\u201cSabemos lo que es mejor para usted\u201d, insisti\u00f3 la enfermera. Ella neg\u00f3 mi petici\u00f3n de ver a mi hijita, quien hab\u00eda regresado con su Padre celestial pocas horas despu\u00e9s de su nacimiento. S\u00ed, mi esposo pod\u00eda verla. Pero yo no.<\/p>\n
Eso me llev\u00f3 a un camino de dolor que se extendi\u00f3 a lo largo de los a\u00f1os. Pocas personas de mi familia y amigos hablaban de Christy. Y apenas pude escuchar las condolencias murmuradas que me mandaban. El embarazo hab\u00eda agravado una condici\u00f3n conocida como otosclerosis y hab\u00eda perdido gran parte de mi o\u00eddo. Sent\u00eda como si mi cabeza estuviera encerrada en una pecera.<\/p>\n
La mayor\u00eda de la gente asumi\u00f3 que, dado que Christy no hab\u00eda sido parte de nuestro hogar, yo \u201csuperar\u00eda\u201d mi dolor y la vida continuar\u00eda. Pero el dolor negado es dolor multiplicado. Mi esposo, Bill, me abrazaba noche tras noche mientras lloraba.<\/p>\n
Durante un a\u00f1o detuve la cirug\u00eda que necesitaba para tratar mi p\u00e9rdida auditiva. Luego, un a\u00f1o despu\u00e9s de eso, justo cuando sent\u00eda que mi vida como madre de dos ni\u00f1os peque\u00f1os estaba volviendo a encarrilarse, recib\u00ed la llamada telef\u00f3nica que todos tememos.<\/p>\n
\u201cPrincipios de c\u00e1ncer\u201d, dijo el m\u00e9dico.<\/p>\n
Necesitaba una histerectom\u00eda, y en esos d\u00edas, para la recuperaci\u00f3n, pon\u00edan a uno en la sala de maternidad. M\u00e1s l\u00e1grimas. \u00bfMejorar\u00eda alguna vez la vida?<\/p>\n
S\u00ed, Dios lo hab\u00eda susurrado a mi coraz\u00f3n a trav\u00e9s de un canto, las cosas mejorar\u00edan.<\/p>\n
La semana siguiente al entierro de nuestra hija, Bill y los ni\u00f1os se fueron a la iglesia mientras yo me recuperaba. En la radio escuch\u00e9 el canto \u201cComo el Ciervo\u201d. La letra conmovi\u00f3 algo dentro de mi coraz\u00f3n. Reconoc\u00ed la l\u00ednea de las Escrituras y encontr\u00e9 el pasaje en el Salmo 42:1: \u201cComo el ciervo brama por las corrientes de las aguas, as\u00ed clama por ti, oh Dios, el alma m\u00eda\u201d.<\/p>\n
El salmista se sinti\u00f3 deprimido, pero record\u00f3 lo que Dios hab\u00eda hecho en el pasado. Eso le dio esperanza para el futuro.<\/p>\n
Si hab\u00eda algo que necesitaba, era esperanza. Memoric\u00e9 el salmo, y esa escritura se convirti\u00f3 en mi salvavidas a trav\u00e9s de los a\u00f1os de dolor que vendr\u00edan.<\/p>\n
El salmista anhelaba conocer mejor a Dios: \u201cMi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; \u00bfCu\u00e1ndo vendr\u00e9, y me presentar\u00e9 delante de Dios?\u201d (v.\u202f2). Eso tambi\u00e9n se convirti\u00f3 en el grito de mi coraz\u00f3n. Mientras yac\u00eda en la cama del hospital, con la Biblia abierta ante m\u00ed, las p\u00e1ginas al principio s\u00f3lo sonaban como hojas secas. Nada ten\u00eda sentido para m\u00ed.<\/p>\n
Mi congregaci\u00f3n hab\u00eda orado por m\u00ed durante un embarazo dif\u00edcil. \u00bfPor qu\u00e9 Dios permitir\u00eda que esto sucediera? \u00bfC\u00f3mo podr\u00eda morir un beb\u00e9 en estos tiempos? \u00bfPor qu\u00e9 Dios no hab\u00eda respondido nuestras oraciones por un beb\u00e9 sano?<\/p>\n
Pero esa era la condici\u00f3n en la que yo necesitaba estar cuando encontr\u00e9 este salmo, porque pod\u00eda identificarme con el salmista: realmente ten\u00eda sed de Dios. Quer\u00eda conocerlo mejor, comprender Sus caminos en el mundo, experimentar Su consuelo y fortaleza.<\/p>\n
El salmista reflexion\u00f3 sobre el pasado:<\/p>\n
Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de m\u00ed; de c\u00f3mo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, entre voces de alegr\u00eda y de alabanza del pueblo en fiesta (v.\u202f4).<\/p>\n
El pueblo jud\u00edo viaj\u00f3 al templo en Jerusal\u00e9n para celebrar tres fiestas anuales: la Pascua\/Panes sin levadura, las Semanas o Pentecost\u00e9s y los Tabern\u00e1culos. Celebraban estas fiestas de peregrinaje con alegr\u00eda y acci\u00f3n de gracias. Aunque el salmista ahora lloraba, atesoraba gratos recuerdos de esas especiales ocasiones.<\/p>\n
El salmista tambi\u00e9n recordaba lugares particulares en Israel, desde las orillas del r\u00edo Jord\u00e1n hasta las alturas de las monta\u00f1as. Quiz\u00e1s esos lugares le recordaban la fidelidad de Dios hacia los israelitas cuando se establecieron en la Tierra Prometida.<\/p>\n
Al igual que el salmista, reflexion\u00e9 sobre las experiencias en las que Dios me hab\u00eda ayudado en el pasado: una grave enfermedad infantil de la que me recuper\u00e9; mi matrimonio con un esposo fiel; una oraci\u00f3n espec\u00edfica respondida cuando or\u00e9 a Dios en busca de consejos sobre la crianza de los hijos.<\/p>\n
Si bien la tristeza ahora llenaba mi coraz\u00f3n al pasar junto a la diminuta tumba de Christy en el cementerio de la iglesia, recordaba cuando asist\u00eda con alegr\u00eda a la iglesia y me ofrec\u00eda como voluntaria para servir all\u00ed. Estos preciosos recuerdos alimentaron la esperanza de que la vida pudiera volver a ser buena.<\/p>\n
Aunque el salmista recordaba tiempos mejores, todav\u00eda se sent\u00eda deprimido: \u201c\u00bfPor qu\u00e9 te abates, oh alma m\u00eda, y te turbas dentro de m\u00ed?\u201d (v.\u202f5).<\/p>\n
El hecho de que sepamos que Dios es fiel no significa que no pasaremos por el dolor. De hecho, expresar el dolor es esencial para sanar. Si reprimimos nuestros sentimientos y nos negamos a reconocerlos, s\u00f3lo prolonga nuestro dolor.<\/p>\n
Yo hice precisamente eso porque me sent\u00eda culpable de verbalizar mis emociones. Pens\u00e9 que no merec\u00eda llorar. No era como si hubiera perdido a una ni\u00f1a a la que hab\u00eda abrazado y criado. Y despu\u00e9s de todo, yo era cristiana. Los cristianos sabemos que los ni\u00f1os que mueren estar\u00e1n con el Se\u00f1or para siempre. Por lo tanto, todo estaba bien.<\/p>\n
Pero no me fue bien. La breve vida y muerte de Christy ocupaba mis pensamientos.<\/p>\n
A\u00f1os m\u00e1s tarde, habl\u00e9 en un retiro de mujeres y compart\u00ed lo mucho que el Salmo 42 hab\u00eda llegado a significar para m\u00ed. Y llor\u00e9. Despu\u00e9s, dos mujeres se acercaron y pidieron orar conmigo. No recuerdo sus palabras, pero su amable gesto trajo un cierre a mi alma. Me consol\u00f3 saber que alg\u00fan d\u00eda ver\u00e9 a Christy en el reino eterno de Dios.<\/p>\n
El salmista termina el salmo con un tono optimista: \u201cEspera en Dios; porque a\u00fan he de alabarle, salvaci\u00f3n m\u00eda y Dios m\u00edo\u201d (v.\u202f11). Yo tambi\u00e9n me aferr\u00e9 a la esperanza de que las cosas mejorar\u00edan.<\/p>\n
Un par de a\u00f1os despu\u00e9s de la muerte de Christy, me inscrib\u00ed en un seminario para prepararme mejor para el ministerio de educaci\u00f3n cristiana, y mis estudios me ayudaron a olvidar mi dolor.<\/p>\n
Muchos a\u00f1os despu\u00e9s, cuando mis hijos crecieron, trajeron maravillosas nueras a mi vida y luego nietas y nietos tambi\u00e9n. Veinte a\u00f1os despu\u00e9s de la muerte de Christy, mi hijo llam\u00f3 temprano una ma\u00f1ana y nos invit\u00f3 a mi esposo y a m\u00ed a ir al hospital para presenciar el nacimiento de nuestra primera nieta. \u00bfPodr\u00eda volver a la sala de partos de un hospital sin que me afectara?<\/p>\n
Nuestra Rachel entr\u00f3 al mundo pataleando y gritando, y en la sala de partos del hospital, una vez m\u00e1s sent\u00ed la mano sanadora de Dios. Se sinti\u00f3 bien estar all\u00ed.<\/p>\n
Al aferrarme a la esperanza expresada por el salmista, sobreviv\u00ed a la depresi\u00f3n causada por mi dolor. No existe una vacuna para protegerse contra la depresi\u00f3n, pero encontramos ayuda y esperanza en el mensaje del Salmo 42.<\/p>\n
Es posible que necesitemos ayuda profesional para afrontar el dolor u otras situaciones que nos hagan sentir deprimidos. Pero, cada vez que surjan necesidades, este salmo y otros est\u00e1n disponibles para nosotros de d\u00eda o de noche.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
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