Otra temporada devastadora de incendios lleg\u00f3 y se fue de Australia, dejando a su paso miles de acres de paisaje quemado, casas convertidas en cenizas, 129 muertes, p\u00e9rdida masiva de ganado e innumerables animales end\u00e9micos desaparecidos. La tenue brizna de humo en un d\u00eda de 45 grados cent\u00edgrados es suficiente para enviar llamadas de p\u00e1nico a los servicios de emergencia.<\/p>\n
Vastas extensiones de tierras de cultivo a\u00fan arden. La tierra de Bush est\u00e1 misteriosamente ennegrecida. Durante unas semanas, la autopista Eyre estuvo cerrada, aislando la parte oeste de Australia del transporte habitual de camiones cargados con suministros esenciales. Caravanas, camiones y autom\u00f3viles quedaron varados en condiciones de calor cerca de la llanura de Nullarbor, lo cual les impidi\u00f3 conducir debido al incesante y espeso humo.<\/p>\n
\u00a0<\/strong><\/p>\n Los medios de comunicaci\u00f3n internacionales transmitieron im\u00e1genes en todo el mundo de la tragedia que se desarrollaba. Estados Unidos envi\u00f3 generosamente equipos de bomberos expertos para ayudar. Tambi\u00e9n prest\u00f3 un avi\u00f3n grande que bombardeaba agua, solo para que tristemente se perdiera el avi\u00f3n bombero y sus dedicados pilotos en el espeso humo cerca de las Monta\u00f1as Azules en Nueva Gales del Sur.<\/p>\n A medida que disminuyen los incendios, el proceso de recuperaci\u00f3n ahora est\u00e1 en marcha. Los asesores de seguros trabajan arduamente para responder a los reclamos. Las cadenas de camiones de semirremolque transportan heno a granjas con urgente necesidad de forraje en todo el pa\u00eds. Los aturdidos residentes est\u00e1n lentamente tratando de recuperar sus vidas, buscando recuerdos entre las ruinas de carb\u00f3n de lo que alguna vez fueron sus hogares.<\/p>\n Sin embargo, a trav\u00e9s de todo esto, ha habido momentos incre\u00edbles.<\/p>\n El personal de los servicios de emergencia estatales, los servicios de bomberos, la polic\u00eda y otros servicios de emergencia trabajaron incansablemente en condiciones agotadoras. Organizaciones ben\u00e9ficas recaudaron y distribuyeron fondos a los necesitados. Personas notables rescataron y cuidaron de los animalitos sufriendo traumas.<\/p>\n En algunos casos, los animales m\u00e1s peque\u00f1os sobrevivieron al calor escondi\u00e9ndose en cuevas de wombats, (el wombat es un animal nativo de Australia y tiene la apariencia de un oso con m\u00fasculos, es peque\u00f1o y de piernas muy cortas) excavadas profundamente en el suelo. Y en algunos casos reportados donde los granjeros oraban, las casas se salvaron milagrosamente cuando la tormenta de fuego pas\u00f3, dejando un paisaje ennegrecido y humeante.<\/p>\n En algunas partes de Australia, la neblina de humo a\u00fan persiste, un recordatorio de que este gran y seco continente del sur tiene una historia de auge y ca\u00edda, incendios e inundaciones, vida y muerte.<\/p>\n \u00a0<\/strong><\/p>\n A lo largo de todo esto, los medios de comunicaci\u00f3n, m\u00e1s equipados que nunca, compartieron una narrativa de que estos incendios fueron causados \u200b\u200besencialmente por una falta de acci\u00f3n asertiva para resolver el problema del cambio clim\u00e1tico. La tragedia que se desarrolla de la p\u00e9rdida y la muerte se politiz\u00f3 de alguna manera a medida que los partidos pol\u00edticos de izquierda atribuyeron mucha culpa a las voces m\u00e1s conservadoras.<\/p>\n Notablemente, tambi\u00e9n, esas mismas fuentes de disensi\u00f3n no se refirieron a los registros que revelan que 186 personas durante el a\u00f1o pasado en toda Australia fueron acusadas formalmente de delitos relacionados con incendios provocados.<\/p>\n Sin embargo, hist\u00f3ricamente, los incendios de este a\u00f1o fueron de alguna manera comparables a los que se han registrado desde los a\u00f1os 1800s. Los registros muestran que, en diversos grados, hubo una p\u00e9rdida a\u00fan mayor de vidas, tierras y propiedades en temporadas previas.<\/p>\n A veces, estos eventos catastr\u00f3ficos se asemejan al \u00abfin del mundo\u00bb. Y para algunos, emocional y f\u00edsicamente as\u00ed es, como la muerte de un joven voluntario de la brigada de bomberos, cuya joven esposa y beb\u00e9 se quedaron sufriendo el duelo. La p\u00e9rdida de 5,000 ovejas fue demasiado para un granjero y su esposa. O toda una empresa que se convirti\u00f3 en nada m\u00e1s que un mont\u00f3n de cenizas sin seguro.<\/p>\n \u00a0<\/strong><\/p>\n En una Australia anterior que ten\u00eda un esp\u00edritu cristiano distinto, los sufrientes y traumatizados pod\u00edan ver de alguna manera su vulnerabilidad en el contexto de una realidad trascendente mayor. Dios proveer\u00eda. Dios consolar\u00eda. Dios restaurar\u00eda seg\u00fan sus riquezas. Dios permite que estas cosas sucedan. Dios est\u00e1 con nosotros, pase lo que pase.<\/p>\n Hoy hemos evolucionado hacia una generaci\u00f3n diferente cuyos valores han cambiado. Nos hemos convertido en un pa\u00eds secularizado que posee un desd\u00e9n p\u00fablico no expresado, casi un odio, por todo lo que refleje el nombre de Jes\u00fas. Dios ya no est\u00e1 en la mente de la naci\u00f3n. La pol\u00edtica, la educaci\u00f3n y los medios de comunicaci\u00f3n ahora hablan al un\u00edsono con una voz matizada y \u00abpol\u00edticamente correcta\u00bb.<\/p>\n \u00a0<\/strong><\/p>\n Como resultado, nuestra forma de enfrentar el desastre tambi\u00e9n ha cambiado. El financiamiento de los servicios de salud mental ha aumentado, en muchos casos para satisfacer el aumento significativo del suicidio y el estr\u00e9s postraum\u00e1tico.<\/p>\n Ya no oramos; de hecho, cuando nuestro primer ministro cristiano ofreci\u00f3 \u00absus pensamientos y oraciones\u00bb por los despose\u00eddos por los incendios, los medios de comunicaci\u00f3n de izquierda, inmediatamente lo ridiculizaron y se burlaron de \u00e9l.<\/p>\n \u00a0<\/strong><\/p>\n Ha pasado otra temporada de incendios. El a\u00f1o que viene seguramente habr\u00e1 otra temporada de inundaciones, granizo, fuego o sequ\u00eda. Habr\u00e1 quienes est\u00e9n orando y qui\u00e9nes no. Habr\u00e1 vidas perdidas y lecciones aprendidas. Podr\u00edamos preguntarnos, \u00bfhabr\u00e1 un discurso similar sobre la \u00aburgencia por el cambio clim\u00e1tico\u00bb el pr\u00f3ximo a\u00f1o?<\/p>\n Como seguidores de Jesucristo, en medio del precedente de la narraci\u00f3n b\u00edblica, podemos preguntarnos, \u00bfqu\u00e9 se necesita para que el coraz\u00f3n de una naci\u00f3n se vuelva hacia Dios? La prosperidad y la abundancia material (bendici\u00f3n) ciertamente nos han alejado m\u00e1s de la fe. \u00bfPerder todo lo que damos por sentado hablar\u00eda de alguna manera m\u00e1s profundamente en nuestro dolor y nos har\u00eda buscar esos valores trascendentales que nuestros antepasados \u200b\u200bten\u00edan?<\/p>\n Es una pregunta interesante al pensar en aquellos que han sufrido y pasado por tanto.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Otra temporada devastadora de incendios lleg\u00f3 y se fue de Australia, dejando a su paso miles de acres de paisaje quemado, casas convertidas en cenizas, 129 muertes, p\u00e9rdida masiva de ganado e innumerables animales end\u00e9micos desaparecidos. 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<\/h2>\n
Triunfo<\/strong><\/h2>\n
Explicaciones<\/strong><\/h2>\n
Valores Cambiados<\/strong><\/h2>\n
Lidiando con el Desastre<\/strong><\/h2>\n
Valores Trascendentes<\/strong><\/h2>\n