{"id":27668,"date":"2021-09-17T00:00:57","date_gmt":"2021-09-17T06:00:57","guid":{"rendered":"https:\/\/baonline.cog7engage.net\/?p=27668"},"modified":"2023-08-29T11:44:30","modified_gmt":"2023-08-29T17:44:30","slug":"practicando-la-hospitalidad","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/baonline.cog7engage.net\/es\/practicando-la-hospitalidad\/","title":{"rendered":"Practicando la Hospitalidad"},"content":{"rendered":"
Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrir\u00e1 multitud de pecados. Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones. Cada uno seg\u00fan el don que ha recibido, min\u00edstrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. (1\u202fPedro 4:8-10).<\/p>\n
La hospitalidad parece estar olvidada o descuidada en los ajetreados estilos de vida de hoy. Pocas personas reciben invitados a cenar y prefieren comer fuera, o permiten que el ajetreo les impida hacer cualquier cosa.<\/p>\n
Ser hospitalario es diferente del entretenimiento social, el cual se centra en los anfitriones. \u00c9stos deben ser relajados y bondadosos, la casa impecable, la comida sabrosa y abundante. Algunos puedieran invitar a alguien esperando una invitaci\u00f3n de regreso.<\/p>\n
La hospitalidad, por otro lado, se centra en los hu\u00e9spedes y sus necesidades. Implica calidez, amabilidad y generosidad y puede tener lugar en una casa desordenada con un plato de sopa. No necesitamos una casa impecable y un men\u00fa elaborado que ha llevado horas preparar.<\/p>\n
A veces no estamos dispuestos a ofrecer hospitalidad porque estamos cansados. Tal vez nuestro presupuesto sea ajustado o no creemos que nuestra casa sea lo suficientemente buena. Pero Pedro habla de la hospitalidad como una fuerte expresi\u00f3n de amor y de un esp\u00edritu generoso y sin quejas.<\/p>\n
Hechos 2:46 describe las reuniones de la iglesia primitiva en los hogares y compartiendo sus comidas: \u201cY perseverando un\u00e1nimes cada d\u00eda en el templo, y partiendo el pan en las casas, com\u00edan juntos con alegr\u00eda y sencillez de coraz\u00f3n\u201d.<\/p>\n
Los viajeros en la \u00e9poca de Pedro depend\u00edan de sus compa\u00f1eros creyentes para que les dieran un lugar donde quedarse. Las primeras iglesias eran iglesias en las casas, por lo que las reuniones de la iglesia eran imposibles si la gente no estaba dispuesta para abrir sus hogares.<\/p>\n
Los momentos de adoraci\u00f3n a menudo suced\u00edan alrededor de una comida. En ese caso, la carga de la hospitalidad iba m\u00e1s all\u00e1 de proporcionar una habitaci\u00f3n, a pesar de que muchos viajeros llevaban provisiones con ellos. La hospitalidad un\u00eda a las personas y les permit\u00eda conocerse entre s\u00ed. Las iglesias j\u00f3venes a las que escribi\u00f3 Pedro necesitaban esa interdependencia, especialmente en una cultura hostil a la fe.<\/p>\n
Mostrar hospitalidad puede ser particularmente demandante, por eso Pedro agrega la frase \u201csin quejas\u201d. Los hu\u00e9spedes se comen nuestra comida, absorben nuestra energ\u00eda emocional y nuestro tiempo. Especialmente los hu\u00e9spedes inesperados pueden ser inconvenientes por varias razones. Incluso podr\u00edan ser personas pesadas, quisquillosas o exigentes.<\/p>\n
Sin embargo, Pedro enfatiza que los cristianos deben brindar hospitalidad sin quejarse y de buena gana, ya sea en secreto o abiertamente. No tenemos la opci\u00f3n de escoger y elegir servir solo a aquellos que son encantadores o que tienen los mismos intereses.<\/p>\n
Mientras viv\u00eda en \u00c1frica, y m\u00e1s tarde en Alaska, me identifiqu\u00e9 personalmente con este verso de 1\u202fPedro. En las estaciones misioneras remotas y en las aldeas esquimales donde viv\u00edamos, no hab\u00eda alternativa a tener invitados, ya que no exist\u00eda ning\u00fan hotel o restaurante. Nosotros ten\u00edamos que serlo. Aprend\u00ed la importancia de ofrecer hospitalidad con amor, sin quejarme, fuera conveniente o no, sintiera ganas o no y estuvi\u00e9ramos preparados o no. Con creyentes y no creyentes en nuestro hogar, me di cuenta de que mi testimonio por el Se\u00f1or estaba en juego.<\/p>\n
Muchos suministros de alimentos no estaban disponibles localmente, por lo que ten\u00edan que enviarse. Los alimentos frescos eran un lujo en Alaska. Durante nuestro primer a\u00f1o all\u00ed, acab\u00e9 con dos abrelatas. Ten\u00edamos que planear cuidadosamente para asegurarnos de no quedarnos sin lo esencial. Al principio no quer\u00edamos aceptar ning\u00fan tipo de reembolso por el alojamiento y suministros, pero pronto descubrimos que nuestro presupuesto necesitaba una ayuda de los viajeros frecuentes. Aprend\u00ed a tener a la mano una colecci\u00f3n de buenas recetas que pod\u00eda preparar r\u00e1pidamente. Hornear grandes porciones de pan era una parte importante de mi agenda.<\/p>\n
La preparaci\u00f3n de la comida puede ser bastante complicada, ya que toda nuestra agua para beber y cocinar ten\u00eda que hervirse y filtrarse, un proceso que consume mucho tiempo. Ten\u00eda que planearlo con varias horas de anticipaci\u00f3n. Esto pas\u00f3 tanto en \u00c1frica como en Bush Alaska.<\/p>\n
A menudo me hab\u00edan dicho que mi don era la hospitalidad, pero comenc\u00e9 a dudar despu\u00e9s de hospedar a algunos de nuestros visitantes. Los invitados iban desde los encantadores hasta los exigentes y los que ten\u00edan una mala reputaci\u00f3n.<\/p>\n
No todos los visitantes eran limpios. Ni tampoco los hu\u00e9spedes que pasaban la noche manten\u00edan limpias sus habitaciones. La ropa estaba por todos lados, ba\u00f1os sucios y mucho desorden invadieron mi zona de confort.<\/p>\n
Uno de nuestros hu\u00e9spedes ten\u00eda cuatro patas. Cuando viv\u00edamos en un peque\u00f1o apartamento en Bruselas, B\u00e9lgica, durante un estudio del idioma antes de partir hacia \u00c1frica, una pareja de misioneros nos pregunt\u00f3 si podr\u00edamos quedarnos con su poodle por unos d\u00edas. El poodle result\u00f3 ser un canino de tama\u00f1o completo y los due\u00f1os se hab\u00edan ido por dos semanas.<\/p>\n
Nuestros ni\u00f1os estaban encantados, pero yo estaba exhausta tratando de mantener la paz con el due\u00f1o de la casa, quien explot\u00f3 al pensar que tuvi\u00e9ramos un monstruo as\u00ed en el apartamento. Escuch\u00e9 palabras en franc\u00e9s que no pens\u00e9 que necesitaba agregar a mi vocabulario misionero.<\/p>\n
Durante nuestro primer a\u00f1o en \u00c1frica, seis misioneros europeos llegaron a nuestra estaci\u00f3n misionera durante la estaci\u00f3n seca. Esto era un problema, ya que nuestro suministro de agua proven\u00eda de barriles de agua que ahorr\u00e1bamos durante la temporada de lluvias. La racion\u00e1bamos cuidadosamente porque el agua extra que se necesitara ten\u00edamos que llevarla cargando por una colina empinada en cubetas de cinco galones.<\/p>\n
La mayor\u00eda de los invitados eran cuidadosos al usar el agua. Sin embargo, una persona decidi\u00f3 que era hora de lavar su auto Land Rover. Se me fue la respiraci\u00f3n al verlo usar tanta agua sobre su sucio veh\u00edculo, especialmente porque hab\u00eda conducido desde el \u00e1rea del lago el d\u00eda anterior donde ten\u00eda abundante agua. Ser hospitalaria sin quejarme fue un desaf\u00edo a mi resoluci\u00f3n.<\/p>\n
Cuando viv\u00edamos en Kampala, Uganda, las cosas eran menos complicadas en cuanto a conseguir suministros y lavar la ropa para los hu\u00e9spedes. Intent\u00e1bamos dar la bienvenida a todos los que ven\u00edan, incluyendo a la media docena de trabajadores de la agencia Peace Corps workers. Definitivamente parec\u00edan inc\u00f3modos cuando insistimos en que se unieran a la v\u00edspera vespertina con otros misioneros en nuestra casa.<\/p>\n
Sin embargo, tarareaban cuando cant\u00e1bamos y escuchaban cort\u00e9smente el devocional. Cuando lleg\u00f3 la hora de dormir, no est\u00e1bamos seguros de qui\u00e9n dorm\u00eda normalmente con qui\u00e9n, aunque era obvio que estaban acostumbrados a compartir habitaciones y compa\u00f1eros de cama. Pero les dimos pocas opciones: \u201cChicas, esta es su habitaci\u00f3n. \u00a1Chicos, ustedes est\u00e1n al final del pasillo! \u201c La ma\u00f1ana siguiente fue una r\u00e1faga de c\u00e1lidos abrazos y agradecimientos. Confi\u00e1bamos en que Dios usar\u00eda nuestra hospitalidad en sus vidas.<\/p>\n
Nuestros dos a\u00f1os en la ciudad fueron maravillosos para ejercitar el don de la hospitalidad. Aunque hab\u00eda hoteles y restaurantes, la mayor\u00eda de los misioneros viv\u00edan con presupuestos ajustados, especialmente aquellos apoyados por misiones religiosas. Pronto se supo que la alfombra de bienvenida estaba en nuestra casa. Por curiosidad, una vez llev\u00e9 un registro del n\u00famero de comidas servidas. Durante un per\u00edodo de dos semanas, establecimos noventa y cuatro lugares adicionales en la mesa. Algunos eran internos habituales, pero a\u00fan as\u00ed, el trabajo y la planificaci\u00f3n estaban involucrados.<\/p>\n
La amonestaci\u00f3n para ofrecer hospitalidad sin quejarse se transmiti\u00f3 v\u00edvidamente durante nuestra estad\u00eda en Kampala. Una pareja de misioneros de unos setenta a\u00f1os estuvo en la ciudad durante seis semanas y necesitaba alojamiento. Su hijo y su familia viv\u00edan cerca, pero la nuera insisti\u00f3 en que su estad\u00eda ser\u00eda breve. As\u00ed que invitamos a la pareja mayor a nuestra casa. Qu\u00e9 delicia.<\/p>\n
Nos bendijeron mucho m\u00e1s de lo que nosotros podr\u00edamos haberlos bendecido. Pens\u00e9 que era triste que su nuera perdiera la oportunidad \u00fanica de que sus hijos pasaran tiempo con sus abuelos. Su esp\u00edritu negativo y quejumbroso da\u00f1\u00f3 una relaci\u00f3n. Por otro lado, nuestras vidas se vieron enriquecidas por esas personas tan amables que hab\u00edan pasado m\u00e1s de cincuenta a\u00f1os en los pueblos africanos. Sus historias de la fidelidad y la provisi\u00f3n de Dios, y el impacto del evangelio en peque\u00f1as comunidades donde se desconoc\u00eda el nombre de Cristo, alentaron nuestro propio deseo de servir.<\/p>\n
Nos encantaba tener gente en nuestro hogar y lo consider\u00e1bamos un ministerio gratificante. Muy seguido yo dec\u00eda que mantuvimos las puertas abiertas durante cuarenta a\u00f1os. Cuando regresamos de \u00c1frica y construimos una nueva casa en Oreg\u00f3n, designamos una habitaci\u00f3n de hu\u00e9spedes con una entrada exterior y la llamamos nuestra \u201cc\u00e1mara del profeta\u201d, como con El\u00edas en 2\u202fReyes 4:10. Los misioneros todav\u00eda lo hacen su hogar cuando est\u00e1n lejos del hogar.<\/p>\n
Practicar la hospitalidad puede abrir las puertas para compartir el evangelio. En la atm\u00f3sfera relajada de nuestros hogares, la conversaci\u00f3n puede f\u00e1cilmente volverse hacia Dios. S\u00ed, puede ser dif\u00edcil e inconveniente, pero las recompensas no tienen comparaci\u00f3n.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
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