por Marcia Sanders
“¡Oye, David! ¡Necesitas guardar el equipo deportivo!” Gritó Pedro. “Ah, y no te olvides de limpiar cada pieza antes de guardarla”.
„¡Ese Pedro es un mandón!“ Murmuró David. “¿Cómo es que no puede tomar su turno para limpiar las cosas para variarle? Me trata como si fuera su sirviente o algo así”.
“Bueno”, respondió Jason, él es el líder del equipo y tiene muchas otras responsabilidades. ¿Es tan malo limpiar el equipo? Yo te ayudaré.
“No, limpiar no es difícil, pero me canso de que me trate como su esclavo”.
“¿Sabes a quién no le importaba servir a los demás?” preguntó Jason.
“¿A nadie?” respondió David sarcásticamente.
“No, a Jesús”.
“¿Qué te hace decir eso? Jesús es nuestro Señor y Rey, no nuestro sirviente”.
“Claro que lo es. Pero, ¿recuerdas lo que leímos en Lucas 22 la semana pasada? Los discípulos discutían sobre quién de ellos era el más grande, y Jesús dijo que el más grande tenía que convertirse en el más pequeño y que Él mismo estaba con ellos como un siervo. De hecho, en Filipenses 2:7, Pablo dijo que Jesús se despojó a Sí mismo al tomar la naturaleza misma de un siervo. No parece que ser un siervo sea algo malo a los ojos de Jesús”.
“Nunca lo había pensado de esa manera”, reflexionó David. “Al servir a los demás, estoy sirviendo a Jesús, ¿verdad? Eso lo pone todo bajo una luz completamente diferente. En lugar de resentir el trabajo que me piden que haga, puedo pensar en ello como otra forma de servir a mi Señor. Se siente casi como un honor. He escuchado al pastor Dan hablar sobre ser llamado, y siempre me lo había preguntado. Quiero decir, no tenemos un tablero de mensajes donde Él pueda publicar trabajos. Tal vez estar disponible para servir a los demás sea una forma en que respondemos a Su llamado”.
David comenzó a silbar mientras él y Jason limpiaban meticulosamente el equipo deportivo, haciendo que cada pieza pareciera nueva. Los chicos estaban tan absortos en su trabajo que no oyeron que se abría la puerta del cuarto donde estaba el equipo.
“¡Guau!”, exclamó el entrenador Bryan. “No creo haber visto nunca un equipo con tan buen aspecto, y sé que nunca he visto a nadie disfrutar limpiándolo. Me encanta tu actitud y la seriedad con la que te tomas tu trabajo. Ese es el tipo de jugador que estoy buscando. Cuando terminen, vengan a buscarme y tomaremos un helado y hablaremos sobre sus roles en el equipo”.
Jason miró a David. “¿Escuchaste eso? El entrenador quedó realmente impresionado con nuestro trabajo”.
“Apuesto a que vino para ver si realmente estábamos haciendo lo que se supone que debemos hacer”, se rió David. “¡Vaya, se llevó una sorpresa! Me pregunto qué quiso decir con eso de hablar sobre nuestros roles en el equipo”. “Pronto lo sabremos”, sonrió Jason. “Por ahora, terminemos este trabajo para poder tomar ese helado y escuchar lo que tiene que decir el entrenador”.
