{"id":22723,"date":"2019-06-17T06:00:07","date_gmt":"2019-06-17T12:00:07","guid":{"rendered":"http:\/\/ba.cog7.org\/?p=22723"},"modified":"2023-08-29T11:54:29","modified_gmt":"2023-08-29T17:54:29","slug":"day-of-reckoning","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/baonline.cog7engage.net\/es\/day-of-reckoning\/","title":{"rendered":"D\u00eda del Juicio Final"},"content":{"rendered":"
Los pasos antiguos en los que me encontraba estaban agrietados con venas de edad, cada l\u00ednea dividida era un reflejo de los tiempos y acontecimientos en la historia que or\u00e9 para que nunca se olvidaran. Este lugar sagrado daba a las colinas que rodeaban la hist\u00f3rica ciudad de David y m\u00e1s all\u00e1 de Jerusal\u00e9n. La vista presentaba una mezcla oximoral de antiguas estructuras de alabastro, construidas siglos antes de Cristo, y edificios modernos que se ergu\u00edan rectos a lo largo del horizonte. Pens\u00e9 que era un testimonio de la armon\u00eda entre lo antiguo y lo nuevo y de lo mucho que hab\u00eda cambiado el mundo; sin embargo, en muchos aspectos, segu\u00eda siendo el mismo.<\/span><\/p>\n El viento barri\u00f3 el gran templo, levantando polvo de color tiza. Me puse la chaqueta al cuello para defenderme de la mordedura del viento y cerr\u00e9 los ojos, retrocediendo en el tiempo. Despu\u00e9s de unos momentos, los sonidos modernos a mi alrededor se convirtieron en voces apagadas que finalmente se desvanecieron en silencio. Imagin\u00e9 c\u00f3mo podr\u00eda haber sido hace m\u00e1s de dos mil a\u00f1os, en estos mismos pasos en el Monte de los Olivos donde Jes\u00fas ense\u00f1aba.<\/span><\/p>\n Las im\u00e1genes comenzaron a formarse y sonre\u00ed al ver a las personas reunidas a Su alrededor. Pod\u00eda ver sus miradas de alegr\u00eda y asombro en el mensaje que \u00c9l daba y en los milagros que hab\u00eda realizado. Y entonces sent\u00ed estar all\u00ed entre ellos.<\/span><\/p>\n Estaba vestido con una t\u00fanica de color ceniza con una simple banda dorada atada a Su cintura, y un chal marr\u00f3n tejido colgaba sobre Sus hombros anchos y robustos. Su cabello largo hasta los hombros era del color de la canela. Cuando gir\u00f3 Su rostro para hablar con las personas que lo rodeaban, la luz del sol se desvaneci\u00f3 en Su larga melena como brillantes hebras de oro.<\/span><\/p>\n Hab\u00eda hombres, una docena o m\u00e1s de diferentes edades que estaban a Su alrededor en un c\u00edrculo. Otros se sentaron en los escalones cerca de Sus pies, observando, asintiendo en silencio y mir\u00e1ndolo con asombro. Un suave calor en Sus ojos de caoba pareci\u00f3 hablarme, y lo observ\u00e9, hipnotizado por Su presencia.<\/span><\/p>\n Pero entonces, el sonido de voces fren\u00e9ticas estall\u00f3 cerca de la entrada al \u00e9ste. Baj\u00e9 la vista a la bulliciosa multitud de una docena o m\u00e1s que sub\u00edan los escalones. Tropezando delante de ellos estaba una mujer alta con pelo negro, ataviada con una t\u00fanica de marfil que estaba rota y hecha jirones. Dos hombres la empujaron a trav\u00e9s de la entrada del templo, y muchos otros detr\u00e1s de ellos gritaban y gritaban, lanzando sus pu\u00f1os en el aire. Pude ver una delgada l\u00ednea de sangre en su mejilla cuando ella tropez\u00f3 hacia delante. Dos hombres, altos y musculosos, agarraron sus fr\u00e1giles brazos, levant\u00e1ndola cuando se cay\u00f3.<\/span><\/p>\n Los observ\u00e9 mientras arrastraban a la mujer, cojeando y sangrando, subiendo los escalones desiguales. Cuando llegaron a la cima, la dejaron caer cerca de Sus pies. Se inclin\u00f3 y le acarici\u00f3 la cabeza con suavidad, como cuando una madre tranquiliza a un ni\u00f1o asustado. \u201c\u00bfPor qu\u00e9 se han aprovechado de esta pobre mujer?\u201d Pregunt\u00f3, de pie ante la multitud enfurecida.<\/span><\/p>\n Cuando Sus palabras parecieron permanecer inm\u00f3viles en el aire fresco, un viento barri\u00f3 los escalones del templo, arrojando polvo que flotaba como una densa niebla alrededor de los pies de los furiosos hombres. Luego el trueno retumb\u00f3 de forma inquietante cuando las nubes de color pizarra se mov\u00edan por el horizonte, bloqueando la luz del sol que se desvanec\u00eda.<\/span><\/p>\n La multitud fue arrojada en una manta de oscuridad como si el d\u00eda hubiera cambiado repentinamente a noche. Se escucharon jadeos y susurros asustados entre ellos. Pero el Hombre estaba solo, ba\u00f1ado en una cu\u00f1a de luz que asomaba por una abertura en el cielo. Un tono radiante se cern\u00eda alrededor de \u00c9l, haciendo que sus ojos brillaran como brasas ardiendo en un fuego.<\/span><\/p>\n Muchos de los hombres se retiraron por miedo. Pero un anciano, vestido de espl\u00e9ndidos colores y con una barba tan blanca como los escalones de arenisca sobre los que se encontraba, dio un paso adelante para enfrentarlo. \u201c\u00a1Maestro!\u201d dijo con voz autoritaria. \u201cEsta mujer ha sido sorprendida en adulterio. \u00a1La ley de Mois\u00e9s dice que ella debe ser castigada!\u201d El anciano se arrodill\u00f3 y tom\u00f3 una piedra gris redonda, del tama\u00f1o de un lim\u00f3n, y la levant\u00f3 en el aire. \u201c\u00a1Las leyes de nuestros padres dicen que debe ser apedreada hasta la muerte!\u201d<\/span><\/p>\n Cuando termin\u00f3 de hablar estas palabras, los hombres detr\u00e1s de \u00e9l comenzaron a gritar y agitar sus pu\u00f1os con ira.<\/span><\/p>\n \u201c\u00a1Maten a la ad\u00faltera!\u201d Gritaba uno.<\/span><\/p>\n \u201c\u00a1Apedr\u00e9enle!\u201d Grit\u00f3 otro.<\/span><\/p>\n Vi como los gritos de enojo se hac\u00edan m\u00e1s y m\u00e1s fuertes. Entonces el Maestro se arrodill\u00f3 tranquilamente en el suelo y comenz\u00f3 a hacer se\u00f1ales en el polvo con Su dedo. Las voces se calmaron para murmurar, los hombres intrigados por Sus acciones.<\/span><\/p>\n \u201c\u00bfQu\u00e9 est\u00e1 haciendo?\u201d Grit\u00f3 uno.<\/span><\/p>\n \u201c\u00bfQu\u00e9 est\u00e1 escribiendo?\u201d Pregunt\u00f3 otro.<\/span><\/p>\n Luego se puso de pie y se dirigi\u00f3 hacia la multitud, se\u00f1alando a la mujer que yac\u00eda acurrucada a sus pies. \u201cCualquiera de vosotros que est\u00e9 sin pecado, sea el primero en arrojar la piedra contra ella.\u201d<\/span><\/p>\n Al principio hubo silencio, luego una melod\u00eda de voces confusas. Pero los gritos cesaron cuando volvi\u00f3 a arrodillarse y escribi\u00f3 en el polvo una vez m\u00e1s. Varios de los hombres mayores en la multitud avanzaron para ver qu\u00e9 tipo de palabras escribi\u00f3 este Hombre.<\/span><\/p>\n El anciano que hab\u00eda hablado de apedrear a la mujer fue el primero en ver la escritura. Mientras le\u00eda las palabras escritas en la tierra, su rostro se volvi\u00f3 color ceniza. La roca gris en su pu\u00f1o cay\u00f3 al suelo y baj\u00f3 los escalones del templo. Se volvi\u00f3 lentamente y se alej\u00f3. A continuaci\u00f3n el sonido de otras piedras cayendo al suelo, una tras otra, rompi\u00f3 el silencio. Y uno por uno, los otros hombres siguieron al anciano.<\/span><\/p>\n Cuando la multitud se dispers\u00f3, el Maestro levant\u00f3 a la mujer hasta quedar de p\u00ede. \u00c9l apart\u00f3 los mechones de cabello de su rostro y us\u00f3 su pulgar para limpiar suavemente la sangre de un corte debajo de su ojo. Una intensidad brillaba en Sus ojos. Su sonrisa trasmit\u00eda una calidez humana como la de un padre amoroso. Entonces, \u00c9l y la mujer hablaron uno al otro. Y despu\u00e9s de un momento, ella cay\u00f3 de rodillas llorando y bes\u00f3 Sus pies con sandalias.<\/span><\/p>\n Las personas reunidas alrededor lo observaron moverse hacia la entrada debajo de ellos. Minutos m\u00e1s tarde, aunque ya no se pod\u00eda ver, el poder de Sus simples palabras a\u00fan flotaba entre ellos. Y todos los que hab\u00edan estado all\u00ed para atestiguar sab\u00edan que nunca m\u00e1s ser\u00edan iguales.<\/span><\/p>\n Abr\u00ed los ojos para ver la bruma \u00e1mbar del sol cuando comenz\u00f3 a fundirse en las colinas circundantes. Los sonidos y voces de los tiempos modernos llenaron el aire nuevamente. Sin embargo, parte de m\u00ed a\u00fan se aferraba a la visi\u00f3n de esa escena de hace dos mil a\u00f1os. No quer\u00eda dejar ese incre\u00edble momento en el tiempo. Nos sirvi\u00f3 como un recordatorio de que, aunque todos somos desesperadamente imperfectos y necesitamos perd\u00f3n, \u00c9l siempre estar\u00e1 all\u00ed para levantarnos, limpiar la sangre de nuestros rostros y otorgarnos Su misericordia.<\/span><\/p>\n Y Jes\u00fas dijo, \u201cVete ahora y no peques m\u00e1s.\u201d <\/span><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Reviviendo una escena conocida en Juan 8:1-11. <\/p>\n","protected":false},"author":18,"featured_media":22647,"comment_status":"closed","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"sync_status":"","episode_type":"","audio_file":"","castos_file_data":"","podmotor_file_id":"","cover_image":"","cover_image_id":"","duration":"","filesize":"","filesize_raw":"","date_recorded":"","explicit":"","block":"","footnotes":""},"categories":[635,631],"tags":[],"yoast_head":"\n