por Caroline Cooper
Servir a Dios es un privilegio lleno de bendiciones. Y desafíos.
Trabajamos incansablemente, esforzándonos por servir con humildad mientras seguimos la inspiración del Espíritu Santo. Nuestro objetivo es agradar únicamente a Dios mientras tomamos a Jesús como nuestro ejemplo. Pero en nuestra humanidad, el egoísmo es difícil de vencer. A veces podemos preguntarnos por qué no recibimos la atención que merecemos. ¿Por qué algunas personas son reconocidas repetidamente por su trabajo en un ministerio popular en la iglesia? ¿Por qué otros parecen tener éxito público y alcanzar el estatus de celebridades? ¿Por qué nadie se da cuenta de lo que estamos haciendo para el Señor?
Discípulos
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” (Mateo 16:24-26).
Jesús no dudó en decirles a Sus discípulos lo que se esperaba de ellos como Sus seguidores. A medida que Su tiempo en la tierra se acercaba al final, les habló repetidamente sobre el costo del discipulado —y su recompensa eterna— y trató de prepararlos para Su muerte y resurrección venideras.
Pero, siendo hombres mortales, ¿cómo podían entender un evento sobrenatural tan asombroso? Solo después de que Jesús cumplió las profecías y demostró que era el Mesías, comprendieron el significado de Su vida, muerte, resurrección y reinado desde el cielo.
Los tres Evangelios Sinópticos incluyen una lista de los discípulos de Jesús (Mateo 10:2-4, Marcos 3:16-19; Lucas 6:13-16). En el libro de los Hechos, el autor Lucas incluye a Matías, el discípulo seleccionado para reemplazar a Judas (1:24-26).
Hechos 1:13 es la última vez que se nombra a nueve de los doce discípulos originales en las Escrituras. Y aunque los apóstoles cambiaron el mundo al seguir la Gran Comisión, cinco de ellos son nombrados específicamente menos de cinco veces, mientras que otros tres son nombrados entre diez y dieciséis veces. Judas es nombrado veinticuatro veces. Solo el círculo íntimo de Jesús es nombrado con más frecuencia en los Evangelios y en el libro de los Hechos: Pedro (más de ciento cincuenta veces) y Santiago y Juan (alrededor de cuarenta y dos veces).
Sufriendo por Cristo
Las Sagradas Escrituras nos dan poca información sobre la mayoría de los apóstoles y su labor sacrificial para difundir el Evangelio, pero la historia y la tradición de la Iglesia revelan que cada uno de los doce elegidos por Jesús vivió conforme a Sus palabras de tomar su cruz y perder la vida por Su causa.
El Libro de los Mártires de Foxe contiene un resumen de cuántos de los discípulos fueron asesinados por su fe. Gracias a este recurso, descubrimos que al menos cinco fueron crucificados, dos fueron decapitados y dos fueron asesinados con una lanza. Muchos de ellos fueron golpeados, apedreados y torturados de otras maneras antes de morir. Y, sin embargo, aguantaron hasta el final.
El Discipulado hoy en día
“Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” Amen. (Mateo 28:18-20).
Los apóstoles y muchos otros seguidores de Jesús nos dieron un ejemplo a seguir en la tarea de llevar el evangelio al mundo. ¿Qué podemos aprender de ellos? ¿Cómo podemos ser los discípulos que Jesús necesita hoy? A continuación, cinco sugerencias.
- Desarrolla una relación íntima con Jesús. Conócelo a Él y al mensaje del EVANGELIO estudiando las Escrituras diariamente y orando incesantemente.
- Desarrolla un carácter cristiano que incluya humildad, autosacrificio, confianza y pasión por Dios.
- Permite que el Espíritu Santo te enseñe y te guíe en tu caminar con el Señor y en tus actos de servicio.
- Se valiente al compartir el evangelio. Conociendo la verdad, necesitas compartirla con aquellos que están perdidos.
- Se consciente de tu perspectiva eterna. Si bien tu trabajo en esta tierra es esencial, tu verdadero hogar está con Jesús para siempre.
Ser un discípulo comienza con quién eres, no con lo que haces. ¿Por qué los discípulos estaban dispuestos a dejarlo todo por el Señor mientras vivían la Gran Comisión? Porque conocían a Jesús, confiaban en la verdad del evangelio y recibieron con agrado la oportunidad de servir al Señor hasta que Él los llamara a casa.
Que Dios nos conceda la gracia y el valor para hacer lo mismo.
Caroline Cooper ha aparecido en publicaciones como Standard, Indian Life Magazine y Focus on the Family Online. También ha colaborado en algunas recopilaciones de libros y ha publicado libros por su cuenta. Caroline vive en Harrisonville, Missouri.