Una Reunión
Me arrodillo en una orilla arenosa
donde a menudo he estado antes
aunque por lo general hay gente en abundancia —
Pero ahora, sólo estoy yo
y este amable Hombre de Galilea.
Por encima de las olas le oigo hablar,
“Querido hijo, es Mi poder lo que buscas
para vencer donde eres débil”.
Miro, y entonces veo Su rostro,
este benévolo Hombre de Galilea.
“Oh, sí. ¡Oh, sí!” Estiro mi mano,
esperando que Él entenderá
cuánto deseo estar de pie –
cuánto anhelo ser como Él,
como este Hombre de Galilea.
Él extiende entonces Sus manos marcadas
para acercar mi corazón hacia Él
hasta que siento una fuerza dentro –
Me levanto para caminar junto al mar
junto a este Hombre de Galilea.
Chris Ahlemann