Para hacer de la Gran Comisi\u00f3n una meta alcanzable para la Conferencia General de la Iglesia de Dios (S\u00e9ptimo D\u00eda), Dios ha puesto en el coraz\u00f3n de nuestro liderazgo el deseo de enfocarnos en cuatro \u00e1reas distintas de compromiso: evangelismo personal, estudios en grupos peque\u00f1os, iglesias amigables y clases de escuela sab\u00e1tica.<\/p>\n
Si bien cada una de estas \u00e1reas tiene la misma importancia y son necesarias en nuestras congregaciones locales, y aunque cada una traer\u00e1 sus propios desaf\u00edos y recompensas, debemos aumentar la conciencia de que debemos ser una iglesia amigable.<\/p>\n
Mientras escribo esto, estoy sentado en una cafeter\u00eda local en Albuquerque, Nuevo M\u00e9xico. La pandemia me ha brindado una amplia oportunidad de trabajar en forma remota, y esta tienda se ha convertido en una de mis favoritas para disfrutar de una taza de caf\u00e9 mientras trabajo en las entregas diarias. Sigo viniendo aqu\u00ed por una experiencia que tuve la primera vez que vine a este establecimiento.<\/p>\n
Era un d\u00eda normal antes de la pandemia y ten\u00eda que terminar de escribir algo. Decid\u00ed probar este lugar, esperando solamente un caf\u00e9, un postre y un lugar para pasar la tarde. En cambio, lo que recib\u00ed fue algo que me trae sentimientos c\u00e1lidos cuando recuerdo ese d\u00eda.<\/p>\n
Varios trabajadores estaban atendiendo el mostrador y la caja de cobro. Esperaba mi turno mientras pensaba en la dif\u00edcil decisi\u00f3n de escoger entre t\u00e9 o caf\u00e9, un panqu\u00e9 o una empanada. Cuando lleg\u00f3 mi turno, no me hab\u00eda decidido. Me saludaron, como lo han hecho en muchas cafeter\u00edas de todo el pa\u00eds. Sonre\u00ed y respond\u00ed de la misma manera. Luego me inclin\u00e9 hacia el barista detr\u00e1s del mostrador. \u201cNecesito escribir durante unas horas y no puedo decidir qu\u00e9 bocadillos de su men\u00fa combinan bien con esa tarea\u201d.<\/p>\n
Su nombre era Sebasti\u00e1n, y parec\u00eda animado por el desaf\u00edo. Sebasti\u00e1n correspondi\u00f3 con una sonrisa y con sugerencias genuinas de sus bocadillos favoritos y sus razones del porqu\u00e9 lo eran. Luego se excus\u00f3 por unos segundos y volvi\u00f3 con alegr\u00eda en los ojos. \u201cAcabo de confirmar que el cocinero tendr\u00e1 panqu\u00e9s de mora azul reci\u00e9n salidos del horno en dos minutos. Eso ir\u00eda muy bien con un chai latte\u201d.<\/p>\n
No pude resistir. Por supuesto que quer\u00eda el panqu\u00e9 reci\u00e9n salido del horno con un caf\u00e9 latte. Cuando el barista comenz\u00f3 a escribir mi orden para el cobro, continu\u00f3 cont\u00e1ndome sobre el proceso de elaboraci\u00f3n del chai latte. Luego me pregunt\u00f3 si me gustar\u00eda un poco de mantequilla para mi panqu\u00e9.<\/p>\n
No hab\u00eda considerado la posibilidad de que la mantequilla se derritiera en mi panqu\u00e9 reci\u00e9n hecho, pero ese era ahora mi deseo culinario n\u00famero uno. Luego me ofreci\u00f3 un poco de agua helada y sugiri\u00f3 un lugar para sentarme donde la conexi\u00f3n Wi-Fi era m\u00e1s fuerte y el tr\u00e1fico era m\u00ednimo.<\/p>\n
Vaya, \u00bfqu\u00e9 acaba de pasar?<\/p>\n
Comparar el servicio al cliente con la hospitalidad de la iglesia podr\u00eda ser una herramienta \u00fatil para pintar la ilustraci\u00f3n en la mente de la congregaci\u00f3n. En el servicio al cliente, el due\u00f1o de la tienda espera tratar a los clientes de cierta manera, como lo hizo Sabasti\u00e1n con los panqu\u00e9s de mora azul. Hay una recompensa por cumplir con el est\u00e1ndar de la empresa en las interacciones con los hu\u00e9spedes y hay una ganancia por parte del cliente cuando decide regresar a ese negocio.<\/p>\n
Mir\u00e1ndolo desde ese nivel de 10,000 pies, podr\u00edamos encontrar una l\u00ednea punteada de lo que el trato b\u00edblico hacia los invitados a la iglesia deber\u00eda ser. Como iglesia que lleva el nombre de Cristo como un estandarte que lo identifica, nos corresponde entender que nosotros tambi\u00e9n tenemos una expectativa, una recompensa y una ganancia si tratamos a nuestros invitados de la manera en que las Escrituras nos animan a hacerlo.<\/p>\n
En Hebreos encontramos dos declaraciones en el cap\u00edtulo 13. La primera: \u201cNo se olviden de practicar la hospitalidad, pues gracias a ella algunos, sin saberlo, hospedaron \u00e1ngeles\u201d (v.\u202f2). La segunda est\u00e1 en el verso 16: \u201cNo se olviden de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen, porque esos son los sacrificios que agradan a Dios\u201d.<\/p>\n
En estos dos pasajes vemos la expectativa b\u00edblica (mostrar hospitalidad, hacer el bien y compartir); la recompensa (muy probablemente hospedar \u00e1ngeles); y la ganancia (agradar a Dios).<\/p>\n
No me atrevo a comparar nuestro llamado a convertirnos en una iglesia amigable directamente con el servicio al cliente. Eso traer\u00eda muchos puntos de conexi\u00f3n inc\u00f3modos y comparaciones poco comparables. Sin embargo, podemos resumir la necesidad de que nuestras iglesias se conviertan en iglesias amigables a un solo concepto: la hospitalidad. La hospitalidad genuina no solo es apreciada sino que tambi\u00e9n altera la rutina y deja una impresi\u00f3n duradera que podr\u00eda llevar a un inter\u00e9s en el evangelio.<\/p>\n
La hospitalidad sincera es escasa en la sociedad actual. Si se encontrara en la forma en que interactuamos con los invitados que entran a nuestras iglesias, podr\u00edamos crear esa interacci\u00f3n impactante que brinda la oportunidad de salvaci\u00f3n. Pedro escribe: \u201cPractiquen la hospitalidad entre ustedes sin quejarse. Cada uno ponga al servicio de los dem\u00e1s el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas\u201d (1\u202fPedro 4:9, 10).<\/p>\n
Mientras esperamos a que se finalice y distribuya el Manual de una Iglesia Amigable (escrito por mi hermano, Pete Capitillo, y por m\u00ed), seguimos regresando a un tema recurrente. El principio de una iglesia amigable no puede ser un conjunto de reglas que seguimos y esperando que los visitantes se sientan bienvenidos. Demasiados establecimientos, iglesias y lugares de comercio hacen eso. La gente se ha vuelto insensible a la persona que saluda en la tienda de alimentos y el banco. La voz pregrabada que contesta autom\u00e1ticamente nos dice que nuestra llamada es importante para ellos.<\/p>\n
Mientras que ya hemos estado esperando por largo tiempo, aparentemente oponi\u00e9ndonos al mensaje que ya se ha repetido veintisiete veces.<\/p>\n
Todos hemos sido clientes en alg\u00fan momento. Hemos estado en el hospital con un ser querido y nos dimos cuenta de la enfermera cari\u00f1osa, o en la tienda donde alguien se toma el tiempo de caminar con nosotros para encontrar un art\u00edculo. No solo eso, sino que entendemos lo que se siente tener una verdadera conexi\u00f3n con una persona cuando la necesitamos desesperadamente. Nuestras oraciones deben centrarse en la necesidad de que ahora nosotros aceptemos ser los que hagan esa funci\u00f3n.<\/p>\n
Ahora, nosotros tenemos la oportunidad de ser los que den la bienvenida, las personas que puedan hacer esa conexi\u00f3n con el invitado que entra con temor. Ore para que cada miembro de la iglesia responda al llamado de ser como Sebasti\u00e1n para que el nombre de Dios sea glorificado (Hebreos 13:16). Podemos deshacernos de nuestra incertidumbre, eliminar nuestra timidez y aprovechar la oportunidad de ser una iglesia que impacte con el testimonio enfocada en la salvaci\u00f3n de la persona que entre a nuestra iglesia local.<\/p>\n
Esto es lo que nos invita a ser el esfuerzo de ser una iglesia amigable: a reconocer que se honra a Dios cuando dejamos de asistir solamente a los servicios de la iglesia y nos convertimos en miembros contribuyentes, a enamorarnos de ser la persona que hace que la pr\u00f3xima visita de los invitados sea una experiencia \u00fanica. Queremos ser la raz\u00f3n por la que regresan por una segunda taza de caf\u00e9, contin\u00faan la conversaci\u00f3n y escuchan el segundo serm\u00f3n de la serie que Dios puso en el coraz\u00f3n del predicador ese d\u00eda.<\/p>\n
Estoy seguro de que podemos ser una iglesia llena de siervos que honran a Dios, que conectan con las personas, y que impacten con su testimonio a medida que abrazamos la Gran Comisi\u00f3n en nuestras iglesias locales en nuestro tiempo. Dios nos dise\u00f1\u00f3 para Su gloria (Isa\u00edas 43:7), y nuestro Salvador nos dirigi\u00f3 a unirnos a Su misi\u00f3n (Mateo 28:19).<\/p>\n
Pablo lo resume bien:<\/p>\n
Que el Dios que infunde aliento y perseverancia les conceda vivir juntos en armon\u00eda, conforme al ejemplo de Cristo Jes\u00fas, para que con un solo coraz\u00f3n y a una sola voz glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Se\u00f1or Jesucristo. Por tanto, ac\u00e9ptense mutuamente, as\u00ed como Cristo los acept\u00f3 a ustedes para gloria de Dios (Romanos 15:5-7).<\/p>\n
Fuimos dise\u00f1ados y dirigidos para ser una iglesia llena de Sebastianes que ofrecen panquecitos de mora azul a los dem\u00e1s. Que Dios nos ayude a hacer lo mejor para servirles.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
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