Con respiraci\u00f3n profunda, apagu\u00e9 las velas de mi pastel de cumplea\u00f1os. Cuando la hora cambi\u00f3 de las siete a las ocho, r\u00e1pidamente dej\u00e9 mi pastel para abrir el regalo que estaba m\u00e1s cerca a m\u00ed y lo abr\u00ed con una ferocidad juvenil. Aunque severamente debilitada por fuertes punzadas de dolor, mi madre hab\u00eda envuelto ese regalo con mucho amor.<\/p>\n
Cuando tir\u00e9 el papel de la envoltura del regalo al piso esterilizado de la habitaci\u00f3n del hospital, mis ojos se agrandaron al ver un nuevo juguete X-Wing. Con entusiasmo me volv\u00ed hacia mi hermano y mis primos para mostrarles mi nuevo tesoro. Baj\u00e1ndome del regazo de mi mam\u00e1, agradec\u00ed profusamente a mis padres y luego me fui corriendo a la sala de espera. La alegr\u00eda de ese regalo me lanz\u00f3 a una galaxia muy, muy lejana.<\/p>\n
Mientras tanto en la tierra, mi madre se estaba muriendo lentamente. Una profunda pena acechaba justo afuera de su habitaci\u00f3n en el hospital.*<\/p>\n
El dolor y la p\u00e9rdida son realidades crudas que hunden sus garras heladas en cada coraz\u00f3n. Ninguna persona escapar\u00e1 de esta vida sin sentir el aliento fr\u00edo de la tristeza. Ya sea por enfermedad, muerte, circunstancias que salen de nuestro control, o por malas elecciones, el dolor nos encuentra a todos. Sin embargo, la pena que enfrentemos, no durar\u00e1 hasta el final de nuestra jornada.<\/p>\n
El rey David, un hombre muy familiarizado con el dolor, reorient\u00f3 su mirada cuando la p\u00e9rdida lo golpe\u00f3. \u201cT\u00fa llevas la cuenta de todas mis angustias\u201d, escribi\u00f3 el afligido monarca hebreo. \u201cY has juntado todas mis l\u00e1grimas en tu frasco; has registrado cada una de ellas en tu libro\u201d (Salmo 56:8, NTV). David confiaba en que Dios estaba cercanamente al tanto de cada l\u00e1grima derramada.<\/p>\n
El Dios de David lo hab\u00eda creado a \u00e9l y a nosotros con un prop\u00f3sito m\u00e1s duradero que el dolor. \u201c\u00bfCu\u00e1l es la principal finalidad del hombre?\u201d preguntaron los te\u00f3logos de Westminster. Contestando a su propia pregunta, respondieron: \u201cEl objetivo principal del hombre es glorificar a Dios y disfrutarlo para siempre\u201d (Catecismo Menor de Westminster<\/em>). El Se\u00f1or form\u00f3 nuestros cuerpos para rebosar con Su deleite. La alegr\u00eda en \u00c9l es nuestra meta.<\/p>\n Esta virtud es muy esencial para nuestras almas porque alinea nuestros pasos con los del Padre.<\/p>\n El pastor Sam Storms define este fruto espiritual como \u201cun deleite profundo y duradero en Dios\u201d. El gozo es saber que no importa cu\u00e1n oscura sea la noche, el Se\u00f1or todav\u00eda quiere que salga el sol en la ma\u00f1ana. Es confiar que en Su presencia \u201chay plenitud de gozo; En tu diestra hay deleites para siempre\u201d. (Salmo 16:11 NBLA). A trav\u00e9s de nuestras penas m\u00e1s conmovedoras, Dios crea nuestro mayor deleite en \u00c9l.<\/p>\n En Juan 2:1-11, Jes\u00fas y Sus disc\u00edpulos reciben una invitaci\u00f3n de \u00faltimo minuto para una boda en Can\u00e1. En las celebraciones de matrimonios jud\u00edos, los invitados normalmente llevaban un poco de vino. El que Jes\u00fas y Sus seguidores hubieran llegado sin ninguna bebida habr\u00eda causado asombro.<\/p>\n De la misma forma, cuando atravesamos circunstancias dif\u00edciles, podemos ser tentados a pensar que Cristo se ha presentado con las manos vac\u00edas a nuestro sufrimiento. Sin embargo, si nuestro dolor es como el agua en la boda de Can\u00e1, las manos de Jes\u00fas har\u00e1n un milagro sobre las profundidades de nuestra agon\u00eda. Transformar\u00e1 nuestro dolor m\u00e1s oscuro en la alegr\u00eda m\u00e1s profunda.<\/p>\n Jes\u00fas puede cambiar nuestro dolor porque \u00c9l mismo lo vivi\u00f3. En la cruz, \u00c9l llev\u00f3 nuestras aflicciones, fue traspasado por nuestro dolor y fue asesinado por nuestros pecados. Y los venci\u00f3 a todos. \u00c9l sabe c\u00f3mo sufrimos, y lo est\u00e1 usando para llevarnos a Su gozo.<\/p>\n El sufrimiento estaba destinado a ser solo una escala en el camino para deleitarse en Dios. El dolor no dura una eternidad.<\/p>\n Reflexionando sobre nuestro profundo sufrimiento, G. K. Chesterton escribi\u00f3:<\/p>\n El hombre es m\u00e1s \u00e9l mismo, el hombre es m\u00e1s humano, cuando el gozo es lo fundamental en \u00e9l y el dolor lo superficial. La melancol\u00eda deber\u00eda ser un interludio inocente, un estado de \u00e1nimo tierno y fugitivo; la alabanza deber\u00eda ser la pulsaci\u00f3n permanente del alma.<\/p>\n El llanto de nuestra larga noche se convertir\u00e1 en l\u00e1grimas de alegr\u00eda corriendo por nuestros rostros cuando la luz de Cristo se eleve eternamente ante nosotros. \u00c9l limpiar\u00e1 esas mismas l\u00e1grimas y las recoger\u00e1 en Su frasco. \u00c9l guardar\u00e1 nuestra tristeza como un monumento para nuestro deleite sin fin en Su presencia. Sus manos, las manos que convirtieron el agua en vino, transformar\u00e1n cada uno de nuestros dolores en un gozo glorioso.<\/p>\n <\/p>\n *Nota del autor: En Su misericordia,<\/em> Dios salv\u00f3 a mi madre. Hoy, ella est\u00e1 viva y sana.<\/em><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Con respiraci\u00f3n profunda, apagu\u00e9 las velas de mi pastel de cumplea\u00f1os. Cuando la hora cambi\u00f3 de las siete a las ocho, r\u00e1pidamente dej\u00e9 mi pastel para abrir el regalo que estaba m\u00e1s cerca a m\u00ed y lo abr\u00ed con una ferocidad juvenil. Aunque severamente debilitada por fuertes punzadas de dolor, mi madre hab\u00eda envuelto ese […]<\/p>\n","protected":false},"author":1548,"featured_media":26224,"comment_status":"closed","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"sync_status":"","episode_type":"","audio_file":"","castos_file_data":"","podmotor_file_id":"","cover_image":"","cover_image_id":"","duration":"","filesize":"","filesize_raw":"","date_recorded":"","explicit":"","block":"","footnotes":""},"categories":[635,1223],"tags":[],"yoast_head":"\nUn Dios que sabe<\/h2>\n