Las personas que tocan la tuba pueden ser vecinos dif\u00edciles. Denise descubri\u00f3 esto de primera mano como administradora de la propiedad de un complejo de apartamentos. \u201cSimplemente no entend\u00eda que no deb\u00eda tocar su tuba a las dos de la ma\u00f1ana\u201d.<\/p>\n
Por supuesto, situaciones como esta tienden a escalar r\u00e1pidamente. El vecino A (el tocador de la tuba) despierta al vecino B. El vecino B se estaciona en el espacio de estacionamiento del vecino A. El vecino A toca m\u00e1s y m\u00e1s fuerte la noche siguiente. Esa clase de cosas.<\/p>\n
No era la forma de arreglar las cosas de Denise. A ella le gustaba sentarse con ambos vecinos y mediar en su disputa. Le encantaba ayudarlos a reconciliarse entre s\u00ed. Ella se deleitaba en que se hicieran compa\u00f1eros para lograr un vecindario tranquilo.<\/p>\n
Ser cristiano se trata de estar en sociedad con Dios. De hecho, cada vez que Dios inicia un pacto con la humanidad, era una asociaci\u00f3n con un prop\u00f3sito espec\u00edfico en mente. Desde la primera asociaci\u00f3n en el Jard\u00edn del Ed\u00e9n, la meta de Dios era clara: hombres y mujeres esparciendo su reino al reflejar su car\u00e1cter y formas, hasta que la paz de Dios cubra todo el vecindario de la tierra. Dado que esa primera asociaci\u00f3n fracas\u00f3, cada una de las posteriores tuvo como meta volver a retomar ese objetivo.<\/p>\n
Para No\u00e9, Abraham, Sara, Mois\u00e9s y los israelitas, estar en pacto con Dios indicaba una cosa: todos quer\u00edan lo que Dios quer\u00eda. Quer\u00edan ver que la gloria de Dios llenara la tierra. Y quer\u00edan ser parte para lograr que eso sucediera. Cuando Jes\u00fas invit\u00f3 a sus disc\u00edpulos al nuevo pacto, indic\u00f3 la siguiente etapa de esta asociaci\u00f3n. Jes\u00fas hizo posible que la humanidad fuera re-creada a imagen de Dios, para reflejar el car\u00e1cter y las formas de Dios por el poder de adentro hacia afuera de Su Esp\u00edritu, en lugar de la vestimenta exterior de las leyes.<\/p>\n
Adem\u00e1s, esta nueva asociaci\u00f3n est\u00e1 disponible para todos en la tierra. Con, y a trav\u00e9s de estos socios del pacto, Dios est\u00e1 renovando la creaci\u00f3n a medida que su presencia se extiende gradualmente por toda la tierra. Eventualmente, Cristo regresar\u00e1, dar\u00e1 los toques finales a esta obra, vencer\u00e1 todo mal, borrar\u00e1 el caos del mar y la oscuridad, otorgar\u00e1 a Sus compa\u00f1eros la vida eterna y vivir\u00e1 con nosotros en una tierra renovada, Su hogar para siempre.<\/p>\n
El ap\u00f3stol Pablo describi\u00f3 la nueva asociaci\u00f3n de esta manera:<\/p>\n
Por lo tanto, si alguno est\u00e1 en Cristo, es una nueva creaci\u00f3n. \u00a1Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcili\u00f3 consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliaci\u00f3n (2 Corintios 5:17, 18).<\/p>\n
Este lenguaje de reconciliaci\u00f3n es revelador. La reconciliaci\u00f3n indica que se reemplaza la hostilidad con la asociaci\u00f3n. Ser hostil hacia alguien es estar en desacuerdo con esa persona, pero reconciliarse es querer lo mismo que ellos quieren. Cada uno de nosotros naci\u00f3 en desacuerdo con Dios. Como hijos de Ad\u00e1n e hijas de Eva, queremos hacer las cosas a nuestra manera y no a la manera de Dios.<\/p>\n
Por lo tanto, por naturaleza, somos hostiles hacia Dios. Por naturaleza, reflejamos deseos ego\u00edstas en este mundo que van en contra de los deseos de Dios para este mundo. Al entrar en pacto con Dios, renunciamos a esto. Cuando entramos al cuerpo de Cristo e invitamos Su cuerpo y sangre al nuestro, \u00c9l comienza a transformar nuestros deseos en los Suyos. Eso es reconciliaci\u00f3n.<\/p>\n
Reconciliados con los deseos de Dios, podemos asociarnos con \u00c9l para lograr a\u00fan m\u00e1s reconciliaci\u00f3n. Esto incluye restaurar almas espirituales encarnadas con el prop\u00f3sito de alinear los sistemas de este mundo con Dios y sus caminos. Sin embargo, toda esta reconciliaci\u00f3n tiene una cosa en com\u00fan: se logra abandonando nuestra hostilidad.<\/p>\n
Hay una diferencia entre trabajar con Dios para arreglar las cosas y perseguir una justicia moldeada por nuestros propios deseos y medios. Lo primero es justicia; el segundo a menudo es venganza.<\/p>\n
Digamos que alguien comete un delito. La justicia divina protege a las v\u00edctimas pasadas y futuras al eliminar al delincuente de la sociedad, pero tambi\u00e9n le da al autor la oportunidad de enfrentarse cara a cara con la necesidad de arrepentimiento y restauraci\u00f3n personal. Sin embargo, la venganza, espera que se pudra en la c\u00e1rcel despu\u00e9s de ser v\u00edctimas del crimen.<\/p>\n
La hostilidad tambi\u00e9n puede ser menos sutil. Puede venir a trav\u00e9s de palabras mordaces y palabras que tienden trampas. Insultos. Intentar poner a alguien en su lugar y hacer que se sientan peque\u00f1os. Agresi\u00f3n pasiva. Haciendo que sea m\u00e1s dif\u00edcil para alguien hacer su trabajo. La reconciliaci\u00f3n, por otro lado, los invita a explorar nuevas formas de pensar e interactuar. Si queremos ayudar a alguien a reconciliarse con Dios, primero tenemos que empezar a querer lo que Dios quiere para ellos. Esto comienza al liberarnos de querer que \u201creciban lo que se merecen\u201d.<\/p>\n
S\u00ed, si alguien es hostil hacia Dios, ser\u00e1 hostil hacia nosotros. Sin embargo, no nos invitamos mutuamente a la reconciliaci\u00f3n si esa hostilidad es rec\u00edproca. Despu\u00e9s de todo, es una observaci\u00f3n bien conocida que cuando un humano percibe un ataque, ya sea f\u00edsico o verbal, luchamos, huimos o nos congelamos. Al asociarnos con Cristo, llegamos a ser los que rompen este ciclo. En lugar de hostilidad, podemos responder con la hospitalidad de embajador de la nueva creaci\u00f3n de Dios: socios con Dios, reflejando su car\u00e1cter y sus formas.<\/p>\n
La hostilidad se da a conocer incluso en los c\u00edrculos cristianos. Nuestros disturbios como el de la tuba perturban la paz en nuestras familias, nuestras iglesias y nuestros lugares de trabajo. Las palabras que no escuchamos en voz alta se abren paso en las redes sociales. A veces es obvio; a veces es sutil. Pero a menudo est\u00e1 presente.<\/p>\n
Independientemente de su esfera de influencia, usted tiene el poder no solo de practicar la paz sino tambi\u00e9n de ense\u00f1arla. \u00bfC\u00f3mo podr\u00eda esta ense\u00f1anza impactar nuestras congregaciones? \u00bfNuestros hijos? \u00bfQu\u00e9 diferencia har\u00eda si respondi\u00e9ramos m\u00e1s intencionalmente a esta hostilidad con la hospitalidad de Cristo? \u00bfQu\u00e9 argumentos pueden ser difundidos? \u00bfQu\u00e9 relaciones restauradas?<\/p>\n
Juntos, podemos asociarnos con Cristo para difundir el reino de Dios al reflejar Su car\u00e1cter y Sus caminos, hasta que Su gloria cubra toda la tierra.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
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