Recordando lo Que Dios Ha Hecho

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Cuando atravesamos tiempos difíciles, tiempos oscuros, el Señor nos dice que recordemos que nada es imposible para Él y que Él está con nosotros. El consuelo puede venir si recordamos momentos del pasado en los que Él ha venido en nuestra ayuda. Los milagros y las promesas de Dios traen esperanza y valor para ayudarnos a afrontar nuestras tribulaciones.

Monumentos bíblicos

El Antiguo Testamento contiene muchos ejemplos en los que Dios ordena a los israelitas que utilicen piedras para recordar.

En Éxodo, Dios ordenó a Moisés que inscribiera los nombres de los hijos de Jacob en dos piedras de ónice, con seis nombres cada una, para que el sumo sacerdote las llevara sobre los hombros, encima del pectoral. El pectoral llevaba doce piedras preciosas, cada una con el nombre de una de las doce tribus, y cubría el pecho del sumo sacerdote. Todo Israel estaba representado ante el Señor, un recordatorio de la promesa del Señor de estar siempre con ellos y cuidar de ellos (Éxodo 28:12; 16-21).

En Josué, antes de que el Señor detuviera el flujo del caudaloso río Jordán en la temporada de inundaciones, le ordenó que eligiera a doce hombres, uno de cada tribu. Después de que los sacerdotes que llevaban el arca del pacto entraran al agua, el río dejó de fluir, y todo Israel caminó seguro en tierra seca hacia la Tierra Prometida (3:14-17).

Josué ordenó entonces a cada uno de los doce hombres que recogieran una piedra grande del lugar donde los sacerdotes aún permanecían a la orilla del río y que la llevaran sobre sus hombros hasta el lugar donde acamparon para pasar la noche (4:1-5). Allí, en Gilgal, Josué formó un monumento para recordar el poderoso milagro de Dios y declaró: “Estas piedras servirán de monumento conmemorativo a los hijos de Israel para siempre” (v. 7).

Samuel también usó una piedra para ayudar al pueblo a recordar la fidelidad de Dios. Cuando el poderoso ejército filisteo venía a atacar a los israelitas, el miedo se apoderó de ellos y el pueblo le rogó a Samuel que orara por ellos. Samuel sacrificó un cordero perfecto y, mientras aún oraba, el Señor dispersó a sus enemigos. Los israelitas los persiguieron y salieron victoriosos (1 Samuel 7:7-13), entonces Samuel levantó una piedra grande y la llamó Ebenezer, que significa “piedra de ayuda”. Luego declaró: “Hasta aquí nos ayudó Jehová” (v. 12).

El tema de las piedras continúa en el Nuevo Testamento. A Jesús se le llama la Piedra Angular y Pedro llama a los creyentes “piedras vivas” (1 Pedro 2:5, 6). Y algún día, nos dice el Señor, nos dará una piedra blanca con un nombre nuevo escrito en ella (Apocalipsis 2:17).

Aplicaciones personales

Un día en mi grupo de estudio bíblico comprendí el significado de estas piedras conmemorativas. Una querida amiga compartió una historia sobre la pequeña canasta de piedras que trajo a la clase. Ella había usado las piedras para compartir su testimonio en una reunión familiar. En cada piedra, había usado un bolígrafo para escribir un evento que celebraba la obra de Dios en su vida: haber nacido en una familia cristiana, el día en que el Señor entró en su corazón, su bautismo, su matrimonio y otras ocasiones.

Yo decidí crear mi propia canasta conmemorativa para compartir mi testimonio con nuestros nietos. Mientras encontraba piedras para representar los dones y momentos especiales del Señor, pensé que los nietos podrían comenzar a recolectar sus propias piedras en memoria de las cosas extraordinarias que Dios hizo en sus vidas.

A mi esposo le gustó la idea y se ofreció a hacerle a cada niño una bolsa de mezclilla con cordón y su nombre bordado. Todos eran pequeños en ese tiempo y decidí reunirme con ellos uno por uno o con otro hermano. Poniendo las piedras que reuní en una canasta grande, creé un esquema de lo que les diría y enumeré algunas piedras con las que ellos podrían comenzar:

  • Comparta Romanos 3:23: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. Elija una piedra manchada de blanco y negro y escriba en ella Pecado.
  • Comparta Juan 3:16 y elija una piedra roja. Dibuje una cruz para representar la sangre redentora de Jesús que pagó nuestra deuda.
  • Escriba Familia en una roca y la fecha en que nacieron. Mencione la bendición de una familia cristiana que los rodea y va delante de ellos.
  • Encuentre una roca cerca de su casa. Escriba Casa, su estado y la fecha.
  • Si han orado para pedirle a Jesús que entre en su corazón, escriba Salvos y la fecha.
  • Escriba Amigos en una piedra y hable sobre a quiénes ven como buenos amigos en su vida.
  • Hable sobre los dones y talentos que el Señor nos da a cada uno de nosotros y vea si tienen algún talento que reconozcan. Escríbalo en una piedra y anímelos a buscar nuevos talentos.
  • Añade una piedra en forma de corazón y escriba Amado. Recuérdeles que Dios los ama siempre y también su familia.
  • Pregunte si Dios ha hecho algo más especial en su vida que quieran recordar. Me sorprendí cuando uno de mis nietos me contó que había visto un ángel cuando era niño.

Hablamos de agregar una piedra de conmemoración cada vez que Dios hizo algo especial en sus vidas, como cuando el Señor responde una oración o hace algo maravilloso. Cuando nuestros nietos se mudaron a Hawái por una temporada, todos agregaron una piedra hawaiana a su bolso. Cuando cada uno se bautizaba, añadíamos una piedra de Bautismo.

Bendiciones

Recientemente, nuestro nieto mayor, que regresó de la universidad en el verano, me sorprendió cuando sacó su bolso y compartió algunas piedras nuevas que había agregado. Me regocijé al ver cómo Dios había usado estas piedras de conmemoración para bendecirlo y ayudarlo a recordar la fidelidad y el amor de Dios.

Después de su boda este verano, le regalé una piedra de ópalo en forma de corazón con la palabra Matrimonio escrita y la fecha.

Las piedras de conmemoración han bendecido a nuestra familia. Quizás algunas piedras fuertes también puedan ayudarle a compartir momentos especiales.

Yvonne Kays
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Yvonne Kays  writes inspirational short story and poetry and co-facilitates Writing from the Heart, a Christian writing support group that meets monthly. Since retiring from substance abuse prevention work in 2010, she has been published in LIVE, God’s Word for Today, The Plus Years, The Christian Journal, Chicken Soup anthologies, and James Stuart Bell’s book, Encountering Jesus. Yvonne is married and lives in Bend, OR.