En Misión . . . en Burundi

Burundi es un país ubicado en el este de África, que limita con el lago Tanganica, Ruanda, Tanzania y la República Democrática del Congo. En el pasado, fue gobernado por Bélgica.

Más del 90 por ciento de la gente en Burundi cree en Dios, y hay diferentes denominaciones, incluidas las iglesias católica, protestante y adventista. Hay muchas iglesias pentecostales en este país y tienen nombres diferentes. También existe el islam.

Por lo tanto, en la Iglesia de Dios enseñamos más sobre la salvación y la segunda venida del Señor Jesucristo, enfatizando las tres obras del Espíritu Santo de Juan 16:8: convencer de pecado (los mandamientos), la justicia (Mateo 25:1-46) y el juicio (Hebreos 9:27). Continuamos interpretando el mensaje profético de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6-13.

El mensaje de la Iglesia de Dios (Séptimo Día) es único, ya que tenemos diferencias doctrinales con otras iglesias protestantes.

Sufrimiento

Es posible que usted sepa que la guerra ha debilitado enormemente a Burundi. Ha pasado por muchos períodos de guerra en su historia, incluida la guerra étnica. Tan recientemente como en 2015, una crisis de las elecciones presidenciales creó un gran disturbio en el país, cerrándolo a la oportunidad recibir ayuda. Aunque actualmente estamos agradeciendo a Dios por tener paz, los conflictos anteriores han causado que la gente pierda sus trabajos. La vida es aún más difícil con la pandemia de coronavirus que se está extendiendo por todo el mundo y ha impactado a Burundi. Pero damos gracias a Dios porque Él continúa protegiéndonos junto con Su iglesia en este lugar, a pesar de que la gente no tiene suficiente comida y tiene hambre.

Aunque la vida es difícil en Burundi y muchas personas están tratando de ver como consiguen comida cada día, aman a Dios y quieren escuchar el evangelio. Predicamos las buenas nuevas y lo hacemos más efectivamente al educar a nuestros evangelistas sobre cómo acercarse a las personas y consolarlas en sus problemas. Estos evangelistas muestran su amor y compasión ayudando a las personas en sus necesidades y amándose unos a otros al ayudarlos con los problemas.

Crecimiento

El crecimiento de la CoG7 en Burundi continúa de manera positiva. Damos gracias a Dios por Su gracia. La Iglesia continúa enseñando a nuestros líderes a través de varios seminarios para que puedan ser buenos líderes, y para que amen su trabajo. Predicamos el evangelio para que muchas personas reciban a Jesucristo y acepten el bautismo de las diferentes iglesias. Actualmente tenemos al menos una iglesia en siete de las dieciocho regiones de Burundi: Bujumbura, Makamba, Rutana, Bubanza, Cibitoke, Ngozi y Karuzi. Esperamos abrir iglesias en las regiones restantes.

A pesar de todos estos esfuerzos, no faltan desafíos, tales como encontrar lugares para adorar. Por ejemplo, la iglesia de Bujumbura aún no ha encontrado un lugar oficial para sus servicios. Solo estamos tomando prestada la instalación actual. Otro desafío al que me enfrento como líder en Burundi es visitar las iglesias para consolarlas y animarlas.

Para fortalecer la iglesia, una de nuestras metas es ayudar a quienes han recibido el evangelio a crear pequeños proyectos cooperativos económicos y capacitar a esas personas para que los cuiden bien. Estas cooperativas pueden ayudarles a simplificar su vida diaria y seguir la Palabra de Dios en un solo corazón.

Otro objetivo es conseguir un proyector para que podamos compartir el evangelio a través del cine, ayudando así a que las personas lo comprendan mejor. Debido a que el transporte en Burundi es difícil, queremos comprar un automóvil en un futuro no muy lejano para facilitar los viajes a las iglesias de todas partes, y queremos comprar bicicletas para que los evangelistas apoyen la adoración en nuestras congregaciones. También queremos imprimir libros en kirundi, swahili y francés para enseñar la fe de nuestra iglesia.

Testimonio

Nací en la Iglesia Católica. Después, cuando pude tomar mi propia decisión, me uní a la iglesia pentecostal. Sin embargo, cuando me di cuenta de que el día de reposo no era el domingo, dejé esa iglesia y me uní a los adventistas del séptimo día (1995-2003). En 2003, inicié la Iglesia de Dios (Séptimo Día) en Burundi. Sin embargo, debido a las dificultades con el gobierno en ese momento, comenzamos como Messagers de Dieu du 7ème jour au Burundi, o Mensajeros de Dios del Séptimo Día en Burundi.

En 2005 recibimos el permiso del gobierno y nos convertimos oficialmente en la Iglesia de Dios (Séptimo Día) en Burundi. Mi segundo motivo para comenzar un nuevo ministerio fue la insatisfacción con la fe y las enseñanzas de la iglesia adventista basadas en las profecías de Elena G. de White. La Iglesia Adventista del Séptimo Día hizo que sus enseñanzas fueran más importantes que la Biblia, así que comencé a buscar una iglesia que solo tuviera buenas enseñanzas bíblicas. En ese momento pensé en comenzar una iglesia llamada Iglesia de Dios (Séptimo Día), sin saber que ya existía en alguna parte.

Mirando hacia atrás en mi vida, este período de tiempo tuvo un efecto profundo en mi ministerio. Debido al llamado que había recibido, quería dedicarme a dar todo lo que tenía como líder. Mientras pudiera ayudar a que el ministerio de la Iglesia creciera en nuestro país, tenía que llevar el mensaje que me habían dado a Burundi y gastar todo el dinero que tenía, aunque no tenía suficiente.

Como resultado, conocí a seres queridos que tenían sed de unirse a la Iglesia. Cuando eran pobres, tuve que ayudarlos a vivir y encontrar un lugar de adoración para que pudieran unirse a nuestra iglesia. En ese momento también conocí enemigos que lucharon contra mí y querían disuadirme de continuar mi ministerio en este país. A pesar de todos los desafíos que enfrenté, Dios continuó ayudándome. Mi objetivo es terminar mi ministerio de manera segura y descansar en paz y esperar mi corona.

Después de investigar en Internet, descubrí que la CoG7 ya estaba establecida en Estados Unidos y en otros países de África. Escribí una carta y la envié a la CoG7 en Estados Unidos, y recibí una respuesta en 2004 del pastor Bill Hicks. Después, el pastor John Njogu y el pastor Robert Crawford me visitaron. En 2015, los siervos de Dios vinieron a la iglesia de Burundi nuevamente cuando el pastor Crawford, el pastor Njogu y el hermano Bryan Cleeton visitaron las regiones de Bujumbura y Ngozi. Ese viaje fue un gran éxito y provocó un rápido crecimiento de la Iglesia. Sus visitas nos animaron al saber que la Iglesia tiene hermanos en todo el mundo. Gracias, y que

Dios bendiga Su obra en todo el mundo.

En 2017, recibimos una carta oficial del Congreso Ministerial Internacional (IMC, por sus siglas en inglés) para que la Iglesia en Burundi se convirtiera en miembro de IMC. Nos sentimos felices y honrados por esta decisión.

En nombre de la Iglesia en Burundi, damos muchas gracias al IMC de la Iglesia de Dios (Séptimo Día).

Que Dios los proteja y bendiga en gran manera.

 

El pastor Alexandre Masumbuko vive en Bujumbura, Burundi, con su esposa Beatrice Bukuru con quien ha estado casado por 39 años. Tienen siete hijos.

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