Prayer: why bother?

Oración: ¿Para Qué Molestarse?

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Si Dios ya conoce mis pensamientos y mis necesidades antes de que los expresé, ¿para qué orar? ¿Para Qué Molestarse?

Solo para establecer la premisa de la pregunta, considere los siguientes versículos:

Salmo 139:4 – «Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.»

Mateo 6:8 – «No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.»

Ahora considere el estímulo de Jesús para orar:

Lucas 11:9 – «Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.»

Lucas 18:1 – «También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar,»

Propósito de la Oración

Parte de la suposición que subyace a la pregunta “¿para qué molestarse?” es que la oración pretende cambiar la mente, la voluntad o las acciones de Dios. Si, de hecho, estamos orando para que Dios pueda recibir instrucciones sobre cómo actuar, entonces es posible que debamos reconsiderar quién de nosotros es Dios.

Si se debe persuadir a Dios para que responda a nuestras necesidades, entonces nuestra comprensión de Dios como un buen padre podría tener que cambiar. Debe haber algún otro propósito para la oración que no sea que le demos a Dios Su lista de cosas por hacer para el día.

Entonces, si el propósito de la oración no es informar, instruir o persuadir a Dios de alguna manera, entonces, ¿por qué Jesús nos comparte e instruye a orar? En Su instrucción a Sus discípulos, la oración modelo de Jesús nos da la clave:

Mateo 6:9 – «Vosotros, pues, oraréis así: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.”»

Mateo 6:10 – «“Venga tu reino.  Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.”»

Lo Que Dios Quiere Que Hagamos

Si la primera petición en la oración modelo de Jesús es que se haga la voluntad de Dios, entonces nuestra primera prioridad no es decirle a Dios lo que creemos que debe hacerse, sino escuchar lo que Él quiere que hagamos.

Nuestra primera prioridad no es decirle a Dios lo que creemos que debe hacerse, sino escuchar lo que Él quiere que hagamos. – Loren Gjesdal Click Para Twittear

Tal vez podamos escuchar cómo Dios obra a través de la oración cuando escuchamos el eco de nuestra oración volviendo a nuestros oídos: «Dios, ¿no te preocupas sobre…?»  [eco] «…. ¿No te preocupas sobre…?»

Mientras oramos para que Dios se mueva y obre en favor de un cuidado o necesidad, es posible que escuchemos la invitación de Dios para que seamos sus manos y sus pies.

La Oración es Parte de Nuestra Relación con Dios

Dios puede y obra directamente en respuesta a las oraciones, pero también nos ha invitado a tener una relación con Él, a ser ciudadanos de Su reino a través de los cuales Su voluntad soberana se lleva a cabo en la Tierra. Cuando Dios obra directamente, nuestras circunstancias pueden cambiar. Cuando Él nos pide que trabajemos en su nombre, también podemos cambiar.

Cuando Dios provee Su Espíritu Santo para permitirnos hacer Su voluntad, nuestra fe, amor y adoración a Dios aumentan. No cambiamos el corazón, la mente o la voluntad de Dios mientras oramos. Él nos cambia, tanto cuando oramos como cuando vemos los resultados de nuestra oración.

La oración es nuestro compromiso voluntario en la relación de la que fuimos creados para ser parte todo el tiempo. El pecado entró y creó la separación. Jesús derribó el muro de separación, permitiéndonos entrar nuevamente en una relación con nuestro Creador, lo que incluye permitirle moldear nuestro corazón y guiarnos a acciones que resulten en Su gloria.

La oración es nuestro compromiso voluntario en la relación de la que fuimos creados para ser parte todo el tiempo. – Loren Gjesdal Click Para Twittear

El Propósito Para el Cual Fuimos Creados

¿Para qué molestarse en orar? Philip Yancey describe la oración como «estar en compañía de Dios.» La oración es la invitación personal de Dios para entablar una relación directa e individual con Él, el propósito por el cual fuimos creados. No oramos para cambiar a Dios, pero mientras oramos, debemos esperar que Dios cambie a ambos, a nosotros y, a menudo, a través de nosotros, al mundo que nos rodea.

La oración es ese mecanismo a través del cual Dios ha ordenado que se haga Su voluntad en la Tierra como en el cielo. Y es por eso por lo que debemos molestarnos en orar, sin cesar (pero ese es un tema para otro momento).


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Loren Gjesdal
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Loren is husband to Nickki for more than 30 years and father to 2 adult children and 1 teen. He lives in Oregon where he is co-pastor of the Marion Church of God (Seventh Day), part time property manager, and Artios Christian College Co-Director.