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El Humilde Liderazgo de Cristo

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Para que el liderazgo sea cristiano, éste debe seguir la enseñanza y ejemplo de Cristo. En otras palabras, el liderazgo debe ser Cristo-céntrico para ser cristiano. Tres pasajes sobresalen ante mí cuando pienso en el liderazgo cristiano.

Servicio y sacrificio

El primero es Marcos 10:35-45, donde Santiago y Juan estuvieron más prestos que los otros diez discípulos en pedir posiciones más privilegiadas y poderosas en el reino de Cristo. La respuesta de Jesús replantea su concepto total del liderazgo. A diferencia de los líderes gentiles que demuestran su autoridad a través de los juegos de poder y dominio, los seguidores de Jesús son llamados a una forma de liderazgo que emula al de Jesús mismo. Este está enfocado en el servicio y sacrificio que obra en el interés más alto de los seguidores. En el reino de Dios el servicio es grandeza.

Pedro, discípulo de Jesús, mas tarde escribe una carta a los seguidores de Jesús esparcidos en todo el mundo, describiéndolos como “expatriados de la dispersión” en varios lugares (1 Pedro 1:1). Ellos eran extranjeros, sobre todo, no porque vivieran fuera de su país natal, sino porque ellos representaban el reino de Dios en el reino de las tinieblas. El contraste es evidente en 1 Pedro 5:1-4, el segundo pasaje. Aquí Pedro hace un llamado a los ancianos para que se apropien los sufrimientos y la gloria de Cristo cuyo pastorado imite al Pastor Principal. Este liderazgo consiste en una vigilancia voluntaria basada en el deseo más de servir, que de codiciar. Es una autoridad que suministra con influencia mediante el ejemplo, en lugar de la coerción mediante el poder. Este liderazgo conlleva una recompensa eterna proveniente del Pastor Principal, que lideraba de la misma manera.

El tercer pasaje se encuentra en la carta de Pablo a Éfeso, donde él hace un llamado a los esposos y esposas a una sumisión mutua dentro del matrimonio (Efesios 5:21-33). El énfasis recae en el esposo que imita el liderazgo de Cristo sobre la iglesia. El esposo es llamado a sacrificarse, amar y cuidar a su esposa como lo haría por su propio cuerpo. La seguridad y belleza de la esposa es su objetivo al nutrirla y abrigarla en su máximo potencial, proveyéndole una vida completa y abundante. Esto es lo que Cristo ha hecho por Su iglesia. Esto es lo que el esposo deberá hacer por su esposa.

En Sus pasos

Estos tres pasajes demuestran el liderazgo cristiano. Este ha de ser Cristo céntrico y seguir los pasos de Cristo. Es un liderazgo en la posición recta vertical del reino de Dios en el cual el primero es el último, el mayor es el menor, y el señor es siervo. Es un liderazgo dirigido a maximizar la belleza y beneficio de los seguidores, más que la condición y poder de los lideres.

Tristemente, como seguidores de Cristo, con frecuencia luchamos en seguir Su ejemplo de liderazgo. Igual que Santiago y Juan, nos encontramos disuadidos por el poder, discutiendo en cuanto a la grandeza, y pensando de nosotros mismos por encima de aquellos a quienes servimos. El liderazgo en el reino de Dios, la iglesia, y la familia, con mucha frecuencia son definidos y ejercidos en términos mundanos. Los líderes ganan prominencia mediante posiciones, fuerza, manipulación, e insistencia en ser obedecidos por sus seguidores. Los seguidores terminan sirviendo a los líderes, en lugar de ser todo lo contrario. La gente sirve como un medio para alcanzar la grandeza, en lugar de reconocer que en el reino de Dios, el servicio es grandeza.

La enseñanza y ejemplo de Cristo y los apóstoles nos llaman a un estilo de liderazgo diferente, el cual es caracterizado por la humildad, el servicio y el sacrificio. Cristo demostró este enfoque humillándose Él mismo, tomando el rol de un siervo, y sacrificándose a Sí mismo por causa del mundo. Cuando Pablo describe este ejemplo en Filipenses 2:1-11, él hace un llamado a todo seguidor de Jesús a imitar a Cristo en esta forma, teniendo la misma actitud que Jesús tuvo. Esto es un recordatorio de que todos somos líderes, ya que todos influenciamos a otros. Como cristianos somos llamados a un liderazgo Cristo-céntrico, sin importar nuestro título o posición.

La manera de Cristo

A los que dirigen como Cristo se les promete el poder y la autoridad para expandir el reino de Dios ahora y disfrutar de la recompensa del Gran Líder por toda la eternidad. No es de extrañar, entonces, que aquellos que ejercen la influencia más piadosa sean a menudo aquellos sin títulos o posiciones de poder. Con frecuencia me sorprende la influencia positiva de mujeres y hombres piadosos que sirven en el fondo, sacrificándose y humillándose a sí mismos ante Dios y los demás. Y también con frecuencia me entristece la influencia negativa de hombres y mujeres impías que esperan que otros sirvan y se sacrifiquen por ellos, inflados de orgullo por su poder y posición.

El problema no está en conceder autoridad o títulos. Cristo mismo colocó líderes dentro del cuerpo (Efesios 4:11), y el Nuevo Testamento es consistente en expresar la necesidad de que se confíe autoridad a algunos en la iglesia. El problema está en la forma en que accedemos esta autoridad y estos títulos. Cuando los enfocamos a través de la perspectiva del liderazgo del mundo, los usamos para nuestro propio poder, estatus, y beneficio. Sin embargo, cuando los enfocamos a través de la perspectiva del liderazgo Cristo céntrico, entonces podemos usar la autoridad y los títulos para facultar a otros, levantar a los quebrantados, y beneficiar a los que servimos.

Esta es la manera de Cristo. Ojalá sea la manera de los líderes cristianos. Ojala que nuestro liderazgo esté marcado por la humildad, el servicio, y el sacrificio. Y también que podamos reconocer a aquellos líderes piadosos a nuestro alrededor que sirven en esta forma Cristo céntrica, particularmente cuando lo hacen sin ninguna autoridad oficial o título.

Israel Steinmetz
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Israel Steinmetz is dean of Academic Affairs for Artios Christian College and pastors New Hope United Church in San Antonio, TX, where he lives with his wife Anna and their eight children. In addition to teaching, Israel is a prolific writer, having co-authored four books and contributed over fifty feature articles to the Bible Advocate. Committed to lifelong learning, Israel holds a Bachelors in Pastoral Ministry, a Master of Divinity, Master of Arts in Theological Studies and is pursuing the Doctor of Ministry from Fuller Theological Seminary.