La naci\u00f3n en la que viv\u00eda El\u00edas estaba gobernada por dirigentes corruptos y hab\u00eda abandonado la adoraci\u00f3n a Dios. \u00bfLe suena familiar? S\u00f3lo El\u00edas estaba dispuesto a arriesgar su vida para que sus compatriotas volvieran a Dios. Sin embargo, justo despu\u00e9s de su mayor triunfo, cuando parec\u00eda que el \u00e9xito estaba finalmente al alcance de la mano, encontramos a El\u00edas llam\u00e1ndose a s\u00ed mismo fracasado y pidiendo a Dios que acabara con su vida.<\/p>\n
\u00bfC\u00f3mo lleg\u00f3 a este punto? \u00bfHay algo que debamos aprender de El\u00edas para perseverar en la obra de Dios hoy en d\u00eda?<\/p>\n
Recuerde el valor de El\u00edas al presentarse ante el rey Acab, a pesar de tener una recompensa por su cabeza, y su fe a punto de iniciar un enfrentamiento con los sacerdotes de Baal. Sin embargo, la pasi\u00f3n y la motivaci\u00f3n del coraz\u00f3n de El\u00edas se revelan en su sencilla oraci\u00f3n: \u201cResp\u00f3ndeme, Jehov\u00e1, resp\u00f3ndeme, para que conozca este pueblo que t\u00fa, oh Jehov\u00e1, eres el Dios, y que t\u00fa vuelves a ti el coraz\u00f3n de ellos\u201d (1\u202fReyes 18:37).<\/p>\n
En respuesta, el fuego del cielo no solo consumi\u00f3 el sacrificio de El\u00edas, \u00a1sino que tambi\u00e9n consumi\u00f3 las mismas piedras sobre las que estaba colocado (v.38)!<\/p>\n
Ahora la misi\u00f3n de El\u00edas seguramente se cumplir\u00eda. Y por un momento pareci\u00f3 como si un avivamiento \u2013un regreso a la devoci\u00f3n incondicional a Yahv\u00e9\u2013 prevalecer\u00eda en Israel. Pero solo un par de d\u00edas despu\u00e9s, encontramos a El\u00edas escondido en el desierto, sentado bajo un enebro y evaluando la situaci\u00f3n con estas palabras: \u201cBasta ya, oh Jehov\u00e1, qu\u00edtame la vida, pues no soy mejor que mis padres\u201d (19:4).<\/p>\n
Nuestros tiempos son similares a los de El\u00edas. No faltan art\u00edculos, podcasts y mensajes que denuncien la corrupci\u00f3n de nuestro liderazgo nacional y la decadencia moral de la sociedad.<\/p>\n
A menudo, esas observaciones van acompa\u00f1adas de llamados a levantarse en indignaci\u00f3n para oponerse a la prevalencia del mal. Existe una creciente frustraci\u00f3n con lo que se percibe como una influencia cristiana en declive en nuestra naci\u00f3n, tanto pol\u00edtica como moralmente.<\/p>\n
Pero no se queje con El\u00edas.<\/p>\n
El\u00edas esperaba un cambio de r\u00e9gimen despu\u00e9s de lo ocurrido en el monte Carmelo. El rey era testigo personal del poder de Dios, y el pueblo hab\u00eda tomado las espadas para matar a los sacerdotes de Baal. Pero al d\u00eda siguiente, la Reina Jezabel, quien era el verdadero poder detr\u00e1s del rey, dio este edicto: \u201cAs\u00ed me hagan los dioses, y aun me a\u00f1adan, si ma\u00f1ana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos\u201d (v.\u202f2).<\/p>\n
No hubo ning\u00fan levantamiento para defender al profeta de Dios ni para purgar del trono de Israel la oposici\u00f3n al Dios vivo. Nada hab\u00eda cambiado. As\u00ed que el valiente El\u00edas huy\u00f3 para salvar su vida sumido en una profunda desesperaci\u00f3n. Cuando Dios le pregunt\u00f3 por qu\u00e9 se encontraba en tal estado de depresi\u00f3n, El\u00edas respondi\u00f3:<\/p>\n
\u201cHe sentido un vivo celo por Jehov\u00e1 Dios de los ej\u00e9rcitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y s\u00f3lo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida\u201d (v.\u202f10).<\/p>\n
El\u00edas dedujo de estos acontecimientos que su ministerio era un fracaso, que sus esfuerzos eran infructuosos, que el llamado de su vida era in\u00fatil, y pidi\u00f3 que lo sacara de su miseria. Pero \u00bfcu\u00e1l fue la respuesta de Dios?<\/p>\n
\u00c9l le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehov\u00e1. Y he aqu\u00ed Jehov\u00e1 que pasaba, y un grande y poderoso viento que romp\u00eda los montes, y quebraba las pe\u00f1as delante de Jehov\u00e1; pero Jehov\u00e1 no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehov\u00e1 no estaba en el terremoto.\u00a0Y tras el terremoto un fuego; pero Jehov\u00e1 no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado (vv.\u202f11, 12).<\/p>\n
Dios le concedi\u00f3 tiempo a El\u00edas para lamer sus heridas, descansar y recuperarse de su profunda decepci\u00f3n. Despu\u00e9s Dios le dio un regalo lleno de gracia \u2014 la revelaci\u00f3n de Su m\u00e9todo de influencia m\u00e1s eficaz: la paciencia bondadosa. Luego envi\u00f3 a El\u00edas de nuevo a la batalla, para que siguiera sirvi\u00e9ndole como Su profeta.<\/p>\n
No estamos en el lugar de El\u00edas \u2014 todav\u00eda. Pero podemos aprender cosas de \u00e9l si queremos perseverar en el cumplimiento de la voluntad de Dios en una cultura hostil.<\/p>\n
A pesar de que El\u00edas estaba dispuesto a considerar su vida un fracaso y morir, Dios no hab\u00eda terminado de tratar de llegar al malvado Israel. De hecho, Dios duplic\u00f3 y realiz\u00f3 el doble de se\u00f1ales y maravillas a trav\u00e9s del sucesor designado de El\u00edas, Eliseo. Pero las se\u00f1ales y prodigios, incluso el fuego del cielo, no trajeron un avivamiento duradero. Las expresiones de poder por s\u00ed solas no cambian los corazones.<\/p>\n
Tenemos otra lecci\u00f3n sencilla que aprender de El\u00edas: Confiar y obedecer. Si hemos de perseverar incluso cuando parece que estamos solos, incluso cuando no podemos ver la posibilidad de marcar la diferencia, debemos definir el \u00e9xito siendo fieles. Dejemos que Dios produzca los resultados a Su tiempo y a Su manera.<\/p>\n
Pedro comparti\u00f3 un mensaje similar con los primeros cristianos que viv\u00edan bajo gobernantes malvados en una cultura hostil. Les dijo que apreciaran la bondadosa paciencia de Dios, recordando que el suave movimiento del Esp\u00edritu de Dios fue lo primero que nos atrajo a \u00c9l: \u201cY tened entendido que la paciencia de nuestro Se\u00f1or es para salvaci\u00f3n; como tambi\u00e9n nuestro amado hermano Pablo, seg\u00fan la sabidur\u00eda que le ha sido dada, os ha escrito\u201d (2\u202fPedro 3:15).<\/p>\n
Por mucha pasi\u00f3n que El\u00edas tuviera por ver a su naci\u00f3n y a su pueblo volverse a Dios, no pod\u00eda igualar la compasi\u00f3n de Dios por Su pueblo. Dios le concedi\u00f3 un refrigerio, le dio una reorientaci\u00f3n metodol\u00f3gica y le recomend\u00f3 que recogiera su manto y reanudara la obra.<\/p>\n
Nosotros tambi\u00e9n estamos llamados a tomar nuestra cruz y seguir a nuestro Salvador, a llamar obediente y compasivamente a una generaci\u00f3n rebelde a Dios con una paciencia bondadosa. Dejemos que Su ejemplo sea nuestra definici\u00f3n del \u00e9xito.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
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