Exam\u00edname, oh Dios, y conoce mi coraz\u00f3n; pru\u00e9bame y conoce los pensamientos que me inquietan. Se\u00f1\u00e1lame cualquier cosa en m\u00ed que te ofenda y gu\u00edame por el camino de la vida eterna (Salmo 139:23, 24 NTV).<\/p>\n
El tel\u00e9fono son\u00f3 a las 2:00 a.m. \u201cSomos del departamento de polic\u00eda. Hemos recogido a una madre y tres ni\u00f1os. Los ni\u00f1os est\u00e1n en muy mal estado\u201d.<\/p>\n
Una vez m\u00e1s, me obligu\u00e9 a levantarme de la cama, tom\u00e9 mi desgastada lista de familias adoptivas y comenc\u00e9 a llamarles. Mi meta era encontrar una familia que pudiera proporcionar un entorno seguro y enriquecedor, as\u00ed como mantener a los ni\u00f1os juntos. Aunque estaba disponible las veinticuatro horas del d\u00eda, los siete d\u00edas de la semana, estaba agradecida de poder volver a la cama una vez que hab\u00eda encontrado lo que buscaba. El trabajo de las familias adoptivas apenas comenzaba.<\/p>\n
En casi treinta a\u00f1os como trabajadora social, el abuso f\u00edsico, sexual y emocional o la negligencia severa colorearon mi mundo. Abuso de drogas, enfermedades mentales, presiones econ\u00f3micas, falta de sistemas de apoyo, una corriente interminable de disfunciones llenaba cada d\u00eda. La ira ard\u00eda cuando ve\u00eda moretones, quemaduras, huesos rotos .\u202f.\u202f. una horrible mezcla de cicatrices inimaginables infligidas por adultos fuera de control. A eso le segu\u00eda el dolor cuando muchos ni\u00f1os aprendieron la defensa de \u201cTe voy a lastimar antes de que me lastimes a m\u00ed\u201d.<\/p>\n
Su comportamiento hablaba m\u00e1s fuerte que las palabras. Sin intervenci\u00f3n, ellos f\u00e1cilmente podr\u00edan seguir el patr\u00f3n de sus abusivos padres.<\/p>\n
Yo trabajaba para una agencia del gobierno. Sin embargo, esa agencia, junto con capacitadores reconocidos a nivel nacional compart\u00edan con gran detalle y con ejemplos reveladores la verdad b\u00edblica de que para dar amor, primero debemos recibirlo. Me atrevo a decir que muchos de esos especialistas se habr\u00edan sorprendido al darse cuenta de cu\u00e1n consistentemente sus palabras coincid\u00edan con las de Pablo: \u201cac\u00e9ptense unos a los otros, tal como Cristo los acept\u00f3 a ustedes\u201d (Romanos 15:7).<\/p>\n
Una expresi\u00f3n frecuentemente usada que coincid\u00eda con esas palabras: \u201cDebemos criar a los padres\u201d. Muchos de los adultos en los casos de mi grupo nunca hab\u00edan experimentado amor y aceptaci\u00f3n genuinos. No sab\u00edan c\u00f3mo cuidar apropiadamente a un ni\u00f1o. Alguien ten\u00eda que ense\u00f1arles. Las palabras por s\u00ed solas no pod\u00edan hacer el trabajo. Ten\u00edan que verlo y vivirlo por s\u00ed mismos.<\/p>\n
Sin embargo, a menudo enfrentaban la tentaci\u00f3n de solo cumplir con las cosas sin amor y respeto genuinos. Como cebollas, estas familias cubr\u00edan su quebrantamiento con capa tras capa de actitudes defensivas. Encontrar el centro de la necesidad bajo toda esa actitud demandaba cantidades asombrosas de paciencia y esfuerzo. Etiquetados como casos perdidos por m\u00e1s profesionales de los que pod\u00edan contar, muchos hab\u00edan aceptado esa etiqueta y tambi\u00e9n se hab\u00edan dado por vencidos.<\/p>\n
Desear\u00eda poder decir que constantemente ve\u00eda el potencial que Dios les hab\u00eda dado o que los am\u00e9 como Dios nos ama. En realidad, tambi\u00e9n soy un trabajo en progreso. Pero aprend\u00ed que cuando le permit\u00ed a Dios que los amara a trav\u00e9s de m\u00ed, que me cambiara, aument\u00e9 la probabilidad de un cambio duradero tanto en los padres como en los hijos. Mi capacitaci\u00f3n sobre el poder del dolor, la enfermedad, la adicci\u00f3n y los patrones de comportamiento y pensamientos negativos nunca fue suficiente. Tuve que reconocer la inclinaci\u00f3n de todos, incluida la m\u00eda, de lastimar a los dem\u00e1s. Al confesar mi quebrantamiento, podr\u00eda ministrar m\u00e1s eficazmente el de ellos.<\/p>\n
Solo cuando reconocemos nuestras imperfecciones personales podemos se\u00f1alar a otros el amor de Dios, que sana el quebrantamiento en todos nosotros.<\/p>\n
Mi oraci\u00f3n, antes y ahora: Oh Dios, obra a trav\u00e9s de m\u00ed, ama a trav\u00e9s de m\u00ed, sana a trav\u00e9s de m\u00ed.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
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