Según Open Doors (Open Doors es un ministerio internacional que ayuda a los cristianos que sufren persecución), hay más de cincuenta países enlistados como hostiles al cristianismo. Esto significa que si alguien se convierte en un creyente de Jesucristo como Salvador, pudiera enfrentar el sufrimiento.
Aunque en occidente no estamos acostumbrados a pensar en el sufrimiento por seguir a Cristo, debemos estar preparados para sufrir si Dios permite que nos llegue. El 31 de octubre del 2018, Asia Bibi, una pakistaní cristiana, fue absuelta de blasfemia por la Corte Suprema de Pakistán, pero seguía amenazada de muerte por fundamentalistas musulmanes. Situaciones peligrosas similares se están incrementando en todo el mundo.
La pesadilla de Nerón
Pedro escribió su primera epístola a los creyentes que sufrieron durante el reinado de Nerón. Estos creyentes no sólo sufrían a manos de los judíos que habían rechazado a Jesús como Mesías, sino que además el gobierno romano buscaba matarlos por negarse a adorar al emperador como Dios.
¿Cómo les diría Pedro a estos creyentes que soportaran tal sufrimiento? Él ofrece tres instrucciones a sus lectores: mantengan sus ojos solo en Jesús; sean santos en su conducta; y vean su sufrimiento como enviado por el soberano Dios para purificarlos y refinarlos.
La mirada puesta en Jesús
Nuestra respuesta natural ante el sufrimiento es ver nuestras circunstancias y preguntar: «¿Por qué a mí?» Hacer esta pregunta revela que estamos esperando que Dios nos proporcione lo que queremos de Él. Es la misma forma de sabiduría del mundo de la que Santiago nos advierte en Santiago 1:5-8, una sabiduría de doble ánimo basada en dudar de la soberanía y la bondad de Dios.
Pedro refuerza la idea de que Dios en Su soberanía nos permite el sufrimiento cuando sabe que es lo mejor para nosotros y para avanzar el evangelio. Pedro señala a Jesús como nuestro ejemplo de cómo responder al sufrimiento injusto (1 Pedro 2:21-24). En lugar de buscar Sus propios derechos, Jesús soportó silenciosa y pacientemente la brutalidad contra Él, eligiendo en cambio confiar en el Padre que juzga con justicia. La sumisión de Jesús al Padre resultó en nuestro perdón y nuestra justicia. Pedro señala que Jesús estaba dispuesto a sufrir sin quejarse, incluso cuando Su castigo era injusto. ¿Estamos dispuestos hacer lo mismo?
Como resultado de poner nuestra mirada en Jesús cuando atravesamos por circunstancias difíciles, Pedro dice que llegamos a ser verdaderamente bendecidos. Esto significa que el sufrimiento por hacer lo correcto da como resultado que el Espíritu Santo habite en la vida del creyente (4:13, 14). Esa bendición indica que tenemos la aprobación de Dios incluso cuando no experimentamos la aprobación del hombre.
Cuando Boko Haram secuestró a las niñas cristianas de Dapchi (Nigeria) el 23 de febrero del 2018, Leah Sharibu (de 14 años) no renunció a su fe, aunque la mantuvieron cautiva después de liberar a las niñas que se convirtieron al islam. Deberíamos orar para que Dios bendiga abundantemente a los jóvenes y fieles testigos como Leah.
Una conducta santa
Pudiéramos sentirnos tentados a ceder y ponernos en peligro cuando nos enfrentamos a las pruebas. ¿Quién no quisiera salir de las dificultades tomando un atajo ético? Sin embargo, Pedro dirige a los creyentes a vivir vidas santas en respuesta a la persecución.
Citando Levítico 11 y 19, Pedro recuerda a sus lectores el mandamiento de Dios a ser santos en toda conducta (1 Pedro 1:15, 16). Él piensa que es de esperarse que estos creyentes pueden ser acusados injustamente. Cuando esto ocurra, aquellos que los rodean observarán su carácter piadoso y entonces se convencerán (2:12, 15).
Una vida de santidad también nos puede dar la oportunidad de hablar a otros de Cristo. Pedro afirma que, debido a nuestro buen comportamiento, la gente nos preguntará sobre nuestra fe (3:15). Cuando esto ocurra, debamos estar preparados para presentar una explicación de la esperanza que hay en nosotros. Pedro no aboga para que presentemos nuestra defensa cuando estamos siendo perseguidos, pero más bien cuando la gente observe nuestra forma de responder a la persecución, entonces podremos explicar la razón de nuestro comportamiento. De hecho, tanto Pedro como Pablo dicen que debemos bendecir a los que nos persiguen (v. 9; cf. Romanos 12:17). ¿Estaríamos dispuestos a hacer esto?
Nuestros acusadores serán finalmente avergonzados cuando seamos vindicados en base a nuestra buena conciencia (1 Pedro 3:16-18). Dios juzgará su impío comportamiento en contraste con el nuestro (4:4, 5). Pedro menciona el juicio, tanto a creyentes como a incrédulos que se llevará a cabo cuando Jesucristo regrese, y se refiere a este acontecimiento como algo que sucederá muy pronto (v. 7). Sin embargo, también subraya que este juicio está en marcha, basado en el conocimiento que Dios tiene de nuestras acciones (1:17).
La conclusión de Pedro es que los creyentes deben elegir afrontar el sufrimiento con un estilo de vida santo por la confianza en Aquel que les permite experimentar el sufrimiento (4:19). Negarse a reconocer la bondad y la soberanía de Dios conduce a la duda y la desesperación, así como a la amargura. Los hijos de Dios deben reaccionar ante el sufrimiento pidiéndole a Él que les ayude a tener un carácter ejemplar al enfrentar la prueba.
Andrew Brunson, pastor de la Iglesia Izmir Resurrection Church, estuvo en cautiverio en Turquía durante más de dos años hasta que fue condenado y sorprendentemente luego fue liberado el 12 de octubre del 2018. Él se negó a faltar el respeto a quienes lo habían detenido, solamente dijo: «Amo a Jesús y amo a Turquía».
Purificación y refinamiento
Pedro compara nuestro actual sufrimiento con el fuego (1:7; 4:12). Aunque podemos cuestionar la justicia de Dios en medio de él, este fuego está diseñado para eliminar las impurezas de nosotros de la misma manera que un orfebre utiliza el calor extremo para que la escoria se separe del oro. No deberíamos vernos a nosotros mismos como auto justificados. El resultado es que nuestra fe se revela más preciosa que el oro, demostrando que somos hijos de Dios.
Pedro se centra en la actitud de la humildad como una cualidad clave del carácter que Dios quiere desarrollar en nosotros como resultado del sufrimiento. Él destaca la humildad de Jesús al someterse al injusto castigo que se le infligió (2:22, 23). Del mismo modo, debemos ser humildes y mansos (3:8, 15; 5:5, 6).
Tanto Pedro como Santiago mencionan la oposición de Dios a los soberbios (5:5; cf. Santiago 4:6). Tanto Pedro como Santiago señalan que satanás nos tienta para ser orgullosos y busca destruirnos de esta manera. Por esta razón, debemos resistir la tentación de ser orgullosos, ya sea de nuestro estatus en esta vida (particularmente en nuestro ministerio, 1 Pedro 5:2-4) o de nuestra espiritualidad. La humildad debe caracterizar a los que se enfrentan al sufrimiento, sabiendo que Dios permite este sufrimiento en nuestras vidas.
Otra actitud importante que Pedro señala como un derivado del sufrimiento es la fe en la soberanía de Dios. Pedro llama nuestra atención sobre el dominio de Dios ahora, y en el futuro (4:11; 5:11). Como el Dios que es todopoderoso sobre Su creación, Él tiene el derecho a decidir lo que permite que suceda. Por lo tanto, Su propósito es permitir que el sufrimiento fortalezca, confirme y establezca a aquellos que atraviesan por el (v. 10). Dios no nos envía el sufrimiento para debilitar nuestra fe, sino más bien para fortalecerla. Él quiere eliminar nuestra naturaleza egoísta y nuestras dudas sobre Él, y permite que suframos para que le confiemos nuestros cuerpos y nuestras vidas frente a la oposición (1:21; 4:19). ¿Estamos dispuestos hacer esto?
La combinación de nuestra humildad ante Dios y las personas y nuestra fe en la soberanía de Dios hacen que Él nos pase a través del fuego del sufrimiento y nos establezca en la fe. Nuestra visión del sufrimiento se transforma porque hemos pasado por una metamorfosis. El deseo de dar testimonio de su amor por Cristo incluso a quienes los persiguen fue demostrada por la Iglesia Early Rain de Chengdu, China. Según el Christian Post, los miembros de la iglesia llevaron literatura evangelística a la estación de policía para compartir con los oficiales después de que veinte miembros fueran arrestados por celebrar un servicio en un parque público el 6 de junio del 2018.
Cambia tu punto de vista
En realidad, nadie elige pasar por el sufrimiento. Sin embargo, es algo que se espera en nuestras vidas, ya sea por nuestra fe en Cristo o porque nuestros cuerpos se están deteriorando. El plan de Dios para nosotros es que sigamos las tres claves trazadas en 1 Pedro.
Todo esto requiere que cambiemos nuestro enfoque de nosotros mismos y nuestras circunstancias actuales hacia Dios y Su plan para nosotros. Su plan es hacernos más como Cristo, y Él no se detendrá ante nada para que esto suceda.
Por lo tanto, podemos regocijarnos con Pedro de que nuestros desafíos y sufrimientos son utilizados por Dios en formas que no podemos imaginar, pero que nos hacen más como Jesucristo. Agradezcamos a Dios que sólo permite el sufrimiento que Él sabe que nos beneficia. Y sigamos orando por aquellos que atraviesan por un sufrimiento extremo a causa de su fe en Cristo.
“Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amen” (1 Pedro 5:10, 11).
Citas bíblicas tomadas de la versión Reina-Valera 1960