\u00bfRecuerda su primer verso de memoria? Yo s\u00ed. Dorothy Keim me lo ense\u00f1\u00f3 en una convenci\u00f3n de la iglesia en 1973, cuando ten\u00eda siete a\u00f1os. Muchos amamos este verso: Romanos 8:28: \u201cY sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su prop\u00f3sito son llamados\u201d.<\/p>\n
He olvidado muchas cosas en los casi cincuenta a\u00f1os transcurridos desde ese entonces, pero no he olvidado ese verso o su mensaje de que Dios est\u00e1 cumpliendo Su prop\u00f3sito en aquellos que lo aman.<\/p>\n
Pero, \u00bfcu\u00e1l<\/em> es ese prop\u00f3sito y c\u00f3mo<\/em> Dios lo est\u00e1 haciendo en nosotros? Permitamos que este popular cap\u00edtulo responda ambas preguntas. Romanos 8 se trata de esa Transformaci\u00f3n<\/em>.<\/p>\n Romanos 8:28 no solo nos dice que nos estamos convirtiendo, pero el verso 29 nos dice en qu\u00e9 nos estamos convirtiendo: \u201cPorque a los que antes conoci\u00f3 [Dios], tambi\u00e9n los predestin\u00f3 para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que \u00e9l sea el primog\u00e9nito entre muchos hermanos\u201d. \u00a1Qu\u00e9 prop\u00f3sito! Qu\u00e9 promesa de que seremos transformados a la semejanza de Jesucristo, quien es la imagen expresa de Dios el Padre (Hebreos 1:3).<\/p>\n Las palabras apenas pueden describir la maravilla de convertirnos en lo que Dios ha planeado para nosotros. Con manos vac\u00edas y rodillas d\u00e9biles, solo puedo decir, \u00a1S\u00ed! <\/em>en fe, confiando en que El Alfa y Omega de nuestras vidas es tambi\u00e9n el Principio y el Fin de Romanos 8. El nombre de Jes\u00fas est\u00e1 en el primer y \u00faltimo verso. Y en esos versos vemos no solo en qui\u00e9n nos estamos convirtiendo sino tambi\u00e9n en quienes ya somos en Cristo: \u201cAhora, pues, ninguna condenaci\u00f3n hay para los que est\u00e1n en Cristo Jes\u00fas .\u202f.\u202f. [Nada] nos podr\u00e1 separar del amor de Dios, que es en Cristo Jes\u00fas Se\u00f1or nuestro\u201d (vv.\u202f1, 39).<\/p>\n No estamos condenados porque somos amados. El amor de Dios se manifest\u00f3 y la condenaci\u00f3n se cancel\u00f3 cuando Dios \u201cenviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, conden\u00f3 al pecado en la carne .\u202f.\u202f. \u00bfQui\u00e9n es el que condenar\u00e1? Cristo es el que muri\u00f3; m\u00e1s aun, el que tambi\u00e9n resucit\u00f3\u201d (vv.\u202f3, 34). No estamos condenados, porque Cristo conden\u00f3 nuestros pecados en S\u00ed mismo. \u00c9l ha resucitado, y nosotros con \u00c9l. Este es el amor puro y la vida en la que nos estamos convirtiendo.<\/p>\n Mientras esperamos para ser conformados a Cristo y Su resurrecci\u00f3n, no podemos olvidar qui\u00e9n es Jes\u00fas: la ofrenda por el pecado entregada por nosotros (vv.\u202f3, 32). La l\u00ednea de partida nos dirige a la meta. Anhelamos ser como \u00c9l mientras estamos anclados a lo que ha hecho.<\/p>\n Pero, \u00bfc\u00f3mo es posible que lleguemos a ser como \u00c9l? Se necesita algo m\u00e1s grande que yo, mucho m\u00e1s grande: el mismo Esp\u00edritu de Dios. \u201cPorque todos los que son guiados por el Esp\u00edritu de Dios, \u00e9stos son hijos de Dios\u201d (v.\u202f14). El Esp\u00edritu sigue de cerca a Jes\u00fas en Romanos 8:1. Los que no est\u00e1n condenados en Cristo son aquellos que caminan por el Esp\u00edritu.<\/p>\n Romanos 8 est\u00e1 saturado del Esp\u00edritu. Se le menciona diecinueve veces en treinta y nueve versos. La vida santificada que Dios tiene para nosotros es \u201cseg\u00fan el Esp\u00edritu\u201d (vv.\u202f1, 4, 5). Al igual que la gloria Shekinah con Israel y el tabern\u00e1culo del desierto, el Esp\u00edritu no solo nos gu\u00eda sino que tambi\u00e9n mora en nosotros. Este esp\u00edritu es vida. Y el Esp\u00edritu da vida a los que le siguen (vv.\u202f9-11).<\/p>\n Romanos 8 nos dice a d\u00f3nde nos lleva el Esp\u00edritu de Cristo, y lo que hemos dejado atr\u00e1s. Al igual que el \u00e9xodo de Israel, el largo viaje para cambiar significa abandonar \u201cla carne\u201d y la \u201cmente carnal\u201d. Estos est\u00e1n en enemistad con Dios. Se rebelan contra la santa ley de Dios; no pueden agradar a Dios. Conocemos esa manera antigua, pero ya no caminamos de esa manera: \u201cTener una mente carnal es muerte\u201d (vv.\u202f4-8).<\/p>\n No estamos en la carne sino en el Esp\u00edritu. El Esp\u00edritu nos est\u00e1 alejando de la muerte y nos dirige\u00a0\u00a0 hacia la vida de resurrecci\u00f3n y paz porque el Esp\u00edritu que levant\u00f3 a Jes\u00fas de los muertos vive en nosotros. \u00a1Asombroso! Participamos con el Esp\u00edritu de Dios en esto al seguir Su direcci\u00f3n y al vencer la carne por el Esp\u00edritu: \u201csi por el Esp\u00edritu hac\u00e9is morir las obras de la carne, vivir\u00e9is\u201d (vv.\u202f12, 13).<\/p>\n Por el Esp\u00edritu de Dios estamos derrotando a la carne y estamos viviendo Su justa ley (v.\u202f4). \u201csomos m\u00e1s que vencedores por medio de aquel que nos am\u00f3\u201d (v. 37).<\/p>\n No s\u00e9 usted, pero yo, no siempre me siento como un vencedor. La buena noticia es que el Esp\u00edritu est\u00e1 con nosotros en cada paso del camino. Cuando el camino es demasiado dif\u00edcil de caminar, clamamos \u201cAbba, Padre\u201d, y el Esp\u00edritu mismo da testimonio de que somos hijos de Dios y herederos de todas Sus promesas en Cristo (vv.\u202f14-17).<\/p>\n En nuestra debilidad, al gemir junto con la creaci\u00f3n ca\u00edda, sin siquiera poder hablar y teniendo solo un poco m\u00e1s que esperanza, a\u00fan ah\u00ed el Esp\u00edritu est\u00e1 presente e intercede por nosotros (vv.\u202f18-27).<\/p>\n El camino para cambiar no siempre es f\u00e1cil. A menudo est\u00e1 marcado por trabajos y dolores de parto. Pero por el Esp\u00edritu, con ansia y paciencia esperamos la liberaci\u00f3n que vendr\u00e1: \u201cLas aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros habr\u00e1 de manifestarse\u201d (v.\u202f18).<\/p>\n \u00a1Alabado sea el Se\u00f1or! A esa gloria y glorificaci\u00f3n es a la que Dios nos ha destinado a trav\u00e9s de Su Hijo y de Su Esp\u00edritu (v.\u202f29). Dios es la raz\u00f3n por la cual estamos, y el camino hacia d\u00f3nde nos dirigimos. Cuando lleguemos, \u00c9l estar\u00e1 esperando.<\/p>\n As\u00ed que no se desanime en el camino. Nada puede separarnos del amor de Dios. Y si algo intenta hacerlo, recuerde: \u201cSi Dios es por nosotros, \u00bfqui\u00e9n contra nosotros?\u201d (v.\u202f31).<\/p>\n Lo aprend\u00ed a los siete a\u00f1os. Por Su obra, seremos todo lo que \u00c9l hab\u00eda deseado que fu\u00e9ramos.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" \u00bfRecuerda su primer verso de memoria? Yo s\u00ed. Dorothy Keim me lo ense\u00f1\u00f3 en una convenci\u00f3n de la iglesia en 1973, cuando ten\u00eda siete a\u00f1os. 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El Esp\u00edritu es el c\u00f3mo<\/em><\/h2>\n
Dios es el porqu\u00e9<\/em><\/h2>\n