Preguntas y Respuestas

El Nuevo Testamento a menudo nos dice que “velemos”. ¿Qué se supone que debemos velar?

Velar significa vivir cada día con un sentido de urgencia, anticipando con entusiasmo el regreso del Señor mientras participamos activamente en Su obra en el presente. La instrucción de velar significa un estado espiritual de vigilancia y se usa de varias maneras. En algunos casos, la instrucción abarca más de una de estas áreas. Por lo tanto, los textos de referencia a veces aparecen en más de un lugar en la lista a continuación. Analicemos brevemente cada uno de ellos.

Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor: Marcos 13:33-37; Mateo 24:42; 25:13; Lucas 12:35-48; 1 Tesalonicenses 5:6-11; Apocalipsis 3:1-6.

Jesús enfatizó la importancia de estar listos para Su regreso en cualquier momento. Lo comparó con un señor que regresa a una hora inesperada o un ladrón que viene en la noche. Jesús también mencionó señales que indicarían el fin de los tiempos, instando a Sus discípulos a estar atentos a su cumplimiento. La parábola de las diez vírgenes destaca la necesidad de estar preparados espiritualmente, asegurándonos de que nuestra lámpara esté llena de aceite, lo cual representa una relación cercana con Dios y el Espíritu Santo.

Estén atentos a los peligros y tentaciones físicas o espirituales: 1 Pedro 5:8; Marcos 13:9; 14:34-38; Mateo 26:38, 40-41; Lucas 21:36; Hechos 20:28-32.

Se advierte a los creyentes que estén atentos contra el enemigo, el diablo, porque “como león rugiente, anda buscando a quién devorar” (1 Pedro 5:8). Esta vigilancia se extiende a reconocer y resistir las tentaciones, protegerse del engaño y estar atentos a las sutiles maquinaciones del enemigo.

Vigile (o examine) su condición espiritual: Lucas 12:35-48; 21:36; Hechos 20:28-32; Colosenses 4:1-6; 1 Tesalonicenses 5:6-11; Apocalipsis 3:1-6.

Vigilar implica examinar nuestro corazón y nuestra mente para identificar áreas susceptibles a la tentación o la apatía espiritual. Implica obedecer diligentemente las instrucciones de Dios, asegurándonos de que nuestra vida se alinee con Su Palabra, no para la salvación, sino por nuestra nueva naturaleza en Cristo.

Esté atento a las oportunidades para ministrar y evangelizar: Mateo 28:18-20; Lucas 12:35-48; 1 Corintios 16:13-18; Colosenses 4:1-6; 1 Tesalonicenses 5:6-11; 2 Timoteo 4:5.

El creyente debe estar siempre atento a las oportunidades que Dios brinda para compartir el amor de Cristo y el mensaje salvador del evangelio. Esto implica construir relaciones con personas no cristianas que nos permitan compartir el evangelio, iniciar conversaciones espirituales tanto con creyentes no salvos como con otros, y servir a otros en el nombre de Cristo en la Iglesia, en la comunidad y alrededor del mundo.

Velar es un llamado a una participación espiritual activa en nuestro caminar con Cristo a lo largo de la vida. Requiere una mentalidad de consciencia, preparación y acción deliberada en nuestras decisiones de vida. Se trata de vivir cada día con entusiasmo y disposición, anticipando Su regreso mientras participamos activamente en nuestra misión en el reino celestial. Toda actividad del creyente contribuye a esa misión (Colosenses 3:18-25). Procuremos andar siempre conforme al Espíritu y no conforme a la carne.

— Anciano Chip Hinds

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El Camino de la Espera

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Chip Hinds is the Southwest District Superintendent of the General Conference of the Church of God (Seventh Day), and also serves Artios Christian College as the Kenneth G. Knoll Distinguished Chair of Christian Leadership.

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