El pensamiento estaba all\u00ed cuando despert\u00e9. Incluso despu\u00e9s de preparar y empacar los lonches escolares, servir el desayuno, y despedir a mis tres hijos con un beso, segu\u00eda en mi mente como una roca. Tom\u00e9 un sorbo de caf\u00e9, le\u00ed un libro y trat\u00e9 de ignorarlo, pero su peso iba en aumento.<\/p>\n
Llama a Janice, el pensamiento me instaba. Limpi\u00e9 la mesa y cargu\u00e9 el lavaplatos en lugar de llamar. El pensamiento persist\u00eda.<\/p>\n
Algunas semanas atr\u00e1s, Janice se uni\u00f3 a una clase B\u00edblica a la que yo asist\u00eda. Sus ojos temerosos, que rara vez hac\u00edan contacto, le dijeron al mundo que se sent\u00eda in\u00fatil y desconfiada. Me present\u00e9, y or\u00e9 en silencio a Jes\u00fas para que me mostrar\u00e1 c\u00f3mo abordarla. Las respuestas huecas de Janice daban la impresi\u00f3n de que deseaba que me alejara.<\/p>\n
Cada semana despu\u00e9s del estudio B\u00edblico, abordaba a Janice. Fue una dif\u00edcil tarea encontrar algo de que hablar. Segu\u00ed tratando porque sent\u00eda que Dios me instaba a ser su amiga, pero a ella no parec\u00eda interesarle. Yo no sab\u00eda en ese entonces que Janice hab\u00eda sido v\u00edctima de un terrible abuso sexual, que hab\u00eda sido criada por un padre mentalmente enfermo, y que su marido le hizo la vida miserable de muchas maneras.<\/p>\n
Esa ma\u00f1ana en mi cocina, resist\u00ed el impulso de llamar a Janice, porque no estaba buscando otro mon\u00f3logo. Finalmente, busqu\u00e9 su n\u00famero y le marqu\u00e9.<\/p>\n
Cuando Janice respondi\u00f3, me dijo, \u201cHola. Estaba pensando en ti hoy, y me preguntaba c\u00f3mo estabas.\u201d Nunca le hab\u00eda llamado, pero ella no parec\u00eda sorprendida al escucharme. El resto de la conversaci\u00f3n no fue memorable, no dur\u00f3 m\u00e1s de cinco minutos. Su voz sonaba m\u00e1s cordial que cuando hab\u00edamos hablado en el estudio B\u00edblico. Tal vez al tel\u00e9fono se sent\u00eda en su zona de confort.<\/p>\n
Unos d\u00edas despu\u00e9s, Janice me sorprendi\u00f3 con una bandeja de galletas de chocolate reci\u00e9n hechas. Se qued\u00f3 en mi puerta con la bandeja, sus ojos se encontraron con los m\u00edos y una sonrisa se movi\u00f3 nerviosamente en las comisuras de su boca. Descubr\u00ed que le encantaba leer, y le envi\u00e9 a su casa con un mont\u00f3n de libros cristianos.<\/p>\n
Janice ley\u00f3 todos los libros y me los devolvi\u00f3 unas semanas despu\u00e9s. Le di m\u00e1s libros; unos relacionados con experiencias de salvaci\u00f3n eran sus favoritos. Para mantener nuestro intercambio, tuve que visitar la librer\u00eda cristiana local a menudo. Nuestra amistad floreci\u00f3. Janice continuaba trayendo galletas y yo prest\u00e1ndole libros. Esper\u00e9 una oportunidad para regalarle una Biblia.<\/p>\n
Un d\u00eda, Janice dijo, \u201cHab\u00eda una oraci\u00f3n en uno de esos libros que me diste. Pens\u00e9 que no podr\u00eda da\u00f1arme, as\u00ed que hice la oraci\u00f3n.\u201d<\/p>\n
\u201c\u00bfQu\u00e9 tipo de oraci\u00f3n era?\u201d<\/p>\n
\u201cAlgo acerca de entregar tu vida a Jes\u00fas.\u201d<\/p>\n
Eso fue todo lo que ella quiso comentar sobre la oraci\u00f3n. Si hab\u00eda m\u00e1s, me lo dir\u00eda en su momento. Unos d\u00edas despu\u00e9s, le di una Biblia y le dije, \u201cEsta es para que te la quedes. No tienes que devolverla.\u201d La guard\u00f3 en la mochila que siempre llevaba. Me pregunt\u00e9 si la leer\u00eda.<\/p>\n
Durante nuestros encuentros del a\u00f1o siguiente, Janice me cont\u00f3 acerca de su horrible infancia. Ella extendi\u00f3 su men\u00fa para incluir el mejor pan que mi familia hab\u00eda probado jam\u00e1s. Un d\u00eda, sac\u00f3 la Biblia de su mochila para mostrarme lo que hab\u00eda estado leyendo. La Biblia hab\u00eda sido muy bien utilizada, se necesitaba de una banda el\u00e1stica gigante para mantener su cubierta plegada y las p\u00e1ginas sueltas juntas.<\/p>\n
Abr\u00ed la Biblia y vi grandes porciones de las escrituras subrayadas. Secciones enteras estaban resaltadas en amarillo y algunas subrayadas en rojo. Cientos de peque\u00f1as anotaciones se notaban alrededor de los m\u00e1rgenes. En algunas p\u00e1ginas hab\u00eda quedado poco espacio en blanco.<\/p>\n
\u201cEstoy muy orgullosa de ti.\u201d Era todo lo que pod\u00eda decir. Ella recib\u00eda un abrazo de vez en cuando, as\u00ed que le di uno. A mitad del camino rumbo a la puerta, Janice volte\u00f3 y me dijo, \u201cLas galletas y el pan son la \u00fanica manera que conozco para darte las gracias.\u201d<\/p>\n
\u201c\u00bfPor qu\u00e9?\u201d<\/p>\n
\u201c\u00bfRecuerdas la primera vez que me llamaste?\u201d Claro.<\/p>\n
\u201cEse d\u00eda hab\u00eda decidido suicidarme. Pero por alguna raz\u00f3n, decid\u00ed darle una oportunidad m\u00e1s a Dios. Le dije que si me llamabas, sabr\u00eda que no deb\u00eda hacerlo.\u201d<\/p>\n
Aprend\u00ed mucho sobre mi experiencia con Janice. Algunas veces la direcci\u00f3n del Esp\u00edritu est\u00e1 en la mente como una piedra hasta que obedezcamos. Luego se aleja y revela la vida de la resurrecci\u00f3n.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
C\u00f3mo ejercitar nuestros sentidos para seguir la direcci\u00f3n del Esp\u00edritu.<\/p>\n","protected":false},"author":283,"featured_media":22604,"comment_status":"closed","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"sync_status":"","episode_type":"","audio_file":"","castos_file_data":"","podmotor_file_id":"","cover_image":"","cover_image_id":"","duration":"","filesize":"","filesize_raw":"","date_recorded":"","explicit":"","block":"","footnotes":""},"categories":[635,631],"tags":[],"yoast_head":"\n