Era temprano en la ma\u00f1ana del D\u00eda de Reposo.<\/p>\n
Hombres barbudos y vestidos con t\u00fanicas pasaban entre hileras de pilares mientras tomaban asiento en una oscura sala, iluminada por un mont\u00f3n de l\u00e1mparas de aceite que colgaban a una baja altura. En el centro de la sala, un escritorio en \u00e1ngulo resaltaba en la plataforma inferior. Bancos sin respaldo se alineaban en todos los lados, y un balc\u00f3n lleno de las esposas e hijas de los hombres miraba hacia la sala inferior.<\/p>\n
Una hilera de hombres solemnes que estaban sentados, estaba colocada frente a una pesada cortina al final de la sala. Uno de ellos se levant\u00f3 de su asiento y habl\u00f3 brevemente con varios de los que estaban en la sala, uno de los cuales era el constructor de Nazaret, Yeshua ben Yusef, Jes\u00fas, el hijo de Jos\u00e9.<\/p>\n
Se dirigi\u00f3 a la mesa elevada, el mismo lugar donde, de ni\u00f1o, hab\u00eda celebrado Su bar mitzvah. Todas las miradas de la sala siguieron Su esbelta figura, m\u00e1s demacrada por la reciente prueba que hab\u00eda soportado durante un ayuno de cuarenta d\u00edas en el desierto de Judea.<\/p>\n
Un aire de expectaci\u00f3n se mezclaba con el humo de las l\u00e1mparas cuando subi\u00f3 a la tribuna. Los rumores sobre \u00c9l se hab\u00edan extendido por el campo. Muchos hab\u00edan esperado este momento.<\/p>\n
La fuerte voz de Jes\u00fas inici\u00f3 el servicio con una serie de oraciones y recitaciones. Luego esper\u00f3 brevemente mientras el chazan<\/em> llevaba un pergamino al podio. Jes\u00fas tom\u00f3 el voluminoso pergamino con una habilidad que delataba pr\u00e1ctica y lo desenroll\u00f3 con destreza. Encontr\u00f3 el pasaje que buscaba, levant\u00f3 los ojos hacia la congregaci\u00f3n y habl\u00f3 sin volver a mirar el texto.<\/p>\n \u201cEl Esp\u00edritu del Se\u00f1or est\u00e1 sobre M\u00ed\u201d, dijo.<\/p>\n Miradas perplejas se dispararon entre los hombres; \u00e9sta no era la haphtarah<\/em>, la lectura programada para el d\u00eda. Hasta ese momento, Jes\u00fas hab\u00eda dirigido el servicio de la sinagoga de la manera acostumbrada, pero esto era inesperado, una extra\u00f1a desviaci\u00f3n. \u00c9l estaba leyendo un pasaje de Su propia elecci\u00f3n.<\/p>\n Jes\u00fas continu\u00f3, las viejas palabras resonaban con un nuevo significado: \u201cPorque me ha ungido para anunciar las buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los presos y dar vista a los ciegos, a liberar a los oprimidos, a proclamar el a\u00f1o del favor del Se\u00f1or\u201d.<\/p>\n Despu\u00e9s de Su lectura sigui\u00f3 el silencio. Jes\u00fas enroll\u00f3 el rollo, se lo devolvi\u00f3 al chazan<\/em> y volvi\u00f3 a Su asiento, como hac\u00eda cualquier rabino de la \u00e9poca cuando se dispon\u00eda a empezar a ense\u00f1ar. Mir\u00f3 alrededor de la sala. \u201cHoy\u201d, dijo, \u201cse ha cumplido esta escritura en presencia de ustedes\u201d.<\/p>\n Ese serm\u00f3n en Nazaret, registrado en Lucas 4, fue el serm\u00f3n inaugural de Jes\u00fas, el primer acto oficial de Su ministerio p\u00fablico. Y Su texto, en los vers\u00edculos 18, 19, no formaba parte del calendario de lecturas para el servicio de la sinagoga. En otras palabras, \u00c9l hizo algo que no se hac\u00eda: eligi\u00f3 Su propio texto, marcado en nuestras Biblias como Isa\u00edas 61:1, 2. Y lo eligi\u00f3 para un prop\u00f3sito espec\u00edfico. Lo us\u00f3 para anunciar Su misi\u00f3n, un anuncio que todos los que escuchaban habr\u00edan entendido que se estaba aplicando a S\u00ed mismo palabras que profetizaban al Mes\u00edas, palabras que se refer\u00edan al \u201ca\u00f1o del jubileo\u201d.<\/p>\n Esta costumbre de los jud\u00edos, ordenada por Dios, designaba no solo cada s\u00e9ptimo d\u00eda de la semana como el s\u00e1bado \u2014un d\u00eda de descanso\u2014 sino tambi\u00e9n cada s\u00e9ptimo a\u00f1o para que la tierra descansara del cultivo y la productividad. Y despu\u00e9s de cada s\u00e9ptimo a\u00f1o sab\u00e1tico (es decir, cada cincuenta a\u00f1os) se destinaba un a\u00f1o de jubileo. En ese a\u00f1o, todos los esclavos ser\u00edan puestos en libertad, todos aquellos cuya pobreza los hab\u00eda obligado a vender sus tierras los recibir\u00edan nuevamente, y aquellos que hab\u00edan perdido a miembros de su familia en la esclavitud o el encarcelamiento ser\u00edan reunidos con sus seres queridos (Lev\u00edtico 25).<\/p>\n Jes\u00fas anunci\u00f3 Su misi\u00f3n como un jubileo. Lo que la ley prescribi\u00f3, lo que Isa\u00edas prometi\u00f3, Jes\u00fas dijo que lo cumpli\u00f3. \u00c9l vino para traer buenas noticias a los pobres, el tipo de noticias que estaban dise\u00f1adas para causar danzas en las calles cada cincuenta a\u00f1os. \u00c9l vino a unir a las familias que estaban rotas, a vendar a los quebrantados de coraz\u00f3n, a sanar a los heridos. \u00c9l vino para liberar a los cautivos, para abrir las puertas de la oscuridad, para desatar las manos de los hombres y desplegar sus alas. Vino a proclamar el a\u00f1o aceptable, el a\u00f1o de la gracia de Dios, el a\u00f1o del jubileo, pero no una vez cada cincuenta a\u00f1os. Eso ya se supon\u00eda.<\/p>\n Jes\u00fas vino a traer un Jubileo mundial, que cada a\u00f1o, cada d\u00eda, anunciara buenas nuevas a los pobres, libertad a los cautivos, sanidad a los quebrantados de coraz\u00f3n, perd\u00f3n a los culpables, libertad a los que se sienten controlados, liberaci\u00f3n a los que que se sienten atrapados, rescate, risa, alivio, alegr\u00eda .\u202f.\u202f. Jubileo.<\/p>\n La misi\u00f3n de Jes\u00fas no era s\u00f3lo Su<\/em> misi\u00f3n; \u00c9l mismo \u201canduvo haciendo el bien\u201d (Hechos 10:38). Tambi\u00e9n encarg\u00f3 a otros que aceptaran, adoptaran y adaptaran Su misi\u00f3n. Y aunque los mensajeros cambian de una generaci\u00f3n a otra, la misi\u00f3n sigue siendo la misma. Jes\u00fas sigue invitando a hombres, mujeres y ni\u00f1os a unirse a Su Jubileo. \u00c9l llama a todos a sanar, ayudar, bendecir y llevar la buena noticia a donde quiera que vayan.<\/p>\n Independientemente de su carrera, usted puede seguir a Jes\u00fas en su misi\u00f3n y pasar su vida extendiendo Su reino. Pablo dijo: \u201cConsidero que mi vida carece de valor para m\u00ed mismo, con tal de que termine mi carrera y lleve a cabo el servicio que me ha encomendado el Se\u00f1or Jes\u00fas, que es el de dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios\u201d (Hechos 20:24).<\/p>\n Esa es la misi\u00f3n de Jes\u00fas y el trabajo que \u00c9l te asigna. Haga extensiva su misericordia, gracia y amor a todos los que lo necesiten (y todos lo necesitan). Encuentre maneras de sorprender a la gente con amor. No se preocupe tanto por corregir sus acciones equivocadas o sus malas palabras. En lugar de eso, ayude a los cautivos a encontrar la libertad, ayude a los ciegos a ver, ayude a los oprimidos a ser libres, y ayude a todos a experimentar la realidad de que el Jubileo ha llegado .\u202f.\u202f. a ellos.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Era temprano en la ma\u00f1ana del D\u00eda de Reposo. Hombres barbudos y vestidos con t\u00fanicas pasaban entre hileras de pilares mientras tomaban asiento en una oscura sala, iluminada por un mont\u00f3n de l\u00e1mparas de aceite que colgaban a una baja altura. 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