La narraci\u00f3n m\u00e1s larga del libro del G\u00e9nesis, y de todo el Pentateuco, no trata de No\u00e9, ni de Jacob, ni de Jos\u00e9, ni siquiera de Abraham. Es sobre Rebeca (cap\u00edtulo 24). \u00bfPor qu\u00e9 esta narraci\u00f3n trata de una joven en lugar de uno de los patriarcas? Investiguemos.<\/p>\n
En este relato, Rebeca es una joven que lleva una vida com\u00fan y corriente. Un d\u00eda, un desconocido aparece mientras ella est\u00e1 sacando agua de un pozo. \u00c9l le pide un poco de agua para beber. Ella le da de beber y se ofrece a sacar agua para sus camellos tambi\u00e9n. \u00c9l le da joyas de oro y le pide ir a casa de su padre. All\u00ed le cuenta a su familia que es un siervo y que su amo lo envi\u00f3 a buscar esposa para su hijo. Si Rebeca regresa con \u00e9l, se convertir\u00e1 en su esposa. Si ella decide no ir, \u00e9l queda libre de su juramento a su amo.<\/p>\n
Su familia le pregunta: \u201c\u00bfQuieres irte con este hombre?\u201d. (v.\u202f58, NVI).<\/p>\n
Rebeca es consciente de que la decisi\u00f3n que est\u00e1 tomando cambiar\u00e1 su vida para siempre. El siervo le est\u00e1 pidiendo que deje a su familia y su hogar y viaje a una tierra extra\u00f1a que nunca ha visto, para casarse con un hombre que nunca ha conocido. Es un acto de fe, y ella est\u00e1 dispuesta a hacerlo.<\/p>\n
Al d\u00eda siguiente, Rebeca emprende un largo viaje que durar\u00e1 varios meses. Con muchas horas para reflexionar mientras viaja, uno esperar\u00eda que esta joven comenzara a cuestionar su propio juicio. Tambi\u00e9n es probable que le haya pedido al siervo de Abraham que le cuente m\u00e1s sobre el hombre con el que se va a casar y sobre su familia. Escuchemos lo que podr\u00eda haberle dicho.<\/p>\n
\u201cEl padre del hombre con quien te vas a casar es mi amo, Abraham. Hace muchos a\u00f1os, a \u00e9l se le dio la misma opci\u00f3n que a ti. Dios le dijo que dejara a su familia y se fuera a una tierra que nunca hab\u00eda visto. Dios prometi\u00f3 bendecirlo all\u00ed para que fuera padre de muchas naciones. Y al igual que t\u00fa, Abraham eligi\u00f3 seguir a Dios. En el camino, descubri\u00f3, as\u00ed como t\u00fa, que este camino de fe tiene muchos picos y valles.<\/p>\n
\u201cAl principio, estabas emocionada de dejar tu vida rutinaria y ordinaria por las posibilidades de un nuevo y brillante futuro. Pero ahora extra\u00f1as a tu familia y temes al mundo desconocido que te espera. Te preocupa haber cometido un error. Eso es comprensible. Acabas de tomar una decisi\u00f3n que cambiar\u00e1 tu vida para siempre, sin saber qui\u00e9n, qu\u00e9 o d\u00f3nde. Pero eso no significa que tu elecci\u00f3n haya sido impulsiva y tonta. Al contrario, basaste tu elecci\u00f3n en la seguridad que yo ten\u00eda de lo que s\u00e9. S\u00e9 que has tomado la decisi\u00f3n correcta porque s\u00e9 qui\u00e9n te espera. El camino de la fe es una relaci\u00f3n. No se trata de lo que sabes; se trata de a qui\u00e9n conoces. Has elegido confiar en m\u00ed y soy digno de tu confianza.<\/p>\n
\u201cEl hombre con el que te vas a casar es Isaac. Es el hijo que Dios prometi\u00f3 a Abraham mucho antes de que naciera. En aquella \u00e9poca, Abraham se llamaba Abram y su mujer Sarai. Durante los diez a\u00f1os siguientes a la promesa de Dios, Abram y Sarai no tuvieron hijos. Despu\u00e9s de tanto tiempo, Abram pens\u00f3 que nunca tendr\u00edan un hijo y que su siervo Eliezer heredar\u00eda la promesa de Dios. A Abram le pareci\u00f3 que la promesa de Dios estaba destinada a Eliezer, no a \u00e9l.<\/p>\n
\u201cLa preocupaci\u00f3n de Abram por su propia incapacidad le hizo caer en uno de los valles oscuros de su camino de fe, por lo que Dios volvi\u00f3 a visitarle. Le asegur\u00f3 a Abram que Su promesa de una descendencia tan innumerable como las estrellas era para \u00e9l, no para otro. Abram decidi\u00f3 creer a Dios.<\/p>\n
\u201cEntonces Dios llev\u00f3 a Abram afuera y le dijo que contara las estrellas, si pod\u00eda. As\u00ed de innumerables ser\u00edan sus descendientes. Abram crey\u00f3 lo que Dios le dijo, y Dios se lo acredit\u00f3 como justicia.<\/p>\n
\u201cEso es lo que Dios quiere de ti: confianza.<\/p>\n
\u201cPara eliminar cualquier duda persistente, Dios confirm\u00f3 Su promesa a Abram en un pacto de sacrificio. Este acto resolvi\u00f3 las dudas de Abram, pero no las de Sarai. En Su promesa a Abram, Dios no hab\u00eda dicho nada acerca de Sarai, que hab\u00eda sido est\u00e9ril durante a\u00f1os. Al igual que Abram, Sarai razon\u00f3 que la promesa de Dios deb\u00eda haber sido destinada a su sierva, no a ella. Entonces Sarai le dio a Agar a Abram como madre sustituta. Nueve meses despu\u00e9s naci\u00f3 Ismael.<\/p>\n
\u201cSin embargo, esta no fue la buena voluntad de Dios para ella. Abram y Sarai estaban unidos en un pacto matrimonial. A los ojos de Dios, eran una sola carne. Por lo tanto, la promesa de Dios de un hijo a Abram era tambi\u00e9n para Sarai. Al no decirlo, Dios les dio a Sarai y Abram la oportunidad de confiar en \u00c9l.
\n\u00c9l quer\u00eda lo mejor para ambos y se los proporcionar\u00eda. Pero fallaron en confiar en Dios en eso. Este fracaso perturbar\u00eda a la familia a la que te unir\u00e1s en el futuro, pero Dios ser\u00e1 fiel a la naci\u00f3n en la que se convertir\u00e1n. Dios ha hecho un pacto con esta familia y \u00c9l es fiel a Su pacto incluso cuando le fallamos\u201d.<\/p>\n
\u201cPasaron otros catorce a\u00f1os antes de que Dios volviera a hablar con Abram. Para entonces, Abram ten\u00eda cien a\u00f1os, Sarai noventa e Ismael trece. Esta vez, Dios les dijo que tendr\u00edan un hijo juntos. Al principio, ninguno de los dos pod\u00eda creerlo. Abram sab\u00eda que tanto \u00e9l como Sarai estaban muertos en su capacidad de tener hijos a su avanzada edad. Sin embargo, Dios fue fiel a Su promesa. Al cabo de un a\u00f1o, Sarai, ahora llamada Sara, dio a luz a Isaac.<\/p>\n
\u201cRebeca, debes saber esto. Desde el punto de vista de la capacidad humana, el hombre con el que te vas a casar no deber\u00eda existir. Su nacimiento es un milagro.<\/p>\n
\u201cY hay m\u00e1s. Cuando Isaac era joven, Dios le dijo a su padre que llevara a su hijo a la tierra de Moriah y lo ofreciera como sacrificio. Al tercer d\u00eda de su viaje, Isaac fue redimido de una muerte segura cuando Dios le proporcion\u00f3 un cordero para que ocupara su lugar. Las bendiciones del pacto de Dios recaen sobre el hombre con el que te vas a casar. Por lo tanto, cuando entres en el pacto matrimonial con Isaac, tambi\u00e9n entras en este pacto con Dios. Como su esposa, te convertir\u00e1s en la madre de incontables generaciones tan numerosas como las estrellas. Este es el glorioso futuro que te espera\u201d.<\/p>\n
Mois\u00e9s escribi\u00f3 este relato sobre Rebeca hace m\u00e1s de tres mil a\u00f1os. Sin embargo, cuando lo leemos, nos damos cuenta de que estamos leyendo nuestra propia historia. El Padre envi\u00f3 a Su siervo an\u00f3nimo (el Esp\u00edritu Santo) a buscar una novia (la Iglesia) para Su Hijo (Jes\u00fas). El Esp\u00edritu Santo nos ha pedido que dejemos atr\u00e1s nuestra antigua vida para viajar a un nuevo hogar y \u201ccasarnos\u201d con un Hombre al que nunca hemos conocido. Al aceptar a Jes\u00fas como Salvador, hemos entrado en el pacto de convertirnos en Su novia (Efesios 5:23, 31-33). \u00a1Y nuestro glorioso futuro eterno con \u00c9l ya ha comenzado (2:4-9)!<\/p>\n
El primer libro, G\u00e9nesis, nos habla de la b\u00fasqueda de una esposa para Cristo, la b\u00fasqueda de ti y de m\u00ed. Colosenses 1:26, 27 describe el glorioso misterio oculto desde los siglos y ahora revelado: Cristo en nosotros, la esperanza de gloria. Primera de Juan 3:1-3 dice que todos los que tienen esta esperanza en Cristo se purifican a s\u00ed mismos, como Cristo es puro. Y el libro final, el Apocalipsis, revela nuestro glorioso futuro eterno cuando la Nueva Jerusal\u00e9n, llena de los redimidos por Cristo, se convierte en Su esposa:<\/p>\n
Vi un cielo nuevo y una tierra nueva;\u00a0porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no exist\u00eda m\u00e1s.\u00a0Y yo Juan vi la santa ciudad,\u00a0la nueva Jerusal\u00e9n, descender del cielo, de Dios,\u00a0dispuesta como una esposa ataviada para su marido.\u00a0Y o\u00ed una gran voz del cielo que dec\u00eda: He aqu\u00ed el tabern\u00e1culo de Dios con los hombres, y \u00e9l morar\u00e1 con ellos; y ellos ser\u00e1n su pueblo,\u00a0y Dios mismo estar\u00e1 con ellos como su Dios.\u00a0Enjugar\u00e1 Dios toda l\u00e1grima de los ojos de ellos; y ya no habr\u00e1 muerte,\u00a0ni habr\u00e1 m\u00e1s llanto, ni clamor, ni dolor;\u00a0porque las primeras cosas pasaron. (Apocalipsis 21:1-4, Reina Valera-1960).<\/p>\n
\u00bfEstamos dispuestos a aceptar, con fe, nuestro papel en este glorioso plan?<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
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