{"id":30617,"date":"2023-11-01T10:37:19","date_gmt":"2023-11-01T16:37:19","guid":{"rendered":"https:\/\/baonline.cog7engage.net\/escuchando-a-dios\/"},"modified":"2023-11-01T10:37:19","modified_gmt":"2023-11-01T16:37:19","slug":"escuchando-a-dios","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/baonline.cog7engage.net\/es\/escuchando-a-dios\/","title":{"rendered":"Escuchando a Dios"},"content":{"rendered":"
A los diez a\u00f1os, nuestro hijo menor se quejaba de un l\u00edder de grupo que hablaba demasiado. Lo anim\u00e9 a que fuera tolerante, se\u00f1al\u00e1ndole que algunas personas hablan m\u00e1s que otras y que debemos esperar pacientemente nuestro turno para hablar.<\/p>\n
Mi hijo replic\u00f3: \u00abPero todo el mundo deber\u00eda tener un punto para ponerle un alto a la lengua. El se\u00f1or Jones no lo tiene\u00bb.<\/p>\n
<\/p>\n
El prop\u00f3sito del punto<\/strong><\/p>\n El punto es un peque\u00f1o puntito que se pone al final de las frases para indicar un alto final. En una conversaci\u00f3n no podemos ver los puntos, pero las personas los indica haciendo peque\u00f1as pausas. Esto les permite tomar un respiro a los que hablan, y a los que escuchan, responder a lo que se ha dicho.<\/p>\n En el cuento humor\u00edstico de Mark Twain Roughing It<\/em>, el personaje principal viaja a trav\u00e9s del pa\u00eds en carreta y se encuentra con un pasajero que no est\u00e1 familiarizado con la pausa en la conversaci\u00f3n. Lamentando su desgracia, el personaje principal dice: \u201cLas fuentes de su gran abismo se abrieron, y ella hizo llover las nueve partes del discurso, cuarenta d\u00edas y cuarenta noches, metaf\u00f3ricamente hablando, y nos enterr\u00f3 bajo un diluvio desolador de chismes triviales. . . .\u201d<\/p>\n <\/p>\n La palabrer\u00eda<\/strong><\/p>\n No toda la palabrer\u00eda alcanza el estatus b\u00edblico que Twain atribuye a esta mujer ficticia. Pero todav\u00eda, los parlantes menos h\u00e1biles a veces obligan a sus presas a fingir una gripe u otras enfermedades temporales, cualquier cosa con tal de evitar la muerte por las palabras.<\/p>\n Incluso el lejano quejido de la voz de una persona que habla mucho, bombea suficiente adrenalina por las venas como para hacer que su presa corra a esconderse. Pareciera que las personas que hablan demasiado le quitan la vida a las conversaciones, pero nadie ha acusado todav\u00eda a nadie de asesinato. Pero eso no significa que la palabrer\u00eda no mate.<\/p>\n El exceso de palabras mata sermones al sofocar el punto principal bajo una avalancha de palabras innecesarias. A veces, una discusi\u00f3n en grupo empieza por un camino interesante hasta que un terrorista de las palabras secuestra el avi\u00f3n de la conversaci\u00f3n y lo conduce al pa\u00eds de los mon\u00f3logos, un lugar que pocos eligieron visitar.<\/p>\n <\/p>\n V\u00ednculos y amistades\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 <\/strong><\/p>\n Cualquiera puede superar la p\u00e9rdida de la escencia de un mensaje o de una oportunidad de di\u00e1logo, pero la v\u00edctima por hablar demasiado muy a menudo es la amistad. Esta p\u00e9rdida no se recupera f\u00e1cilmente. Los v\u00ednculos se desarrollan durante las peque\u00f1as pausas en las conversaciones. Ah\u00ed es cuando los dem\u00e1s hablan y nosotros escuchamos. Mientras hablan, descubrimos sus talentos, amores, historias y estilos.<\/p>\n El simple acto de escuchar crea amistad. Esto funciona no s\u00f3lo con las personas, sino tambi\u00e9n con Dios. Jes\u00fas ense\u00f1\u00f3 el uso moderado de las palabras. \u00abY al orar, no hablen solo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que ser\u00e1n escuchados por sus muchas palabras\u00bb (Mateo 6:7).<\/p>\n <\/p>\n Escuchando las Escrituras<\/strong><\/p>\n Esto tambi\u00e9n se puede aplicar a la lectura de la Biblia. En lugar de obsesionarse con terminar un cap\u00edtulo, lea hasta que un pasaje de las Escrituras tome su esp\u00edritu, luego det\u00e9ngase y reflexione sobre lo que ley\u00f3.<\/p>\n En una ocasi\u00f3n, en el silencio que sigui\u00f3 despu\u00e9s de una larga oraci\u00f3n en que le ped\u00ed a Dios que cambiara cierta circunstancia, sent\u00ed que \u00c9l dec\u00eda: \u00abHay un momento para lo que pides, pero no es ahora\u00bb. Cuando escuchamos intencionalmente, encontramos la comunicaci\u00f3n sincera que anhelamos con Dios.<\/p>\n En Waiting on God<\/em> (Esperando en Dios<\/em>), Andrew Murray admite que puede ser dif\u00edcil aprender a estar tranquilo, pero dice: \u201cDescubriremos que crece en nosotros, y el breve tiempo de adoraci\u00f3n silenciosa traer\u00e1 una paz y un descanso que ser\u00e1n una bendici\u00f3n no s\u00f3lo en la oraci\u00f3n, sino durante todo el d\u00eda\u201d.<\/p>\n .<\/p>\n La voz de Dios<\/strong><\/p>\n Dios habla; \u00e9se es Su modus operandi<\/em>. Cientos de incidencias b\u00edblicas lo atestiguan. Dios comienza en el G\u00e9nesis con \u00ab\u00a1H\u00e1gase la luz!\u00bb. A partir de ah\u00ed, Su voz recalca una secci\u00f3n tras otra de las Escrituras, hasta el \u00faltimo cap\u00edtulo, donde Jes\u00fas dice: \u00ab\u00a1Vengo pronto!\u00bb<\/p>\n El Antiguo Testamento registra al Padre hablando a profetas, reyes, sacerdotes, agricultores, madres, padres e hijos. El Nuevo Testamento muestra a Jes\u00fas hablando a los ricos, a los pobres, a los ostentosos, a los pol\u00edticos, a los religiosos, a los desesperados, a los enfermos y a los muertos.<\/p>\n Jes\u00fas dijo: \u201cMis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen\u201d (Juan 10:27). Debido a que Dios habla a la gente, el premio a la relaci\u00f3n no se otorga a los que hablan marat\u00f3nicamente y acumulan palabras mientras oran, sino a los que escuchan y atesoran lo que \u00c9l dice.<\/p>\n <\/p>\n Recompensas de saber escuchar<\/strong><\/p>\n Mar\u00eda tom\u00f3 la mejor decisi\u00f3n cuando se sent\u00f3 a los pies de Cristo y se aferr\u00f3 a cada palabra. \u201cEscuchar en oraci\u00f3n\u201d tiene sus recompensas: hay mejor comprensi\u00f3n de problemas desconcertantes, mayor comprensi\u00f3n de la Biblia y se obtiene la perspectiva de Dios sobre los problemas.<\/p>\n Siempre es prudente poner un punto en la lengua, especialmente cuando hablamos con Dios.<\/p>\n <\/p>\n Las citas b\u00edblicas fueron tomadas de la Nueva Versi\u00f3n Internacional.<\/em><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" A los diez a\u00f1os, nuestro hijo menor se quejaba de un l\u00edder de grupo que hablaba demasiado. Lo anim\u00e9 a que fuera tolerante, se\u00f1al\u00e1ndole que algunas personas hablan m\u00e1s que otras y que debemos esperar pacientemente nuestro turno para hablar. Mi hijo replic\u00f3: \u00abPero todo el mundo deber\u00eda tener un punto para ponerle un alto […]<\/p>\n","protected":false},"author":283,"featured_media":30632,"comment_status":"closed","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"sync_status":"","episode_type":"","audio_file":"","castos_file_data":"","podmotor_file_id":"","cover_image":"","cover_image_id":"","duration":"","filesize":"","filesize_raw":"","date_recorded":"","explicit":"","block":"","footnotes":""},"categories":[647,2552],"tags":[],"yoast_head":"\n