La historia del hijo pr\u00f3digo es una de las m\u00e1s poderosas y entra\u00f1ables de las par\u00e1bolas del Se\u00f1or. El pr\u00f3digo descarriado, el padre paciente y el hijo mayor descontento son todos personajes que han resonado con los lectores a lo largo de los siglos. Curiosamente, esta par\u00e1bola tiene algo de una versi\u00f3n paralela en el libro del Antiguo Testamento de Sofon\u00edas, donde el profeta relata la triste historia de una naci\u00f3n pr\u00f3diga.<\/p>\n
El ministerio de Sofon\u00edas a la naci\u00f3n de Jud\u00e1 se estableci\u00f3 durante un tiempo muy tumultuoso. Aunque los a\u00f1os de apostas\u00eda hab\u00edan sido interrumpidos brevemente por las reformas del rey Jos\u00edas, las siniestras profec\u00edas de Sofon\u00edas hicieron evidente que el pueblo pronto abandonar\u00eda al Se\u00f1or y volver\u00eda a sus caminos id\u00f3latras. Este camino catastr\u00f3fico conducir\u00eda directamente a la mano del juicio de Dios.<\/p>\n
D\u00eda de ira aquel d\u00eda, d\u00eda de angustia y de aprieto, d\u00eda de alboroto y de asolamiento, d\u00eda de tiniebla y de oscuridad, d\u00eda de nublado y de entenebrecimiento (1:15).<\/p>\n
Lo extraordinario del librito de Sofon\u00edas es el hecho de que, aunque la paciencia de Dios con Su pueblo inconstante estaba llegando a su fin, todav\u00eda le da a la naci\u00f3n varios a\u00f1os m\u00e1s para volverse a \u00c9l. Tiempo suficiente para arrepentirse o huir de la ira venidera.<\/p>\n
La evidencia de la misericordia y el amor de Dios est\u00e1n estrechamente entretejidos a lo largo de las sombr\u00edas profec\u00edas de Sofon\u00edas. En su mayor parte, la compasi\u00f3n y la preocupaci\u00f3n de Dios se enfocan en el remanente fiel que est\u00e1 esparcido por toda la tierra. A estos devotos les ofrece palabras de amor y consuelo.<\/p>\n
Primero, \u00c9l les dice que durante el d\u00eda de su calamidad, muchos ser\u00e1n escondidos de la destrucci\u00f3n (2:3). La historia nos dice, de hecho, que muchos miles huyeron a las naciones vecinas cuando los ej\u00e9rcitos babil\u00f3nicos invadieron su pa\u00eds.<\/p>\n
Dios entonces promete que aunque muchos israelitas perecer\u00e1n y muchos otros ser\u00e1n llevados en cautiverio, un remanente fiel alg\u00fan d\u00eda regresar\u00e1 a la tierra prometida (3:20). Este evento ser\u00e1 marcado con gran alegr\u00eda y celebraci\u00f3n, un tiempo en que Dios bendecir\u00e1 a la naci\u00f3n y, a cambio, el pueblo le servir\u00e1 un\u00e1nimemente.<\/p>\n
Canta, oh hija de Sion; da voces de j\u00fabilo, oh Israel; g\u00f3zate y regoc\u00edjate de todo coraz\u00f3n, hija de Jerusal\u00e9n.\u00a0\u00a0Jehov\u00e1 ha apartado tus juicios, ha echado fuera tus enemigos; Jehov\u00e1 es Rey de Israel en medio de ti; nunca m\u00e1s ver\u00e1s el mal (vv.\u202f14, 15).<\/p>\n
El gozo del Padre celestial por el regreso de Sus hijos exiliados nos recuerda la respuesta del padre del hijo pr\u00f3digo cuando su hijo regres\u00f3 a casa. Jes\u00fas describe c\u00f3mo el padre corri\u00f3 al encuentro de su hijo, c\u00f3mo le dio una t\u00fanica y zapatos nuevos, mat\u00f3 el becerro m\u00e1s gordo y prepar\u00f3 una gran fiesta en celebraci\u00f3n.<\/p>\n
Este evento gozoso es similar a la respuesta del Padre celestial en Sofon\u00edas 3. Primero, \u00c9l aquieta sus temores, luego se regocija sobre ellos c\u00e1nticos de j\u00fabilo (v. 17). Para los cristianos, la idea del Dios del universo exultante por Su pueblo es un precioso recordatorio de lo que todos Sus hijos pueden esperar por la eternidad: el Se\u00f1or regocij\u00e1ndose por Sus redimidos con c\u00e1nticos de alegr\u00eda.<\/p>\n
Las similitudes entre el hijo pr\u00f3digo y la naci\u00f3n pr\u00f3diga de Sofon\u00edas son sorprendentes. En ambos casos, los pr\u00f3digos eran culpables de idolatr\u00eda, complacencia y orgullo. Mientras que el pueblo de Jud\u00e1 se inclin\u00f3 ante Baal y Moloc, el hijo pr\u00f3digo fue consumido por un deseo autoindulgente de apropiarse de su herencia y vivirla. Estas pasiones ego\u00edstas eran a\u00fan m\u00e1s importantes que el amor de su padre y su propia herencia. El ap\u00f3stol Pablo equipara tal codicia y malos deseos con una forma de idolatr\u00eda: \u201cHaced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicaci\u00f3n, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatr\u00eda\u201d (Colosenses 3:5).<\/p>\n
Ambos pr\u00f3digos regresaron a casa con el esp\u00edritu quebrantado y humillados, habiendo perdido todo durante sus a\u00f1os de exilio. Tambi\u00e9n en ambos casos, el padre los acogi\u00f3 con verdadera alegr\u00eda y sin una palabra de reproche.<\/p>\n
\u201cEn aquel tiempo yo os traer\u00e9, en aquel tiempo os reunir\u00e9 yo; pues os pondr\u00e9 para renombre y para alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando levante vuestro cautiverio delante de vuestros ojos,\u201d dice Jehov\u00e1 (Sofon\u00edas 3:20).<\/p>\n
Para sentir la presencia del hermano mayor en las profec\u00edas de Sofon\u00edas, debemos avanzar en el tiempo hasta el regreso del remanente fiel. Encontramos estos eventos registrados en Esdras y Nehem\u00edas, donde ambos escritores describen en detalle a los exiliados que regresan enfrentando la oposici\u00f3n de aquellos que ya se establecieron en la tierra.<\/p>\n
Esdras dice: \u201cPero el pueblo de la tierra intimid\u00f3 al pueblo de Jud\u00e1, y lo atemoriz\u00f3 para que no edificara\u201d (4:4).<\/p>\n
Nehem\u00edas se centra en tres adversarios particulares a este respecto: Sanbalat el horonita, Tob\u00edas el amonita y Gesem el \u00e1rabe. Estos tres l\u00edderes estaban muy perturbados por el regreso de los exiliados, y especialmente por los esfuerzos de Nehem\u00edas por restablecer al pueblo reconstruyendo los muros de Jerusal\u00e9n.<\/p>\n
Mientras el pueblo de Jud\u00e1 viv\u00eda en el exilio, hombres como Sanbalat consolidaban su posici\u00f3n en la tierra, tanto econ\u00f3mica como socialmente. Hab\u00edan ganado poder, riqueza y reputaci\u00f3n, pero ahora que tantos de los antiguos habitantes hab\u00edan regresado, tem\u00edan que todo lo que hab\u00edan acumulado estuviera en peligro. Tanto Esdras como Nehem\u00edas registran c\u00f3mo estos individuos hicieron todo lo posible para revertir su percibida precaria situaci\u00f3n.<\/p>\n
Esto nos recuerda la respuesta del hermano mayor, quien vio al hijo pr\u00f3digo como un intruso no deseado, uno que hab\u00eda recibido lo que merec\u00eda y ahora estaba persiguiendo lo que ya no era suyo por derecho.<\/p>\n
Al considerar los paralelos entre estas dos historias, los seguidores de Cristo pueden afirmar al menos tres verdades.<\/p>\n
Primero, tenemos un Padre celestial que nos ama y quiere solo lo mejor para nosotros. Puede haber momentos en que la disciplina sea necesaria para atraernos de regreso a \u00c9l, pero siempre y solo para nuestro propio bien debido a Su amor eterno por nosotros (Hebreos 12: 5, 6).<\/p>\n
As\u00ed como el hijo pr\u00f3digo y la naci\u00f3n pr\u00f3diga, a veces pecamos y nos alejamos de nuestro Padre y perdemos de vista cu\u00e1l es Su voluntad para nuestras vidas. Sin embargo, en todos los casos, Dios est\u00e1 cerca y siempre se preocupa. \u00c9l nunca nos dejar\u00e1 ni nos abandonar\u00e1 (Deuteronomio 31:6). Nunca nos alejaremos demasiado de \u00c9l como para que no pueda alcanzarnos y nos lleve de regreso a \u00c9l.<\/p>\n
En otros momentos de su jornada, algunos en la familia de Dios parecen decididos a desanimarnos y quebrantar nuestra relaci\u00f3n con el Padre. El hermano mayor deber\u00eda haberse regocijado de ver al hijo pr\u00f3digo regresar de entre los muertos, pero en lugar de eso menospreci\u00f3 ego\u00edstamente tanto a su padre como a su hermano. Como suele ser el caso, tales contratiempos pueden provenir de aquellos que menos esperamos. A pesar de esto, sabemos que Dios siempre estar\u00e1 a nuestro lado. Cuando vayamos a casa para estar con \u00c9l un d\u00eda, \u00c9l se regocijar\u00e1 sobre nosotros con c\u00e1nticos de alegr\u00eda.<\/p>\n
No importa la era en la que vivamos, ya sea durante los d\u00edas de Sofon\u00edas o en este momento actual de la historia, nuestro Padre celestial se llena de regocijo al dar la bienvenida a casa a todos y cada uno de los pr\u00f3digos que vienen a \u00c9l. Y nosotros, Sus hijos, anhelamos el momento en que veremos a nuestro Salvador por primera vez y seremos bienvenidos a nuestro hogar en el reino para vivir con \u00c9l para siempre.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
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