Atravesando el valle de sombra de muerte,
Igual que David, nuestro antepasado bíblico,
Nunca estamos solos en nuestro sufrimiento.
La vida sigue cobrando el castigo,
Donde al faltar el aliento puede significar la eternidad,
Atravesando el valle de sombra de muerte.
Como luz que sigue brillando de estrellas muertas tiempo atrás,
En momentos de esperanza apagada,
Nunca estamos solos en nuestro sufrimiento.
Pasar por el ojo de una aguja
Como Job, “Ha venido sobre mí lo que temía”
Atravesando el valle de sombra de muerte.
Nos acostumbramos a todo, excepto a partir,
Sin embargo, Dios está con nosotros en nuestras pruebas.
Nunca estamos solos en nuestro sufrimiento.
Cuando los corredores están a punto de romper la cinta final
-la última y más importante- carrera de la vida,
Attravesando el valle de sombra de muerte,
Nunca estamos solos en nuestro sufrimiento.
Robert B. Robeson