Reading Time: 2 minutesUna de las grandes maravillas de mi infancia fue que mi papá me llevaba a casi todos lados. Varias veces me llevó con él a la estación de bomberos durante todo su turno de veinticuatro horas. ¿De compras? Iba con él. También íbamos a acampar, a hacer senderismo, a nadar, a bucear, al cine, a realizar trabajos de carpintería.
Íbamos a los partidos de béisbol, a visitar a los vecinos, a todos lados íbamos juntos.
En aquel entonces, era maravilloso acompañar a papá. Un día me llamó su Pepe Grillo, su pequeño J. C. (Jiminy Cricket). “¿Qué quieres decir, papá?”
“Bueno, hijo, es difícil meterse en problemas contigo en mi hombro y conmigo todo el tiempo. Eres como el pequeño Pepe Grillo sentado en el hombro de Pinocho, recordándome lo que es correcto”.
Eso es cierto en todos nosotros. Es fácil pecar y salirse del trillado camino, pero cuando tiene a alguien con usted, sentado en su hombro como el pequeño Pepe Grillo, es un buen recordatorio para hacer lo correcto y no lo incorrecto. En la película clásica de Disney, Pinocho, Pepe Grillo era como la conciencia de Pinocho.
¿Hemos pensado alguna vez en llevar a Jesucristo, el Gran J. C., con nosotros todo el día? Así como Pepe Grillo le recordaba a Pinocho lo que estaba bien y lo que estaba mal, pensemos en tener a Jesús sobre nuestro hombro en nuestra vida diaria.
Considere lo que Isaías dijo: “Tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él” (30:21). ¡Que maravilla! ¡Tener a Jesús constantemente sobre nuestros hombros, recordándonos el camino correcto para caminar en Su Palabra! ¿Alguna vez hemos conducido por la autopista y alguien nos ha cortado el paso? ¿Nos enojamos y mostramos nuestra furia en la carretera? Con Jesús sobre nuestros hombros como nuestra conciencia, diciéndonos: “Este es el camino, sigue manejando”, es posible que no respondamos con hostilidad. La mañana que escribí esto, me cortaron el paso tres veces camino al trabajo. Estaba muy feliz de tener a Jesús sobre mi hombro para recordarme que mantuviera la calma y siguiera conduciendo.
“Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios (Miqueas 6:8). Palabras para vivir con Jesús caminando con nosotros, susurrándonos (y a veces gritándonos) al oído.
Pinocho necesitaba orientación y una conciencia. ¿Somos como él? Mirando hacia atrás, sé que mi papá me amaba tanto que me quería con él como su Pequeño J. C.
A medida que avanzamos en esta vida, con todos los tirones y deseos del pecado que este mundo ofrece, ponga a Jesucristo sobre su hombro. Llévelo con usted a todas partes. Recuerde Sus caminos y camine en ellos.
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