Crec\u00ed en Jamaica en una \u00e9poca en la que los cortes de electricidad eran frecuentes. Quedarse a oscuras de repente era algo habitual. La oscuridad es inc\u00f3moda, inconveniente, improductiva y, a veces, francamente \u00a1peligrosa! Por eso, fabric\u00e1bamos l\u00e1mparas de botella y compr\u00e1bamos l\u00e1mparas ya hechas, linternas, velas y algunos generadores de reserva. As\u00ed nos prepar\u00e1bamos para hacerle frente a la oscuridad.<\/p>\n
Muchas personas en distintas partes del mundo siguen sufriendo cortes de electricidad. Pero, \u00bfqu\u00e9 pasa con la oscuridad del alma, que necesita una fuente de luz mucho mayor, m\u00e1s accesible y m\u00e1s duradera que nuestra luz artificial?<\/p>\n
Dios ha provisto esa gran luz: Su Hijo, Jesucristo. Jes\u00fas dijo de S\u00ed mismo: \u201cYo soy la luz del mundo. El que me sigue no andar\u00e1 en tinieblas, sino que tendr\u00e1 la luz de la vida\u201d (Juan 8:12). Lamentablemente, antes como ahora, la luz brilla en las tinieblas, pero las tinieblas no lo entienden, no lo aprecian ni lo aceptan (1:5). Muchos se conforman con falsas fuentes de luz, como personas, lugares y cosas, pero siempre decepcionan y llevan a la ruina. La \u00fanica esperanza para el mundo es Jesucristo, la luz verdadera.<\/p>\n
Como Juan, hemos sido enviados a dar testimonio de esta luz. Muchos en el pasado profesaron ser la luz verdadera y algunos todav\u00eda lo hacen, s\u00f3lo para fracasar. La oscuridad no puede disiparse a s\u00ed misma; s\u00f3lo la luz verdadera puede hacerlo. Lo hace al darnos todas las cosas para la vida y la piedad, para que podamos escapar de la corrupci\u00f3n del mundo y encarnar la naturaleza divina de Dios (2\u202fPedro 1:3, 4).<\/p>\n
En esencia, el t\u00edtulo del trabajo de los ciudadanos del reino de Dios es \u201cluz del mundo\u201d, igual que el t\u00edtulo de Jes\u00fas (Mateo 5:14). Las atrocidades de las tinieblas de este mundo aumentan cada d\u00eda. Por eso, debemos permitir que la luz verdadera disipe nuestras tinieblas para que podamos ser aut\u00e9nticos testigos de Jesucristo.<\/p>\n
El regreso de nuestro Salvador es inminente; las profec\u00edas y las se\u00f1ales de los tiempos indican que est\u00e1 a las puertas. Si alguna vez hubo un tiempo para que los hijos de Dios se vistieran de Cristo e hicieran brillar Su luz, \u00a1ese tiempo es ahora! Esto es lo que Pablo enfatiza:<\/p>\n
Dejemos a un lado las obras de la oscuridad y pong\u00e1monos la armadura de la luz. Vivamos decentemente, como a la luz del d\u00eda .\u202f.\u202f. Rev\u00edstanse ustedes del Se\u00f1or Jesucristo, y no se preocupen por satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa (Romanos 13:12-14).<\/p>\n
Para dar testimonio efectivo de la luz es necesario, en primer lugar, destronar y expulsar las obras de las tinieblas y vestirse intencionadamente con la armadura de la luz. La mayor\u00eda de los cristianos, si no todos, conocen la armadura de Dios en Efesios 6:11-18. Pero, \u00bfsab\u00eda que la luz es una armadura de luz? Es una protecci\u00f3n para la batalla.<\/p>\n
Sin duda, estamos en una guerra espiritual, y la guerra est\u00e1 en pleno apogeo. Necesitamos la luz verdadera como nuestra protecci\u00f3n. Pero si intentamos librar la guerra, agobiados por el peso de nuestro propio pecado, encontraremos la muerte. Nos arriesgamos a ser derrotados por el enemigo de nuestras almas, el acusador de los hermanos (Apocalipsis 12:10), cuyo trabajo consiste en matar, robar y destruir (Juan 10:10).<\/p>\n
El reto de librarnos del pecado es probablemente m\u00e1s dif\u00edcil hoy que nunca. Vivimos en una \u00e9poca en la que el pecado se reetiqueta, se vuelve a empaquetar y se adorna con un bonito mo\u00f1o. Isa\u00edas 5:20 nos aclara: \u201c\u00a1Ay de los que llaman a lo malo bueno y a lo bueno malo, que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas\u201d. Para Dios, las tinieblas siguen siendo y siempre ser\u00e1n tinieblas. Remodelar el pecado para que parezca otra cosa es parte de esa oscuridad.<\/p>\n
Cuando permitimos que la luz verdadera sea nuestra armadura, podemos protegernos de las obras de las tinieblas que pretenden destruirnos. Y como pueblo especial de Dios (1\u202fPedro 2:9), podemos ser m\u00e1s eficaces en proclamar al mundo la luz que necesita ver.<\/p>\n
Tenemos el mandato no s\u00f3lo de dar testimonio de la luz, sino tambi\u00e9n de brillar para \u00c9l ante los dem\u00e1s con nuestros actos cotidianos. Jes\u00fas dijo: \u201cHagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que est\u00e1 en el cielo\u201d (Mateo 5:16). F\u00edjese en que nos orden\u00f3 no s\u00f3lo brillar<\/em> (es decir, reflejar la gloria de Dios), sino \u00a1brillar mucho<\/em>! La palabra mucho<\/em> es un adverbio intensificador que modifica a un adjetivo, verbo u otros adverbios. Por lo tanto, nuestro resplandor debe ser de un alto nivel, potenciado por la energ\u00eda divina. Cristo mismo nos da energ\u00eda tanto para querer como para hacer Su buena voluntad y buenas obras (Filipenses 2:13). Debemos brillar siempre para dar gloria a nuestro Padre celestial. Si nuestra luz nos convierte en el centro de atenci\u00f3n, estamos abusando de la luz que hay en nosotros y de la luz verdadera.<\/p>\n Adem\u00e1s, de nada sirve ser luz si estamos ocultos: \u201cNi se enciende una l\u00e1mpara para cubrirla con un caj\u00f3n.<\/p>\n Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que est\u00e1n en la casa\u201d (Mateo 5:15). Como embajadores de la luz, debemos ser portadores diligentes de la luz verdadera y aprovechar las oportunidades que se nos presenten para ejercer la mayor influencia posible al reflejarla.<\/p>\n El amor de Dios nos envi\u00f3 la luz verdadera (Juan 3:16). Del mismo modo, desde la plataforma y la motivaci\u00f3n del amor hacemos brillar nuestra luz para honrar a Dios con todo nuestro coraz\u00f3n, mente y fuerzas y para servir a nuestro pr\u00f3jimo.<\/p>\n Todos hemos habitado en las tinieblas, pero ahora somos llamados a vivir como hijos de la luz (Efesios 5:8). Las responsabilidades y funciones de ser embajadores de la luz son altas, santas y enormes. A quien mucho se le da, mucho se le pide (Lucas 12:48). La luz de Jesucristo es un don gratuito, pero atesorar, servir y vivir este don es significativamente nuestro como colaboradores con Cristo. Ser un faro pasivo y complaciente es irresponsable. Estamos llamados a ser embajadores activos, disciplinados y alegres, asoci\u00e1ndonos con Dios para destronar y disipar las tinieblas.<\/p>\n La par\u00e1bola de las diez v\u00edrgenes de Mateo 25:1-13 ilustra la necesidad y la responsabilidad de unirnos al reto de colaborar con Jes\u00fas como embajadores del reino de los cielos. \u00bfHay aceite en nuestras l\u00e1mparas?<\/p>\n La fuerza de las tinieblas es una batalla constante, interna y externamente. A veces ganamos, a veces fracasamos. Todos hemos errado el blanco, que es lo que es el pecado. Incluso con la mejor determinaci\u00f3n, nos quedamos cortos e incluso nos rebelamos deliberadamente.<\/p>\n Por eso podemos identificarnos con la guerra total que Pablo describe en Romanos 7:14-24.<\/p>\n \u00c9l es transparente sobre el alcance y la agon\u00eda de su lucha contra las tinieblas, las cuales lo llevaron al cautiverio: \u201c\u00a1Soy un pobre miserable! \u00bfQui\u00e9n me librar\u00e1 de este cuerpo mortal?\u201d (v.\u202f24).<\/p>\n Si su luz parpadea, se oscurece o se apaga, o si nunca ha abrazado la luz verdadera, hay esperanza. Venga a ver la luz verdadera, Jesucristo. Luego comp\u00e1rtala libremente con los dem\u00e1s.<\/p>\n Los embajadores de la luz encarnan caracter\u00edsticas especiales. Ellos .\u202f.\u202f.<\/p>\n \u2014 Dr. Donna Sherwood<\/em><\/p>\n El nieto de mi hermana, aunque sabe muy bien lo que es un comportamiento aceptable e inaceptable, claramente hizo algo que \u201cno deb\u00eda hacer\u201d. R\u00e1pidamente mir\u00f3 a su alrededor y se dio cuenta de que Nanny hab\u00eda presenciado la terrible acci\u00f3n. Dijo: \u201cNanny, \u00a1ahora no me hables de Jes\u00fas!\u201d.<\/p>\n \u00bfNo es as\u00ed como respondemos a menudo los adultos? Sabemos lo que debemos y lo que no debemos hacer. Lo hemos o\u00eddo muchas veces. Hemos experimentado las consecuencias de malas decisiones pasadas y, sin embargo, como dice Pablo en Romanos 7:18, nos vemos atra\u00eddos una y otra vez por lo prohibido.<\/p>\n Sabemos cu\u00e1ndo fallamos. Sin embargo, no nos gusta enfrentarnos a la realidad de nuestras fechor\u00edas, sobre todo ante quienes son testigos de ellas. Somos culpables, pero no queremos que nos digan nada.<\/p>\n Aun as\u00ed, debemos afrontar nuestros pecados y arrepentirnos de ellos para poder experimentar el plan de Dios para nuestras vidas. La mala noticia: Nunca podremos vivir como deber\u00edamos por nosotros mismos. La buena noticia: Si conocemos a Jes\u00fas como nuestro Salvador personal, tenemos el Esp\u00edritu Santo de Dios para guiarnos y vivir en medio de nosotros. S\u00f3lo entonces podremos tomar las decisiones correctas. Y ya no nos preocupar\u00e1 qui\u00e9n es testigo de nuestras acciones.<\/p>\n Como reconoci\u00f3 Pablo, nuestra lucha contra la tentaci\u00f3n continuar\u00e1 mientras vivamos en esta tierra. Sin embargo, podemos unirnos a \u00e9l como declar\u00f3 en Romanos 7:25: \u201c\u00a1Le doy gracias a Dios, porque s\u00e9 que Jesucristo me ha librado!\u201d (TLA).<\/p>\n \u2014 Diana C. Derringer<\/em><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Crec\u00ed en Jamaica en una \u00e9poca en la que los cortes de electricidad eran frecuentes. Quedarse a oscuras de repente era algo habitual. La oscuridad es inc\u00f3moda, inconveniente, improductiva y, a veces, francamente \u00a1peligrosa! 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