\u00bfAlguna vez se ha sentido como Pedro en Mateo 26, cuando orgullosamente le proclam\u00f3 a Jes\u00fas en voz alta que aunque todos los dem\u00e1s se apartaran, \u00e9l permanecer\u00eda leal, que incluso si se enfrentaba a la muerte, nunca negar\u00eda a su Se\u00f1or? Todos conocemos el resto de esa historia. Pedro no solo neg\u00f3 a Jes\u00fas tres veces, como Cristo lo hab\u00eda predicho, sino que incluso maldijo para demostrar su punto.<\/p>\n
Que tanto confiamos en nuestra capacidad para cuidar de nosotros mismos comparado con cu\u00e1nto confiamos en Dios con nuestras vidas, nuestro bienestar, es una parte importante del costo del discipulado.<\/p>\n
Pedro enfrent\u00f3 una situaci\u00f3n peligrosa y reaccion\u00f3 por miedo, en lugar de fe. Otro personaje b\u00edblico hizo lo mismo.<\/p>\n
Un pastorcito se enfrent\u00f3 a un gigante de casi dos metros y medio de altura. Era el mismo gigante que hab\u00eda enviado al gran ej\u00e9rcito de Israel de regreso a sus tiendas, temblando de miedo. Sin embargo, este joven pastor le asegur\u00f3 a Sa\u00fal que el mismo Dios que lo hab\u00eda protegido a \u00e9l y a sus reba\u00f1os del oso y el le\u00f3n lo proteger\u00eda contra el gigante. Rechazando la armadura de defensa que Sa\u00fal le ofreci\u00f3, David tom\u00f3 su honda y cinco piedras y se acerc\u00f3 a Goliat.<\/p>\n
En respuesta a las burlas de Goliat, el joven David dijo: \u201cT\u00fa vienes a m\u00ed con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del SE\u00d1OR de los ej\u00e9rcitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien t\u00fa has desafiado\u201d (1\u202fSamuel 17:45). No se evidencia miedo aqu\u00ed, solo una fe simple y completa en Dios para protegerlo.<\/p>\n
M\u00e1s tarde, David volvi\u00f3 a mostrar su confianza al seguir la voluntad del Se\u00f1or cuando Sa\u00fal lo persegu\u00eda con la intenci\u00f3n de matarlo. David, sabiendo plenamente que Dios lo hab\u00eda elegido para suceder a Sa\u00fal en el trono, continu\u00f3 reconociendo el reinado de Sa\u00fal y se neg\u00f3 a hacerle da\u00f1o de ninguna manera. El Se\u00f1or hab\u00eda puesto a Sa\u00fal en el trono y David confiaba en que Dios lo quitar\u00eda en el momento apropiado. Aunque se le presentaron varias oportunidades para quitarle la vida a Sa\u00fal, David se neg\u00f3, incluso cuando Sa\u00fal estaba haciendo todo lo que estaba a su alcance para destruir a David. Que tremenda confianza durante tiempos incre\u00edblemente dif\u00edciles y peligrosos.<\/p>\n
Sin embargo, una vez que David estuvo firmemente entronizado como rey, esa confianza y obediencia comenzaron a desvanecerse, como lo muestra la historia de Betsab\u00e9. Que gran contraste con esos dos episodios anteriores en la vida de David. Ahora con riquezas sin medida, un d\u00eda, David mir\u00f3 y vio a la hermosa Betsab\u00e9, la esposa de Ur\u00edas. Pero ahora, en lugar del fuerte deseo anterior de agradar al Se\u00f1or, la lujuria llen\u00f3 sus pensamientos y decidi\u00f3 tenerla. Tiempo despu\u00e9s, cuando Betsab\u00e9 envi\u00f3 un mensajero para decirle a David que estaba esperando un hijo suyo, sus pensamientos todav\u00eda no se volvieron a Dios. En lugar de eso, plane\u00f3 c\u00f3mo encubrir ese acto pecaminoso.<\/p>\n
Sin embargo, Ur\u00edas estaba m\u00e1s decidido a servir al Se\u00f1or y a su rey. \u00c9l se neg\u00f3 a cumplir con el plan de David de que se acostara con su propia esposa para cubrir sus transgresiones. Cuando ese complot fracas\u00f3, David b\u00e1sicamente sentenci\u00f3 a muerte a Ur\u00edas ordenando a su comandante que lo enviara al frente de la batalla y luego se retirara. Incluso despu\u00e9s de la muerte de Ur\u00edas, David no mostr\u00f3 que sintiera ning\u00fan remordimiento por sus diversos actos de desobediencia (2\u202fSamuel 11).<\/p>\n
David, a quien Dios mismo describi\u00f3 como \u201cun hombre conforme a Su coraz\u00f3n\u201d (1\u202fSamuel 13:14; Hechos 13:22), hab\u00eda cometido adulterio y asesinato. \u00bfC\u00f3mo se justifica la descripci\u00f3n de Dios de David con las acciones descritas anteriormente? Miremos m\u00e1s profundamente el coraz\u00f3n de David.<\/p>\n
Al final de 2\u202fSamuel 11, Betsab\u00e9 lament\u00f3 la muerte de su esposo antes de que David la llamara para que fuera a \u00e9l y se convirtiera en su esposa. Uno no puede evitar preguntarse si, en este punto, David pens\u00f3 que se hab\u00eda salido con la suya. Si es as\u00ed, estaba tristemente equivocado, ya que el cap\u00edtulo termina con las palabras \u201cPero lo que David hab\u00eda hecho fue malo a los ojos del SE\u00d1OR\u201d (v. 27).<\/p>\n
Me encanta c\u00f3mo Dios manej\u00f3 esta situaci\u00f3n con David. No envi\u00f3 al profeta Nat\u00e1n para se\u00f1alar con el dedo a David y condenarlo. M\u00e1s bien, Nat\u00e1n le cont\u00f3 una historia que conmovi\u00f3 profundamente a David y lo hizo pensar seriamente, reflexivamente, sobre sus propias acciones.<\/p>\n
No es dif\u00edcil imaginar el rostro de David al momento en que Nat\u00e1n le relataba la historia. Un hombre rico tom\u00f3 el \u00fanico cordero de su vecino pobre para sacrificarlo y servirlo a su inesperado invitado, en lugar de elegir uno de los muchos corderos que \u00e9l ten\u00eda. \u00bfPuedes ver la conmoci\u00f3n y la ira acumuladas en el rostro de David cuando se enter\u00f3 de esa atrocidad? Estaba listo para ejecutar al culpable de ese acto atroz (12:1-6).<\/p>\n
Ahora imag\u00ednese c\u00f3mo decay\u00f3 su semblante cuando Nat\u00e1n proclam\u00f3: \u201c\u00a1T\u00fa eres aquel hombre!\u201d. (v.7, \u00e9nfasis del autor). David debe haber pensado \u00bfQu\u00e9? \u00bfC\u00f3mo es posible? \u00a1Yo no he tomado los corderos de nadie m\u00e1s! \u00bfDe qu\u00e9 est\u00e1s hablando? Entonces el Se\u00f1or, por medio de Nat\u00e1n, le record\u00f3 a David todo lo que le hab\u00eda dado:<\/p>\n
\u201cYo te ung\u00ed\u00a0rey sobre Israel y te libr\u00e9 de la mano de Sa\u00fal.\u00a0Yo tambi\u00e9n entregu\u00e9 a tu cuidado\u00a0la casa de tu se\u00f1or y las mujeres de tu se\u00f1or, y te di la casa de Israel y de Jud\u00e1; y si\u00a0eso hubiera sido\u00a0poco, te hubiera a\u00f1adido muchas cosas como estas\u201d (vv.\u202f7,\u202f 8).<\/p>\n
Parec\u00eda que el Se\u00f1or le estaba preguntando \u201c\u00bfCu\u00e1nto quer\u00edas, David?\u201d. Y luego, considerando cu\u00e1nto amaba David al Se\u00f1or, Nat\u00e1n asest\u00f3 un golpe desgarrador con esta pregunta: \u201c\u00bfPor qu\u00e9 has despreciado la palabra del SE\u00d1OR haciendo lo malo ante Sus ojos?\u201d (v.\u202f9).<\/p>\n
\u00bfPuede alguna palabra ser m\u00e1s hiriente para David que acusarlo de despreciar la palabra del Se\u00f1or? Casi puedo ver su cabeza colgando de verg\u00fcenza cuando se dio cuenta a qu\u00e9 se refer\u00eda Nat\u00e1n. No se trataba de ovejas; se trataba de \u00e9l y de sus acciones ego\u00edstas y deliberadas con Betsab\u00e9 y Ur\u00edas, eran acciones pecaminosas que equival\u00edan a despreciar la palabra de Dios y a Dios mismo (v.\u202f10).<\/p>\n
Pero lo que diferencia a David de tantos otros que pecaron es su respuesta: \u201cHe pecado contra el SE\u00d1OR\u201d (v.\u202f13). Es una respuesta simple y sincera de que est\u00e1 contrito y arrepentido. Sin excusas. Sin argumentos. Sin explicaciones ego\u00edstas.<\/p>\n
El ejemplo de David es bueno para que lo sigamos. Ser disc\u00edpulo del Se\u00f1or es un compromiso total con Su verdad, sin despreciarla. Pero eso no significa que no fallaremos ante esa verdad. Significa que reconocemos esos errores y pedimos humildemente el perd\u00f3n de Dios. Pedro llor\u00f3 amargamente cuando se dio cuenta de que, de hecho, hab\u00eda negado a su Se\u00f1or, no una sino las tres veces que Jes\u00fas predijo (Mateo 26:75).<\/p>\n
David tambi\u00e9n se arrepinti\u00f3 de su pecado con Betsab\u00e9. El Salmo 51 es el registro de su poderosa oraci\u00f3n (ver recuadro).<\/p>\n
El costo del discipulado es una confianza plena en nuestro Se\u00f1or, una dependencia absoluta en \u00c9l y en Su Palabra, y una confesi\u00f3n sincera cuando fallamos en esa dependencia. Estamos llamados a una vida de fe bajo la protecci\u00f3n y provisi\u00f3n de Dios. \u00c9l pelear\u00e1 nuestras batallas y nos guiar\u00e1 en Su verdad.<\/p>\n
Cuando mantenemos una confianza inquebrantable y una honestidad ante el Dios de nuestra salvaci\u00f3n como lo hicieron Pedro y David, entonces \u00c9l perdona nuestros fracasos. Se convierten en una ocasi\u00f3n para llevar a otros a no despreciar sino a regocijarse en la verdad de Dios: \u201cEntonces ense\u00f1ar\u00e9 a los transgresores Tus caminos, Y los pecadores se convertir\u00e1n a Ti\u201d (v.\u202f13).<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
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