Momentos Decisivos
Bajo esta agua corre el lodo
de un alma rota, separada de la vida, muerta.
Mi caída de la gloria fue sólo mi imaginación,
una corona de hojas que llamé oro,
comiendo fruta amarga y llamándola dulce
hasta que creció en un vacío que ya no podía negar — miserable.
Bajo este árbol, la sangre se filtró en las grietas de una tierra estropeada,
las rocas llorando la angustia del Santo,
nuestra separación desgarrada
por las únicas manos lo bastante fuertes para romper la muerte.
A través de la sangre y el agua, me encuentro cara a cara
con el Santo, vivo de la tumba.
Mi corona hecha por mí mismo se convierte en polvo bajo Sus
pies traspasados.
Esta sangre y agua me dan vida y encienden una llama —
Nunca volveré a ser el mismo.
– Kelsey Gjesdal