cosas, así que nuestro horario de clase se centraría en estas actividades. Se les preguntaría quién hizo los cachorritos, las nubes, los árboles, el agua, las manzanas, y así sucesivamente. No obstante, también cantaremos Jesús Me Ama y nuevamente practicaremos tocar la Biblia sutilmente.

Seguiremos practicando estas cosas semana tras semana, añadiendo nuevos objetivos en la medida en que se sienten más cómodos con las viejos. No te preocupes, ¡nos divertiremos mucho haciendo estas cosas! ¡Sin embargo, la diversión no quita el énfasis del propósito –el objetivo instruccional– de la clase!

Los Objetivos Instruccionales proveen un mapa al éxito.

En pocas palabras, independientemente de la edad demográfica, los objetivos instruccionales nos proveen de un mapa de lo que enseñamos.  Nos ayudan a enfocar nuestro tiempo de instrucción de modo que no se incline a enseñar algo que no hemos considerado de suma importancia para un determinado grupo de estudiantes en un momento determinado.  Nos ayudan a que un estudio Bíblico de Efesios se concentre en el tema de la edificación del Cuerpo de Cristo, en lugar de desviarnos a buscar el significado de los 1335 días de Daniel. (¡Y ustedes saben cuan fácilmente puede suceder!)

Los objetivos instruccionales nos proveen de un mapa de lo que enseñamos. - Amber Riggs Click To Tweet

Escribiendo Objetivos

Hay un arte y una ciencia para escribir objetivos que estructuran una sesión de enseñanza para el éxito. En la segunda parte de esta serie, exploraremos los tres componentes de un objetivo bien escrito. También examinaremos cómo evitar los errores más comunes que las personas cometen al escribir los objetivos. Y por último, vamos a probar nuestras habilidades en algunos casos de estudios.


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Amber Mann Riggs
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Amber Mann Riggs lives near Eugene, OR, with her husband and four daughters. She writes at ambermannriggs.com.