La arteriosclerosis es una afecci\u00f3n de salud f\u00edsica que se presenta cuando se forman placa y colesterol en nuestras arterias y hacen que se endurezcan y pierdan su elasticidad. Con el tiempo, la arteriosclerosis puede cerrar completamente una arteria, privando as\u00ed al cuerpo de la vital sangre rica en ox\u00edgeno y provocando la muerte f\u00edsica. Sin embargo, si se descubre en las primeras etapas, la afecci\u00f3n puede retardarse o corregirse mediante dieta, medicamentos, ejercicio o cirug\u00eda a coraz\u00f3n abierto. A veces se recomienda una combinaci\u00f3n de esas cuatro opciones.<\/p>\n
Luego est\u00e1 la arteriosclerosis espiritual. Como el t\u00e9rmino implica, es una condici\u00f3n que puede privarnos del Esp\u00edritu vital que da vida y que nos lleva a nuestra muerte espiritual. La Biblia llama a esto un coraz\u00f3n endurecido<\/em> y da dos causas principales.<\/p>\n Nuestro soberano Dios trae endurecimiento a una persona o naci\u00f3n en particular para un prop\u00f3sito espec\u00edfico. Un ejemplo bien conocido es Fara\u00f3n (\u00c9xodo 5:2), cuyo coraz\u00f3n Dios endureci\u00f3 para que Su nombre y poder fueran proclamados por toda la tierra (9:16; Romanos 9:15-18). Otro ejemplo es el endurecimiento parcial de la naci\u00f3n f\u00edsica de Israel, la cual ha sucedido hasta que se haya cumplido la plenitud de los gentiles (Romanos 11:25).<\/p>\n Agregando m\u00e1s al punto de este estudio, la dureza de coraz\u00f3n es provocada por un individuo cuando persiste en participar de una da\u00f1ina dieta espiritual de enga\u00f1o y oscuridad. Un buen ejemplo de esto es cuando Ad\u00e1n y Eva rechazaron consciente y voluntariamente la dieta perfecta y aprobada por Dios del \u00c1rbol de la Vida. En lugar de eso, ellos eligieron participar del \u00c1rbol da\u00f1ino y mortal del Conocimiento del Bien y del Mal, ofrecido por la astuta serpiente, Satan\u00e1s (G\u00e9nesis 2:9, 16, 17; 3:1-7; Apocalipsis 12:9). Esa fat\u00eddica decisi\u00f3n les abri\u00f3 los ojos, pero tambi\u00e9n los obstruy\u00f3 de inmediato y cort\u00f3 su l\u00ednea de vida con su Creador (G\u00e9nesis 3: 7, 17-19; Romanos 5: 12, 15-19; 1\u202fCorintios 15: 21-22).<\/p>\n Este primer endurecimiento condujo a la dureza del coraz\u00f3n de los descendientes de Ad\u00e1n y Eva, de la gente en general, e incluso de Israel como naci\u00f3n. Salmos y Proverbios nos advierten de esta condici\u00f3n:<\/p>\n No endurezc\u00e1is vuestro coraz\u00f3n, como en Meriba, como en el d\u00eda de Masah en el desierto (Salmo 95:8).<\/p>\n Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios; mas el que endurece su coraz\u00f3n caer\u00e1 en el mal (Proverbios 28:14).<\/p>\n Jes\u00fas encontr\u00f3 y confront\u00f3 este estado humano en Israel, e incluso en Sus disc\u00edpulos en varios grados de seriedad (Marcos 3:5; 6:52; 8:17; 10:5; 16:14). Lo vemos cuando las personas, o grupos de personas, no entienden o rechazan totalmente el llamado de Dios para ellos (Mateo 11:28-30; Hebreos 4:6, 7). Por ejemplo, en Juan 5:39, 40, los jud\u00edos rechazaron a Jes\u00fas junto con la vida eterna que solo \u00c9l pod\u00eda ofrecer (cf. Juan 6:63; 14:7; Mateo 11:27). En Mateo 19:21, 22, un joven rico, a causa de sus riquezas, rechaz\u00f3 el llamado de Jes\u00fas para seguirlo.<\/p>\n Si bien los corazones duros son evidencia de la condici\u00f3n humana ca\u00edda, no debemos desesperarnos. La cura para la arteriosclerosis espiritual, o endurecimiento del coraz\u00f3n, ha sido revelada en la encarnaci\u00f3n, vida perfecta, sacrificio y resurrecci\u00f3n del mismo Jesucristo (Romanos 5:1-11).<\/p>\n Por la gracia de Dios, esos preciosos eventos nos otorgan la redenci\u00f3n vital, la reconciliaci\u00f3n vital, la justificaci\u00f3n vital y la santificaci\u00f3n vital necesarias para una vida y salud espiritual verdadera y duradera. Ellas eliminan para siempre todas y cada una de las obstrucciones que bloquean o cortan nuestra l\u00ednea de vida con Dios (Juan 3:16, 17; Hechos 4:10-12).<\/p>\n Mientras que el Nuevo Testamento otorga este gran remedio en Cristo y el Esp\u00edritu, tambi\u00e9n contin\u00faa advirtiendo a los creyentes que no descuiden su salvaci\u00f3n, su fe en Cristo, ni contristen al Esp\u00edritu (Hebreos 2:1, 2; Efesios 4:30) sino que experimenten la vida mientras caminan en la fe y el Esp\u00edritu (Romanos 4:12; 8:1).<\/p>\n Nuestras arterias espirituales nuevas y abiertas y nuestra relaci\u00f3n con Dios nuestro Padre y Jesucristo nuestro Salvador requieren mantenimiento mientras corremos la carrera de la vida que se extiende frente a nosotros. Debemos mantener continuamente los ojos abiertos y enfocados en Jesucristo y en las cosas espirituales de arriba (Hebreos 12:1, 2; Colosenses 3:1-4). Necesitamos comer y digerir una dieta espiritual balanceada centrada en el perfecto Pan de Vida, Jesucristo (Juan 6:27, 32-58; Mateo 26:26-28; Marcos 14:22-25; Lucas 22:17-20; 1\u202fCorintios 11:23-29). No debemos olvidarnos del ejercicio diario, que gira en torno a caminar en el amor y la luz de Dios (Efesios 5:1, 2, 8; 1\u202fCorintios 16:14; Juan 13:34, 35; 8:12; 1\u202fJuan 1:7; Efesios 5:8).<\/p>\n As\u00ed como les pregunt\u00f3 a Sus disc\u00edpulos, Jes\u00fas nos pregunta: \u201c\u00bfTienen el coraz\u00f3n endurecido?\u201d (Marcos 8:17, NBLA). Si tenemos esta arteriosclerosis espiritual, podemos encontrar la \u00fanica y verdadera cura en Jes\u00fas. Podemos prestar atenci\u00f3n diligentemente a la prescripci\u00f3n divina de Dios, con la garant\u00eda de recibir energ\u00eda espiritual y sentirnos como personas nuevas en poco tiempo (2\u202fCorintios 5:17; Efesios 4:22-24; Colosenses 3:10).<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" La arteriosclerosis es una afecci\u00f3n de salud f\u00edsica que se presenta cuando se forman placa y colesterol en nuestras arterias y hacen que se endurezcan y pierdan su elasticidad. Con el tiempo, la arteriosclerosis puede cerrar completamente una arteria, privando as\u00ed al cuerpo de la vital sangre rica en ox\u00edgeno y provocando la muerte f\u00edsica. 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