No puedo entrar all\u00ed, pens\u00e9 mientras me alejaba. El destartalado ba\u00f1o al aire libre que estaba frente a m\u00ed se tambaleaba al borde de un barranco, con solo un trozo de tela que serv\u00eda de puerta. Los ni\u00f1os de la aldea, los perros callejeros y los cerdos peque\u00f1os me observaban con inter\u00e9s mientras me alejaba.<\/p>\n
Mi esposo y yo est\u00e1bamos visitando una peque\u00f1a aldea Mien en la regi\u00f3n monta\u00f1osa del norte de Tailandia con amigos misioneros. Un viaje traqueteado en un camino de tierra nos hab\u00eda llevado a lo alto de la regi\u00f3n monta\u00f1osa cerca de la frontera entre Tailandia y Laos. En esta \u00e1rea de mala reputaci\u00f3n conocida como el Tri\u00e1ngulo Dorado, aquellos con ganancias por la actividad de las drogas viv\u00edan en lo que podr\u00eda describirse como \u201cmansiones\u201d al lado de las desvencijadas viviendas de sus vecinos.<\/p>\n
El servicio atrajo a una docena de creyentes en sillas de pl\u00e1stico, varios beb\u00e9s desnudos y perros flacos que deambulaban por la puerta abierta de la casa donde se celebr\u00f3 la reuni\u00f3n. La verdadera adoraci\u00f3n es la misma en todo el mundo, y era obvio que Jes\u00fas ten\u00eda un hogar en los corazones de esa aldea.<\/p>\n
Como farangs (extranjeros) e invitados, nos sirvieron una deliciosa comida de arroz campestre con pollo y verduras. Cuando visit\u00e1bamos despu\u00e9s de la comida, sent\u00ed una mano en mi brazo. Una peque\u00f1a mujer joven vestida con un manto de tela colorida con estampados tribales me dio una t\u00edmida sonrisa y me hizo un gesto.<\/p>\n
\u201c\u00bfQue est\u00e1 diciendo?\u201d pregunt\u00e9 a nuestros amigos.<\/p>\n
\u201cTe est\u00e1 llamando Hermana Mayor\u201d. De hecho, era mucho m\u00e1s alta, y s\u00ed, m\u00e1s grande, y d\u00e9cadas m\u00e1s grande que esta joven. Parec\u00eda tener veintitantos a\u00f1os y menos de cinco pies. \u201cElla quiere que vayas con ella\u201d.<\/p>\n
Tomando mi mano, la joven mujer me sac\u00f3 suavemente de la casa y subi\u00f3 una colina de tierra. Todo el pueblo estaba encaramado en un terreno que se inclinaba en todas las direcciones, con jardines en las terrazas de las laderas. Pude ver cordilleras m\u00e1s all\u00e1 de otras cordilleras en la brumosa distancia verde.<\/p>\n
La joven mujer me llev\u00f3 a una peque\u00f1a casa de madera construida en la cima de la colina donde estaba la casa de las reuniones. Sonriendo, ella me llev\u00f3 a la estructura de una sola habitaci\u00f3n con piso de tierra, una mesa peque\u00f1a y dos sillas de pl\u00e1stico. Una gran foto enmarcada del rey de Tailandia ocupaba un lugar de honor. Hizo un gesto hacia la impresi\u00f3n, y sonre\u00ed y asent\u00ed para hacerle saber que entend\u00eda el significado de la imagen. Sab\u00eda que era com\u00fan que los hogares en Tailandia exhibieran una foto del rey.<\/p>\n
Unos cuantos platos y ollas, algunas ropas y mantas estaban cuidadosamente puestos en sus lugares. Despu\u00e9s de haber admirado la peque\u00f1a casa con sonrisas y asentimientos, la joven mujer Mien me llev\u00f3 afuera. Puso dos taburetes de tres patas frente a la puerta y me indic\u00f3 que me sentara. Era como si me estuviera invitando a sentarme en su elegante terraza con c\u00f3modos muebles de patio. A nuestro alrededor, sus gallinas rascaban y picoteaban la tierra.<\/p>\n
Mi joven amiga se sent\u00f3 a mi lado d\u00e1ndome palmaditas en el brazo mientras juntas mir\u00e1bamos las cordilleras redondeadas que ca\u00edan en la distancia. Las gentiles palmaditas hablaban un idioma propio: un lenguaje de amor, de honor, de agradecimiento \u201cporque el Esp\u00edritu Santo ha derramado el amor de Dios en nuestros corazones \u201d (Romanos 5:5). Todo sin decir una palabra.<\/p>\n
Ella suspir\u00f3, y fue el sonido de satisfacci\u00f3n. Parec\u00eda muy orgullosa de mostrarme su mundo y las hermosas vistas que ve\u00eda todos los d\u00edas.<\/p>\n
Suspir\u00e9 tambi\u00e9n por la aceptaci\u00f3n y el amor que sent\u00eda. Se supon\u00eda que yo deb\u00eda ser quien llevara el amor de Dios a un lugar oscuro: la embajadora \u201coficial\u201d de Cristo. Sin embargo, ese d\u00eda sent\u00ed que el amor de Dios se manifestaba en mi coraz\u00f3n a trav\u00e9s de una mujer peque\u00f1a cuyo idioma no pod\u00eda entender. \u201cAhora bien, somos embajadores de Cristo\u201d, dijo Pablo en 2\u202fCorintios 5:20, \u201ccomo si Dios estuviera suplicando a trav\u00e9s de nosotros: les imploramos en nombre de Cristo, reconciliarse con Dios\u201d.<\/p>\n
Los embajadores de Dios se encuentran en lugares sorprendentes, a veces rodeados de cerdos y pollos. Su amor, \u201ccomo si Dios suplicara a trav\u00e9s de nosotros\u201d, atrae a otros hacia \u00c9l. Ese d\u00eda experiment\u00e9 c\u00f3mo Su amor cruza fronteras y divisiones culturales y no siempre requiere un lenguaje.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
No puedo entrar all\u00ed, pens\u00e9 mientras me alejaba. El destartalado ba\u00f1o al aire libre que estaba frente a m\u00ed se tambaleaba al borde de un barranco, con solo un trozo de tela que serv\u00eda de puerta. Los ni\u00f1os de la aldea, los perros callejeros y los cerdos peque\u00f1os me observaban con inter\u00e9s mientras me alejaba. […]<\/p>\n","protected":false},"author":1541,"featured_media":25928,"comment_status":"closed","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"sync_status":"","episode_type":"","audio_file":"","castos_file_data":"","podmotor_file_id":"","cover_image":"","cover_image_id":"","duration":"","filesize":"","filesize_raw":"","date_recorded":"","explicit":"","block":"","footnotes":""},"categories":[635,1037],"tags":[],"yoast_head":"\n