Trabajando Hacia la Armonía

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¿Está preocupado por la armonía dentro de la iglesia? Muchos de nosotros lo estamos. ¿Cómo podemos reconciliarnos con nuestros hermanos y hermanas en nuestras congregaciones? ¿Cuál es el ministerio de la reconciliación del que habla 2 Corintios 5:18b: “Cristo… nos dio el ministerio de la reconciliación”? Después de leer este texto, me pregunté: ¿Estoy activamente involucrada como embajadora de Cristo en el ministerio de la reconciliación? ¿Cómo se ve eso dentro de la iglesia?

Así que investigué las palabras reconciliación y conciliar. Veamos un par de definiciones.

Reconciliación: “un cambio de enemistad a amistad. Es mutuo, es decir, es un cambio forjado en ambas partes que han estado en enemistad” (Easton´s Diccionario de la Biblia).

Conciliar: “restaurar la amistad o la armonía” (Diccionario Merriam-Webster).

Estas definiciones nos ayudan a comprender mejor lo que las Escrituras enseñan. Romanos 5:10,11 nos dice que hemos sido reconciliados con Dios a través de la muerte de Su Hijo y que a través de nuestro Señor Jesucristo, hemos recibido la reconciliación, restaurando la amistad con Dios. Si estamos reconciliados con Dios a través de Cristo, ¿no querrá Dios que restauremos la armonía con nuestros hermanos y hermanas en Cristo? Como nuevas creaciones, deberíamos tener una nueva actitud el uno hacia el otro – abandonando la hostilidad y el juicio severo, y abrazando la amistad y la armonía – la reconciliación.

Reconociendo la reconciliación

¿Cómo es esta reconciliación? Considere Efesios 4:1-6:

Vivan de una manera digna del llamamiento que han recibido, siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor. Esfuércense por mantener la unidad del espíritu mediante el vínculo de la paz. Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también fueron llamados a una sola esperanza; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos y por medio de todos y en todos.

Pablo también nos instruye a hablar “la verdad en amor” y que cada uno de nosotros esté unido para crear un “cuerpo para la edificación de sí mismo en amor” (vv. 15,16).

La forma en que nos amamos y tratamos es de mucha importancia para nuestro Padre.

Esto crea unidad con nuestros hermanos: “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos en armonía!” (Salmo 133:1).

La reconciliación es posible al mostrarnos amabilidad unos a otros.

Efesios 2:7 describe la obra reconciliadora de Dios como Su “gracia y bondad hacia nosotros en Cristo Jesús”. Si queremos ser como Él, entonces debemos actuar el uno hacia el otro con amabilidad procurando la paz, en lugar del enojo que trae hostilidad: “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos [incircuncisos y circuncisos] hizo uno, derribando la pared intermedia de separación” (v. 14).

Aunque estos versos hablan de la incorporación de los gentiles como parte del pueblo de Dios, también pueden indicar cómo se logra la paz entre los hermanos.

Puntos de práctica

¿Cómo ponemos en práctica el ministerio de la reconciliación y traemos a nuestra iglesia un estado de armonía? En su artículo “Eight Ways to Pursue the Ministry of Reconciliation” (Ocho Maneras de Alcanzar el Ministerio de la Reconciliación), Denise Loock comparte ideas que he adaptado para nuestra comunión dentro de la iglesia.

Evangelice. Simplemente comparta las buenas nuevas, el mensaje de la reconciliación de Dios a donde quiera que pueda. Y recuerde a otros en el cuerpo de la iglesia la verdad de Dios.

Rehúse ser divisivo. Comparta la paz y bondad de Dios, en línea o en persona.

Sea generoso. Recuerde que de todas maneras todo le pertenece a Dios. Comparta los recursos que Dios le ha dado con los que tienen necesidad en su congregación.

Escuche a otros. Antes de responder con enojo, trate de escuchar. Encuentre un punto de convergencia.

Sea agradecido. Envíe notas de agradecimiento a aquellos que necesitan una palabra de aliento en su congregación. ¿Ha puesto Dios a alguien en su vida como una bendición? ¡Hágaselo saber!

Sea hospitalario. Comparta sus comidas con otros creyentes. También comparta experiencias que apunten hacia Dios.

Glorifique a Dios en todas las cosas. No importa en qué talento alguien lo felicite, reconozca que es el trabajo de Dios en su vida.

Busque las Escrituras. Pida guía al Espíritu Santo para producir el fruto apropiado para que pueda ser un ministro de la reconciliación. El amor, la paz y la bondad son parte del fruto del Espíritu (Gálatas 5:22, 23).

Aplicación específica

Contemple estos ocho puntos cuando trabaje hacia la armonía en el cuerpo de la iglesia. Esto puede incluir antiguos miembros de su congregación que buscan regresar. Puede ser aterrador si sienten que no serán aceptados con los brazos abiertos.

Piense en estos ocho puntos de bondad cuando sus hermanos y hermanas en Cristo tengan quebrantamiento en sus vidas. Muchos llevan sus heridas en silencio. Ore por sabiduría y amor al tratar con ellos, en lugar de decir algo negativo.

Quizá necesiten arrepentirse de haber actuado mal, pero se necesita amor, paz y amabilidad de los demás para ayudarnos a muchos de nosotros a llegar a ese punto. Ore para que Dios le abra los ojos para ver dónde se duele uno de sus hermanos o hermanas.

Todos tenemos la responsabilidad de ser embajadores de Cristo en el mundo. Pero también tenemos la responsabilidad de mostrar amor, paz y amabilidad a nuestros hermanos y hermanas en Cristo. Este ministerio de la reconciliación es el camino de regreso a la armonía. ¡Que Dios nos ayude a liderar en el camino!

Lisa Harp Hinds
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Lisa Harp Hinds attends the Claremore, OK CoG7 congregation and is an active member of the Oklahoma Conference of the Church of God (Seventh Day). She graduated from Spring Vale Academy (now Spring Vale Christian School), and received a certificate in Biblical Studies from LifeSpring School of Ministry (now Artios Christian College). Lisa serves as the Dean of Administration for Artios, and is involved in the Artios prayer ministry and music ministry in Oklahoma.