Escúchame Señor
(Génesis 18:20-33)
De Tus orquestas de muchas voces,
Me falta el poder de los timbales, el encanto del arpa,
La dulzura del violín, la riqueza del violonchelo.
Soy el menor de los silbidos de una cadena
Un acorde desafinado, pero sé
Que aceptas mis intentos, oh Señor,
Y dirígeme, en toda mi vida
Porque es una canción que canto para ti.