David caminaba con dificultad el largo camino de la entrada, arrastrando los pies en la tierra. Skippy lo miró, como preguntándole qué pasaba. Cuando David llegó a la casa, fue directamente a la isla de la cocina, dejó caer un paquete sobre la mesa y se sentó mirándolo.

“¿Para quién es la caja?” Preguntó mamá.

“Para mí. Es mi regalo de cumpleaños de Papa y Nana”, respondió David. “¿Por qué enviarían un paquete? Mi cumpleaños es el domingo y siempre traen mis regalos cuando vienen”.

“No sé. ¿Por qué no abres la tarjeta que viene con al paquete?

David abrió el sobre y sacó una colorida tarjeta de cumpleaños con notas de Nana y Papa. “Papa ha estado enfermo y no tiene ganas de viajar en este momento”, informó David con tristeza. “Tenía muchas ganas de hacer galletas con Nana y de ir a cazar con Papa. ¡Que lástima que no estarán aquí!

“Pero enviaron un regalo”, señaló mamá.

“¿Quieres abrirlo?” preguntó papá.

“Quizas mas tarde. En este momento estoy muy decepcionado de que no van a estar aquí. Aprecio el regalo, pero realmente quería pasar tiempo con ellos”.

“¿Sabes en qué me hace pensar esto, David?” preguntó papá.

David sonrió. “No, pero apuesto a que se trata de Dios”.

“¡Sí! Me conoces bien”. Sonrió papá “Me recuerda al David de la Biblia de quien se decía que era ‘un hombre conforme al corazón de Dios’. Tenía una relación estrecha con Dios, aunque a veces todavía cometía errores. Aun así, escribió muchos salmos que hablaban de su amor por Dios y de la presencia de Dios, como el Salmo 16:11: ‘En Tu presencia hay plenitud de gozo’” (NBLA).

Mamá estuvo de acuerdo. “Que David entendió la necesidad de tener a Dios siempre con él, así como tú sientes la necesidad de tener a Papa y a Nana físicamente aquí contigo”.

“Vaya”, dijo David. “Eso me hace pensar en lo triste que debe estar Dios cuando solo oro y le pido cosas. No paso suficiente tiempo solamente disfrutando de Su presencia, leyendo Su Palabra, compartiendo mis pensamientos con Él y escuchando Sus respuestas. Quiero Sus regalos más que Su presencia cuando hago eso”.

Papá sonrió. “Esa es una poderosa forma de ver las cosas, David”.

“Sí”, mamá estuvo de acuerdo. “Se te ocurrió una idea realmente importante que mucha gente pasa por alto. Dios no es un genio en una botella que concede deseos. Él es un Padre amoroso que quiere lo mejor para Su pueblo, y eso incluye una relación cercana y amorosa con Él”.

David parecía pensativo. “Voy a esperar para abrir mi regalo hasta mi cumpleaños. Entonces puedo hacer FaceTime con Papa y Nana y disfrutar pasar tiempo con ellos de esa manera. Ahora mismo, voy a subir y pasar tiempo con mi Padre celestial leyendo mi Biblia, pidiéndole a Dios que me ayude a entender realmente lo que dice y compartiendo mis pensamientos con Él. Voy a concentrarme en estar en Su presencia”.