De joven, me propuse refutar el cristianismo. Conoc\u00ed a algunos j\u00f3venes cristianos que me desafiaron a examinar intelectualmente la evidencia del cristianismo, y acept\u00e9. Ten\u00eda el prop\u00f3sito de mostrarles a ellos, y a todos, que el cristianismo no ten\u00eda sentido. Pens\u00e9 que iba a ser f\u00e1cil. Pens\u00e9 que una investigaci\u00f3n cuidadosa de los hechos expondr\u00eda al cristianismo como una mentira y a sus seguidores como enga\u00f1adores. Pero despu\u00e9s sucedi\u00f3 algo gracioso.<\/p>\n
Cuando comenc\u00e9 a investigar las afirmaciones del cristianismo, segu\u00eda corriendo contra la evidencia. Una y otra vez, me sorprendi\u00f3 descubrir la base f\u00e1ctica de las cosas aparentemente extravagantes que creen los cristianos. Y una de las categor\u00edas de evidencia m\u00e1s convincentes que enfrent\u00e9 fue esta: los relatos de la Resurrecci\u00f3n que se encuentran en los evangelios no son f\u00e1bula, falsificaci\u00f3n o fabricaci\u00f3n. Asum\u00ed que alguien, o varios \u201calguien\u201d, hab\u00edan inventado las historias de la resurrecci\u00f3n de Jesucristo de entre los muertos. Pero al examinar esos relatos, tuve que enfrentar el hecho de que cualquier creador de mitos sensato har\u00eda las cosas de manera muy diferente a lo que hicieron Mateo, Marcos, Lucas y Juan al registrar las noticias de la Resurrecci\u00f3n. Por mucho que lo odiara, ten\u00eda que admitir que si hubiera sido un propagandista del primer siglo tratando de fingir la resurrecci\u00f3n de Jesucristo, habr\u00eda hecho al menos diez cosas de manera diferente.<\/p>\n
<\/p>\n
1. Hubiera esperado un per\u00edodo de tiempo prudente despu\u00e9s de los eventos antes de \u201cpublicar\u201d mi relato.<\/strong> Sin embargo, pocos historiadores discuten el hecho de que los disc\u00edpulos de Jes\u00fas comenzaron a predicar la noticia de su resurrecci\u00f3n poco despu\u00e9s del evento mismo. De hecho, el serm\u00f3n de Pentecost\u00e9s de Pedro (Hechos 2) ocurri\u00f3 dentro de los cincuenta d\u00edas de la Resurrecci\u00f3n. Y la investigaci\u00f3n textual indica que los relatos escritos de la Resurrecci\u00f3n, especialmente la declaraci\u00f3n del credo de 1 Corintios 15:3-8, son de origen sorprendentemente temprano (posiblemente dentro de los dos a\u00f1os<\/em> posteriores al evento, seg\u00fan Lee Strobel en The Case for Christ [El Caso de Cristo])<\/em>. Tales or\u00edgenes tempranos argumentan contra cualquier noci\u00f3n de que los relatos de la Resurrecci\u00f3n son una leyenda.<\/p>\n <\/p>\n 2. \u201cPublicar\u00eda\u201d mi relato lejos del lugar donde supuestamente sucedi\u00f3.<\/strong> En Apologetics: An Introduction<\/em> [Apolog\u00e9tica: Una Introducci\u00f3n], el Dr. William Lane Craig escribe:<\/p>\n Uno de los hechos m\u00e1s asombrosos sobre la creencia cristiana primitiva en la resurrecci\u00f3n de Jes\u00fas fue que se origin\u00f3 en la misma ciudad donde Jes\u00fas fue crucificado. La fe cristiana no lleg\u00f3 a existir en una ciudad distante, lejos de testigos oculares que sab\u00edan de la muerte y sepultura de Jes\u00fas. No, surgi\u00f3 en la misma ciudad donde Jes\u00fas hab\u00eda sido crucificado p\u00fablicamente, bajo los ojos de sus enemigos.<\/p>\n <\/p>\n 3. Seleccionar\u00eda cuidadosamente a mis \u201ctestigos\u201d.<\/strong> Evitar\u00eda, en la medida de lo posible, usar cualquier nombre en mi relato, y ciertamente evitar\u00eda citar a personalidades prominentes como testigos. Sin embargo, al menos diecis\u00e9is personas son mencionadas por su nombre como testigos en los diversos relatos, y la menci\u00f3n de Jos\u00e9 de Arimatea como el hombre que enterr\u00f3 a Jes\u00fas habr\u00eda sido terriblemente peligroso, si los relatos del evangelio hubieran sido falsificados o alterados. Como miembro del Sanedr\u00edn (una \u201ccorte suprema\u201d jud\u00eda), habr\u00eda sido bien conocido. En Scaling the Secular City<\/em> [Escalando la Ciudad Secular<\/em>], JP Moreland escribe: \u201cNadie podr\u00eda haber inventado a una persona que no existiera y decir que estaba en el Sanedr\u00edn si ese no fuera el caso\u201d. Su participaci\u00f3n en el entierro de Jes\u00fas podr\u00eda haberse confirmado f\u00e1cilmente o se habr\u00eda refutado. Quiz\u00e1s lo m\u00e1s importante es que evitar\u00eda mencionar testigos de mala reputaci\u00f3n, lo que hace significativo el registro de las primeras apariciones de Jes\u00fas, a mujeres, ya que, en ese tiempo y cultura, las mujeres eran consideradas testigos sin validez en un tribunal de justicia. Si los relatos fueron fabricaciones, el autor Paul Maier dice que \u201clas mujeres nunca habr\u00edan sido incluidas en la historia, al menos, no como primeros testigos\u201d.<\/p>\n <\/p>\n 4. Rodear\u00eda el evento con impresionantes despliegues y se\u00f1as sobrenaturales<\/strong>. Como el erudito jud\u00edo Pinchas Lapide escribe en The Resurrection of Jesus (La resurrecci\u00f3n de Jes\u00fas): Una Perspectiva Jud\u00eda:<\/em><\/p>\n No leemos en los primeros testimonios [de la resurrecci\u00f3n] sobre un espect\u00e1culo apocal\u00edptico, sensaciones exorbitantes o del impacto transformador de un evento c\u00f3smico. . . . Seg\u00fan todos los reportes del Nuevo Testamento, ning\u00fan ojo humano vio la resurrecci\u00f3n en s\u00ed, ning\u00fan ser humano estuvo presente, y ninguno de los disc\u00edpulos afirm\u00f3 haber aprehendido, y mucho menos entendido, su forma y naturaleza. \u00a1Qu\u00e9 f\u00e1cil hubiera sido para ellos o sus sucesores inmediatos llenar este escandaloso agujero con el enlace de eventos con adornos fantasiosos! Pero precisamente porque ninguno de los evangelistas se atrevi\u00f3 a \u201cmejorar\u201d o adornar esta resurrecci\u00f3n invisible, la imagen total de los evangelios tambi\u00e9n gana en confiabilidad.<\/p>\n <\/p>\n 5. Correlacionar\u00eda minuciosamente mi relato con otras personas que conoc\u00ed, adornando la leyenda solo donde podr\u00eda estar seguro de no ser contradicho<\/strong>. Muchos cr\u00edticos han se\u00f1alado las diferencias aturdidoras y aparentes contradicciones en los relatos de la Resurrecci\u00f3n. Pero estas son en realidad evidencias convincentes de su autenticidad. Estas muestran una ingenua falta de confabulaci\u00f3n, acuerdo y (aparentemente) divergen tanto como lo hacen los testigos presenciales de cualquier evento.<\/p>\n <\/p>\n 6. Me presentar\u00eda a m\u00ed mismo (y a cualquier co-conspirador) con simpat\u00eda, incluso heroicamente<\/strong>. Sin embargo, los escritores del evangelio presentan representaciones sorprendentemente poco halagadoras de los seguidores de Jes\u00fas (como Pedro y Tom\u00e1s) y sus reacciones a menudo esc\u00e9pticas (Marcos 16:11, 13; Lucas 24:11, 37; Juan 20:19, 25, 21:4). Tales representaciones son diferentes a los mitos y leyendas populares de esa (o cualquier otra) \u00e9poca.<\/p>\n <\/p>\n 7. Disfrazar\u00eda la ubicaci\u00f3n de la tumba o la destruir\u00eda espectacularmente en mi relato<\/strong>. Si estuviera creando una leyenda de la Resurrecci\u00f3n, mantendr\u00eda la ubicaci\u00f3n de la tumba en secreto para evitar cualquier posibilidad de que alguien descubra el cuerpo de Jes\u00fas. O registrar\u00eda en mi relato que los \u00e1ngeles sellaron la tumba o llevaron el cuerpo al cielo despu\u00e9s de la Resurrecci\u00f3n. O podr\u00eda haber tomado el curso m\u00e1s f\u00e1cil de todos y simplemente haber hecho de mi Resurrecci\u00f3n ficticia una \u201cespiritual\u201d, lo que habr\u00eda hecho imposible refutar incluso si finalmente se hubiera descubierto un cuerpo. Pero, por supuesto, los relatos del evangelio describen al due\u00f1o de la tumba (Jos\u00e9 de Arimatea) y su ubicaci\u00f3n (\u201cEn el lugar donde Jes\u00fas fue crucificado, hab\u00eda un jard\u00edn, y en el jard\u00edn una tumba nueva…\u201d, Juan 19:41), e identifica la resurrecci\u00f3n de Jes\u00fas como una corporal (20:27).<\/p>\n <\/p>\n 8. Intentar\u00eda silenciar las preguntas o investigaci\u00f3n<\/strong>. Podr\u00eda pronunciar una maldici\u00f3n sobre cualquiera que intente comprobar mis afirmaciones, o a\u00f1ada un estigma a alguien tan superficial como para requerir evidencia. Sin embargo, tenga en cuenta la apelaci\u00f3n frecuente de los disc\u00edpulos de Jes\u00fas a la naturaleza f\u00e1cilmente confirmada o desacreditada de la evidencia, como invitando a la investigaci\u00f3n (Hechos 2:32; 3:15; 13:31; 1 Corintios 15:3-6). Esto se hizo a los pocos a\u00f1os de los eventos mismos. Si la tumba no estuviera vac\u00eda o las apariencias de la Resurrecci\u00f3n fuesen ficticias, los oponentes de los primeros cristianos podr\u00edan haber desmentido de manera concluyente la nueva religi\u00f3n. William Lillie, jefe del Departamento de Estudios B\u00edblicos de la Universidad de Aberdeen, dice que la cita (en 1 Corintios 15) del Cristo resucitado que aparece ante m\u00e1s de quinientas personas, \u201clo que da una autoridad especial a la lista [de testigos] como evidencia hist\u00f3rica es la referencia a la mayor\u00eda de los quinientos hermanos que a\u00fan est\u00e1n vivos. San Pablo dice en efecto: \u2018Si no me creen, pueden preguntarles\u2019\u201d.<\/p>\n <\/p>\n 9. No predicar\u00eda un mensaje de arrepentimiento a la luz de la Resurrecci\u00f3n<\/strong>. Nadie en su sano juicio habr\u00eda elegido crear un mensaje ficticio que invitara a la oposici\u00f3n y la persecuci\u00f3n de las autoridades civiles y religiosas de esos d\u00edas. Cu\u00e1nto m\u00e1s f\u00e1cil y m\u00e1s sabio hubiera sido predicar un evangelio menos controversial, concentr\u00e1ndose en las ense\u00f1anzas de Jes\u00fas sobre el amor, tal vez, ahorrando as\u00ed muchos problemas a los adherentes de mi nueva religi\u00f3n y a m\u00ed.<\/p>\n <\/p>\n 10. Me detendr\u00eda antes de morir por mi mentira<\/strong>. En The Case for Christ (El Caso de Cristo)<\/em>, Lee Strobel ha escrito:<\/p>\n Las personas morir\u00e1n por sus creencias religiosas si creen sinceramente que son verdaderas, pero las personas no morir\u00e1n por sus creencias religiosas si saben que sus creencias son falsas.<\/p>\n Si bien la mayor\u00eda de las personas solo pueden tener fe en que sus creencias son verdaderas, los disc\u00edpulos estaban en condiciones de saber sin lugar a dudas si Jes\u00fas hab\u00eda resucitado de los muertos. Afirmaron que lo vieron, hablaron y comieron con \u00c9l. Si no estuvieran absolutamente seguros, no se habr\u00edan permitido ser torturados hasta la muerte por proclamar que la resurrecci\u00f3n hab\u00eda sucedido.<\/p>\n <\/p>\n Estas no son las \u00fanicas razones por las que creo en la verdad de la Biblia y la realidad de la Resurrecci\u00f3n. Pero estas se encontraban entre las \u201cmuchas pruebas infalibles\u201d (Hechos 1:3) que encontr\u00e9 en mis intentos de probar que el cristianismo estaba equivocado, lo que finalmente me llev\u00f3 a la conclusi\u00f3n de que Jesucristo era quien dec\u00eda ser y que realmente hab\u00eda resucitado de los muertos. No pude resistir el asombroso amor de Dios que envi\u00f3 a Su Hijo a morir por m\u00ed y luego resucitar para adoptarme en Su familia.<\/p>\n El 19 de diciembre de 1959, confi\u00e9 en el Cristo resucitado como mi Salvador y Se\u00f1or, y cambi\u00f3 radicalmente mi vida. Lo he visto hacer lo mismo por innumerables personas, y oro, si a\u00fan no lo ha hecho, que le permita que haga lo mismo por usted.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" De joven, me propuse refutar el cristianismo. Conoc\u00ed a algunos j\u00f3venes cristianos que me desafiaron a examinar intelectualmente la evidencia del cristianismo, y acept\u00e9. Ten\u00eda el prop\u00f3sito de mostrarles a ellos, y a todos, que el cristianismo no ten\u00eda sentido. Pens\u00e9 que iba a ser f\u00e1cil. 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