E s probable que ya conozca la historia. En el Jard\u00edn del Ed\u00e9n hab\u00eda dos \u00e1rboles: el \u00c1rbol de la Vida y el \u00c1rbol del Conocimiento del Bien y del Mal. El fruto del primer \u00e1rbol habr\u00eda permitido a Ad\u00e1n y Eva el privilegio de caminar por el jard\u00edn y con su Creador por toda la eternidad. Pero no pudieron resistirse a probar primero el segundo \u00e1rbol.<\/p>\n
\u00bfQu\u00e9 ten\u00eda de malo comer del \u00c1rbol del Conocimiento del Bien y del Mal?<\/p>\n
Una pista podr\u00eda estar en parte de su nombre: conocimiento. En hebreo, este t\u00e9rmino no se refiere a ser un erudito, es decir, a tener un conocimiento acad\u00e9mico de algo. Su significado est\u00e1 arraigado en la misma palabra utilizada en G\u00e9nesis 4:1 para describir la relaci\u00f3n de Ad\u00e1n con Eva. \u00c9l la \u201cconoc\u00eda\u201d muy bien \u00edntimamente como para que su relaci\u00f3n diera fruto. Alimentarse del \u00c1rbol del Conocimiento sin duda producir\u00eda algo, pero quiz\u00e1 no la cosecha que Ad\u00e1n y Eva esperaban (ver Santiago 1:15).<\/p>\n
Mientras que el bien que promet\u00eda este \u00e1rbol podr\u00eda no ser un problema, hab\u00eda otra palabra en el nombre del \u00e1rbol que deletreaba problemas.<\/p>\n
Y.<\/em><\/p>\n El fruto de este \u00e1rbol tent\u00f3 a nuestros antepasados con la idea de que pod\u00edan alimentarse de lo bueno y probar lo prohibido.<\/p>\n Antes de ponernos a criticar a Ad\u00e1n y Eva, recordemos que hemos heredado la misma curiosidad mortal. Nos encanta experimentar el bien, pero cuando Dios dice: \u201cNo toques\u201d, luchamos por resistirnos a hacerlo. Como los ni\u00f1os, queremos darle la vuelta a la cosa en nuestras manos para descubrir por qu\u00e9 Dios la considera algo tan horrible, nada bueno, muy malo.<\/p>\n Pablo describe el dilema de esta manera:<\/p>\n Yo no conoc\u00ed el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciar\u00e1s.<\/p>\n Mas el pecado, tomando ocasi\u00f3n por el mandamiento, produjo en m\u00ed toda codicia .\u202f.\u202f. Y hall\u00e9 que el mismo mandamiento que era para vida, a m\u00ed me result\u00f3 para muerte (Romanos 7:7, 8, 10).<\/p>\n Al igual que Ad\u00e1n y Eva, buscamos un bocado (s\u00f3lo un poco de sabor, claro est\u00e1) s\u00f3lo para descubrir que nuestro inter\u00e9s moment\u00e1neo se ha transformado en un compromiso a largo plazo con el mal del que no podemos salir. De alguna manera nos hemos \u201ccasado\u201d con un comportamiento con el que s\u00f3lo pretend\u00edamos \u201csalir\u201d y nos encontramos atrapados en hacer precisamente lo que hemos llegado a odiar (Romanos 7:19, 20).\u00a0<\/strong><\/p>\n Es como si el Jard\u00edn del Ed\u00e9n fuera el escenario c\u00f3smico de un reality show para formar parejas que contin\u00faa hoy en d\u00eda. Los dos \u00e1rboles son dos novios en busca de esposa. El Mes\u00edas es el Soltero N\u00famero Uno, el \u00c1rbol de la Vida tambi\u00e9n conocido como \u201cla Rama\u201d. El Soltero N\u00famero Dos es el anti-Mes\u00edas, o Anticristo \u2014 un \u00e1rbol que agita ante las narices de la soltera algunas tentadoras opciones para saborear tanto el bien como el mal.<\/p>\n Nosotros somos la novia en proceso, el objetivo del afecto de los \u00e1rboles. Y nosotros, como hicieron nuestros antepasados antes que nosotros, elegimos imprudentemente. Llegamos a un acuerdo con el novio equivocado, con el \u00e1rbol equivocado. Tan pronto como tomamos la porci\u00f3n maligna de su fruto impuro en nosotros, nos volvemos impuros nosotros mismos. Y como ninguna cosa impura puede entrar en la presencia de un Dios santo (Lev\u00edtico 22:3), ya no podemos estar cerca y personalmente con el Creador del jard\u00edn.<\/p>\n Este podr\u00eda ser el final de la historia, excepto que el Soltero N\u00famero Uno no dejar\u00e1 que el espect\u00e1culo termine. Todav\u00eda tiene hambre de ganar el coraz\u00f3n del amor que perdi\u00f3. Excepto que ella (o deber\u00eda decir, nosotros) estamos bajo un pacto con un esposo que desear\u00edamos haber rechazado. No podemos casarnos legalmente con otro porque \u201cla mujer casada est\u00e1 sujeta por la ley al marido mientras este vive\u201d (Romanos 7:2).<\/p>\n El Soltero N\u00famero Uno no se deja disuadir de Su b\u00fasqueda por este tecnicismo. Ha encontrado una escapatoria. Romanos 7:2, 3 indica que la muerte puede romper un pacto matrimonial: \u201cPero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. As\u00ed que, si en vida del marido se uniere a otro var\u00f3n, ser\u00e1 llamada ad\u00faltera; pero si su marido mueriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no ser\u00e1 ad\u00faltera\u201d.<\/p>\n Su marido seguramente morir\u00e1 alg\u00fan d\u00eda, pero el Soltero N\u00famero Uno enamorado no puede esperar tanto. \u00c9l elige otra opci\u00f3n. El Mes\u00edas, el Renuevo, el \u00c1rbol de la Vida, es clavado en la cruz y colgado de un \u00e1rbol. Al registrar la muerte de Su amada con la tinta de Su propia sangre, cancela el pacto que la manten\u00eda atada y la libera para casarse con \u00e9l.<\/p>\n El \u00c1rbol de la Vida sigue extendi\u00e9ndose hoy en d\u00eda. Si dejas que este Novio celestial gane tu coraz\u00f3n, \u00c9l tambi\u00e9n romper\u00e1 tu pacto con la muerte. Pon tu mano en la de \u00c9l y deja que \u00c9l te acompa\u00f1e hasta el altar. Deja que te lleve a lo m\u00e1s profundo de Su hermoso jard\u00edn.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" E s probable que ya conozca la historia. En el Jard\u00edn del Ed\u00e9n hab\u00eda dos \u00e1rboles: el \u00c1rbol de la Vida y el \u00c1rbol del Conocimiento del Bien y del Mal. 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