por Chinelle Flood
La Interpretación Bíblica podría describirse mejor como una Expedición Interpretativa. ¿Por qué una expedición? La palabra «expedición» tiene un timbre tentador. Instantáneamente anima los sentidos a algo mucho más allá de un simple viaje por la ciudad a la ferretería local. Sugiere aventura, llena el aire con especias, se asoma a lugares exóticos y tiene cazadores de tesoros que agilizan sus pasaportes.
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Para cuando un estudiante de la Biblia haga su camino a través del viaje de la interpretación, habrá sido transportado a un tiempo antiguo, observado textos sagrados pero vivos, discernido su propósito, tocado lo que es santo, y habrá encontrado, a través del poder del Espíritu Santo, un camino claro y aplicable que le acercará cada vez más a ser como Cristo y a conocerle mejor.
Etapas de la Expedición
La primera etapa del viaje consiste en descubrir qué significó el texto para la audiencia original. Una vez que tenemos una idea de lo que dice el texto, pasamos a determinar el contexto literario e histórico-cultural del pasaje.
La etapa dos mide las diferencias entre la audiencia bíblica y nosotros. En lo que respecta a la audiencia del Antiguo Testamento, estamos separados por el pacto, el idioma, la cultura, etc., que a menudo hacen que la diferencia, o el río, sea muy ancho.
Las dos primeras etapas nos prepararon perfectamente para la tercera etapa crucial de construir un puente, uno hecho de principios. Los principios deben ser atemporales. Deben corresponder a la enseñanza del resto de las Escrituras y ser relevantes tanto para nosotros como para la audiencia original.
Cómo Determinar el Significado y los Principios
Debemos considerar esto a la hora de hacer nuestros principios: «Nosotros no creamos el significado. Más bien, buscamos descubrir el significado que el autor le ha dado allí.»[ref]Duvall, J. Scott & Hays, J. Daniel. Grasping God’s Word: A Hands-On Approach to Reading, Interpreting and Applying the Bible, 3rd ed. Grand Rapids: Zondervan, 2012. 195[/ref] También debemos asegurarnos de que nuestros principios sean consistentes con toda la Escritura. Si nuestros principios se contradicen de alguna manera, entonces tenemos que volver a la mesa de dibujo.
«Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra.» (2 Timoteo 3:16-17 NVI).
Dado que las Escrituras son inspiradas por Dios y los principios que estamos ideando son, en última instancia, para su aplicación, entonces deben estar en armonía con el resto de la Biblia.
Aplicando los Principios en Nuestra Expedición
La etapa final de la expedición plantea esta importante pregunta: ¿Cómo aplicamos los principios descubiertos en nuestra expedición para acercarnos a Dios, conocerle mejor y darlo a conocer?
Las Escrituras, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, están vivas y activas (Hebreos 4:12). Este no es un libro ordinario lleno de cuentos de hadas, sino historias verdaderas y vivas que pueden vivir y seguirán viviendo a través de nosotros que creemos, pero debemos ser diligentes para desenterrar el tesoro que se encuentra en él a través de un estudio cuidadoso y humilde en oración.
«También se parece el reino de los cielos a un comerciante que andaba buscando perlas finas. Cuando encontró una de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía y la compró.» (Mateo 13:45-46 NVI).
Nota: Este artículo es el resumen de un ensayo escrito originalmente por Chinelle Flood para la clase de Interpretación Bíblica de Artios Christian College y describe las etapas de la Expedición Interpretativa como se establece en el libro de texto Grasping God’s Word: A Hands-On Approach to Reading, Interpreting and Applying the Bible by Scott Duvall and Daniel Hays.
Si desea estar mejor equipado para la emocionante expedición de la interpretación bíblica, considere inscribirse en el curso de Artios, Interpretación Bíblica.
