Dotados y Llamados a Servir

Cada creyente tiene una función en el reino de Dios.

por Stephen R. Clark

Cuando Dios le ordenó a Moisés y a los israelitas que construyeran el tabernáculo, no se quedó de brazos cruzados observándolos mientras ellos intentaban resolver como lo harían. Dios infundió en varias personas todas las habilidades y dones necesarios para completar la obra. Por ejemplo: “El Señor llenó a Bezalel del Espíritu de Dios, y le dio gran sabiduría, capacidad y destreza en toda clase de artes manuales y oficios. Él es un maestro artesano, experto en trabajar el oro, la plata y el bronce. Es hábil en grabar, en incrustar piedras preciosas y en tallar madera. ¡Es un maestro en todo trabajo artístico!” (Éxodo 35:31-33).

Cuando se trata de edificar la iglesia hoy, los seguidores de Cristo también reciben dones espirituales.

Fundamentos del equipamiento

Estos dones nos permiten a cada uno de nosotros, como diversas partes funcionales del cuerpo de Cristo, participar en la obra de la iglesia. Pablo habla de los dones espirituales en 1 Corintios 12, Romanos 12 y Efesios 4. Otras referencias se encuentran dispersas en todo el Nuevo Testamento.

Los dones espirituales, aunque similares a las habilidades naturales y las habilidades aprendidas, provienen del Espíritu Santo y son fortalecidos por Él. Su objetivo específico es edificar el cuerpo de Cristo para que sea eficaz en el cumplimiento de la Gran Comisión (Mateo 28:16-20).

Estos dones incluyen la enseñanza, la sanidad, la hospitalidad, el servicio, la administración, la profecía, la generosidad, la exhortación, la misericordia, la sabiduría, el discernimiento y más. Algunas personas pueden decir que hay solo seis, siete, nueve o doce (¡o más!) dones, según las listas de la Biblia. Sin embargo, la mayoría coincide en que estas listas bíblicas no son exhaustivas y admiten otros dones.

Los puntos principales que hay que comprender son:

•  hay muchos dones;

•  todos vienen de Dios;

•  cada creyente tiene algún don;

•   la forma en que un creyente recibe los dones influye en su servicio en la iglesia.

Dios no llama a alguien a hacer algo si no le ha dado también el don para hacerlo.

Puede que usted reciba un don que dure toda la vida. Puede que reciba uno o más dones que le ayuden a lidiar con una circunstancia especial. Pero siempre estará dotado con al menos un don espiritual. ¡Ningún creyente se queda sin un don!

Adaptando a las personas al ministerio

Si bien los dones se otorgan a través del ministerio del Espíritu Santo, el trabajo de los pastores y otros líderes es trabajar con usted para discernir sus dones y aprovecharlos. Los dones y el trabajo son sagrados, y cuando el trabajador está dotado para el trabajo, pueden suceder cosas asombrosas.

Hay varias herramientas disponibles para ayudarlo a descubrir sus dones espirituales. A continuación, se presentan tres pasos simples que pueden ayudarlo a comenzar en la dirección correcta.

¿Introvertido o extrovertido? Cuando se busca conectar con las necesidades del ministerio en la iglesia, la consideración básica es el tipo de personalidad. ¿Es usted extrovertido o introvertido? Reconocer esta característica puede ser de gran ayuda para evitar el agotamiento por estar trabajando en un ministerio que no corresponde con su personalidad. Por ejemplo, un introvertido probablemente no sea adecuado para saludar a las personas cuando llegan a la iglesia, mientras que un extrovertido podría sentirse desanimado por tener que realizar una tarea silenciosa y pasiva.

¿Qué es lo que más ha disfrtado hacer y en lo cual que ha tenido éxito? Piense en las responsabilidades que ha tenido en el pasado y que realmente disfrutaba, así como en aquellas que odiaba. Dios no es un capataz mezquino que le obligará a hacer lo que odia. Él lo creó para que disfrutara de la manera en que fue creado. Hacer un inventario simple de lo que le gusta y lo que no le gusta puede ayudarlo a saber cómo lo está llamando Dios a servir.

¿Existe una necesidad que coincida con sus aparentes dones? ¡El hecho de que le guste esquiar no significa que tenga un don espiritual para esquiar y que esté llamado a un ministerio de esquí! Teniendo en cuenta su tipo de personalidad y sus gustos y disgustos, observe las necesidades de su iglesia para ver si hay algo que coincida con sus dones.

Poniendo todo junto

Puede que no haya una línea recta entre un don percibido y una necesidad específica, por lo que es posible que quizá deba ser un poco creativo.

He realizado varias pruebas y encuestas sobre dones espirituales. Los dones que siempre ocupan los primeros puestos de mi lista incluyen la administración, la enseñanza, el conocimiento y la fe. En parte, la administración incluye la capacidad de organizar y gestionar procesos. La enseñanza es compartir la Palabra de Dios con los demás. El conocimiento significa tener un buen conocimiento de la teología y la Biblia. Y la fe simplemente significa creer en Dios y Su Palabra.

Al poner todo esto junto, se llega a otro don que apareció en una prueba que realicé: la escritura. Esto involucra los cuatro dones enumerados anteriormente, y es algo que disfruto y hago bien. En mi iglesia, utilizo este don compuesto para desarrollar guías de discusión para cada sermón. Estas se utilizan en varios grupos pequeños para ayudar a los participantes a explorar más profundamente los mensajes.

Los dones pueden trabajar juntos para producir los resultados que Dios desea.

Recursos y observaciones

Hay muchos libros buenos que exploran los dones espirituales. Uno de ellos es Understanding Spiritual Gifts: A Comprehensive Guide (Comprendiendo los Dones Espirituales: Una Guía Completa), de Sam Storms, un buen lugar para comenzar. Pídale a su pastor otras recomendaciones. También las pruebas en línea pueden ayudarlo. Ninguna de ellas es definitiva, pero pueden ayudar a orientarlo en la dirección correcta. Para encontrarlas, simplemente haga una búsqueda en Internet de “pruebas de dones espirituales” o “encuesta de dones espirituales”. Algunas cobran una tarifa, pero hay varias gratuitas disponibles. ¡Pruebe más de una!

También hable con quienes lo conocen bien. Los dones siempre serán validados por los creyentes que nos rodean. Es poco probable que tenga el don de enseñar si nadie que lo conoce lo considera un maestro. Y si siempre canta desafinado o tiene problemas rítmicos, es probable que el coro o el equipo de alabanza no sean para usted.

Otra forma de determinar sus dones es intentar usarlos. Si siente que tiene el don de sanar, ore para que las personas sean sanadas y vea qué sucede. Si se siente atraído a ayudar en la guardería (servir), pruébelo. A medida que vaya dando pasos de fe, tendrá una idea de lo que Dios le está llamando a hacer, y otras personas pueden ofrecerle comentarios para ayudarle a guiarse. Si todavía no está seguro de qué dones ha recibido, ¡no se preocupe! Ore y pida claridad. Hable con su pastor o con un anciano. Dios no le va a dejar en la oscuridad respecto a los dones que le ha dado y cómo lo ha llamado. El Espíritu Santo finalmente le dará ojos para ver y el poder para servir a los demás.

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Reorientaciones Necesarias

Written By

Stephen R. Clark?is the former editor of?Christian Bookseller Magazine?and a regular contributor to the Christian Freelance Writers Network blog. He has written for Adams Media,?Bookstore Journal,?Christian Century,?Eternity, and other publications. He has also project managed and edited dozens of books with Bridge Publishing and Wiley Publishing, where he worked in the Consumer Dummies division on the ?For Dummies? books. Stephen lives with his wife, Beth Ann, in Lansdale, PA. Learn more about him and his writing at?www.StephenRayClark.com.

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