Cuando La Esperanza Es Todo Lo Que Tenemos

FacebooktwitterredditpinterestlinkedinmailReading Time: 4 minutes

Cuando La Esperanza Es Todo Lo Que Tenemos

Palabras de aliento durante COVID-19 de un familiar salmo. 

por Whaid Rose 

Recientemente, mientras leía el salmo 42, el versículo 4 empezó a tomar un nuevo significado para mí. Dice así:

Recuerdo esto y me desahogo en llanto: yo solía ir con la multitud, y la conducía a la casa de Dios. Entre voces de alegría y acciones de gracias hacíamos gran celebración.
    

Esto es un buen tema para “conversaciones de corona”. Nuestras circunstancias en COVID-19 nos hacen sensibles a tal sentir. Dicho brevemente, el salmista lamenta el hecho de que no puede ir a la iglesia como antes lo hacía.

Para aquellos que están tratando de lidiar con no poder asistir en forma regular a la iglesia y la alegría que lo acompaña, este es un recordatorio de que la Biblia habla a nuestra pérdida. Los cristianos y judíos viviendo con esa extraña realidad de bancas vacías en las iglesias durante la reciente Semana Santa no se quedan sin esperanza, como dice el salmo.

La esperanza del salmo 42 a veces se ve oscurecida por como tomamos los primeros versículos. Honestamente, por lo general yo me desconecto después de leerlos. Estos versículos se leen y se cantan apasionadamente como una expresión de amor a Dios y el compromiso de seguirlo:

Cual ciervo jadeante en busca del agua, así te busca, oh Dios, todo mi ser. Tengo sed de Dios, del Dios de la vida; ¿Cuándo podré presentarme ante Dios?

Composición original

Debemos considerar la composición original de este salmo, y la inscripción que se encuentra al principio es un buen lugar para comenzar: “Al músico principal. Masquil de los hijos de Coré.”

Aquí se indican varias cosas, incluido el hecho de que el autor está entre los que dirigen la alabanza del tabernáculo y que esta pieza musical es un poco complicada. Por lo tanto, requiere habilidad adicional – ese es el significado del término musical masquil.

Canto de exilio

Este autor y su grupo de alabanza se encuentran en una situación difícil, lejos de casa. En Notas Sobre los Salmos (Notes on the Psalms), el autor G. Campbell Morgan escribe que “este es el canto de un exilio, y además, de un exilio entre enemigos quienes no tienen compasión de sus convicciones religiosas.”

Esto explica porque las lágrimas han sido la dieta principal del salmista por un tiempo, provocadas por las preguntas burlonas de sus enemigos que demandan, “¿Dónde está tu Dios?” (v.3).

No es de extrañar que su alma esté abatida, y su espíritu “perturbado” dentro de él (v. 5), “un abismo llama a otro abismo” (v. 7), probablemente se refiere a las oleadas de emoción que lo abruman hasta el punto de la desesperación.

Lamento

Ahora podemos colocar este salmo en su categoría apropiada. Hay diferentes tipos de salmos: oración, alabanza, sabiduría, lamento, real o mesiánico, acción de gracias, etc. Es obvio que este es un salmo de lamento, escrito para expresar dolor profundo, pérdida, y aflicción.

Desde esta perspectiva, los versículos iniciales probablemente son un grito de desesperación, en lugar de una declaración atrevida de cualquier cosa. Quizás el ciervo no tiene idea de dónde está el arroyo. Y tal vez el salmista pregunta “¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?” es otra forma de preguntar, “¿Alguna vez volveré a la iglesia?”

Buscando esperanza

La hermosura de este salmo se demuestra en lo que hace el autor a pesar de su miseria. No solo habla con Dios (v. 9-10), también habla consigo mismo, con su propia alma. Dos veces pregunta, “¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar?” (v. 5, 11).

Y como la respuesta es obvia, el salmista le ofrece a su alma este consejo: En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!

Tomen en cuenta que el no minimiza su dolor ni explica su tristeza. Más bien, en medio de la oscuridad, se recuerda a sí mismo de las cosas que Dios le mostró en la luz. Aún en el exilio, rodeado por sus enemigos, él recurre a lo único que tiene: esperanza. 

Necesidad vital

La crisis provocada por el brote de coronavirus es un recordatorio muy claro que nosotros no estamos a cargo de nuestras vidas, que nada es seguro, y que hay cosas que ni los gobiernos más poderosos del mundo pueden controlar. Su mejor estrategia en esta batalla es la esperanza.

Entonces cuando la esperanza es todo lo que tenemos, tenemos todo lo que necesitamos. Cuando el mundo de repente se detiene, cuando el aislamiento y la soledad se convierten en la nueva normalidad, cuando las campanas ya no suenan para los muertos, y cuando el temor de un futuro desconocido acecha el corazón, nos queda la esperanza – la única cosa sin la que no podemos vivir.

Esperanza y lamento

Se ha dicho que los “seres humanos pueden vivir cuarenta días sin comida, cuatro días sin agua, y cuatro minutos sin aire. Pero no podemos vivir cuatro segundos sin esperanza”.

El salmo 42 es un recordatorio que la coexistencia de la esperanza y el lamento en el mismo corazón no solamente es normal, sino saludable. En estos días, consejeros y profesionales de la salud mental subrayan la importancia del lamento. Es una gran parte de la narrativa bíblica, y sabemos por experiencia que de las cenizas de dolor surge la esperanza.

La respuesta cristiana

N.T. Wright captura este principio en la conclusión de su reciente artículo sobre la forma en que los cristianos deben responder al COVID-19:

No es parte de la vocación cristiana, poder explicar lo que está pasando y el
por qué. De hecho, es parte de la vocación cristiana no poder explicarlo – y, en lugar de eso, lamentarse. Así como el Espíritu se lamenta dentro de nosotros, nos convertimos, hasta en
nuestro auto-aislamiento, en pequeños santuarios donde la presencia y el
amor sanador de Dios pueden habitar. Y de eso pueden surgir nuevas posibilidades,      nuevos actos de bondad, nuevo entendimiento científico, nueva esperanza. 

¿Nueva sabiduría para nuestros líderes? Eso es algo.

Ejercicio de esperanza

¿Siente desesperación por tener que quedarse en casa? ¿Se siente aislado y con temor? No se queden sentados, cantando sus tristezas. En lugar de eso, vuelva a leer el salmo 42, pero esta vez con el enfoque en el lamento mezclado con esperanza. Léalo en varias traducciones. ¡Piense en ello como un “ejercicio de esperanza”, o como un caldo de pollo para el alma de COVID!

Como el salmista, sus problemas no han terminado, pero la esperanza que viene en su próxima liberación le dará la fuerza para mantenerse en el camino. Como dijo Vivian Greene, “La vida no se trata de esperar a que pase la tormenta; se trata de aprender a bailar en la lluvia”.

 

Whaid Rose, ex presidente de la Conferencia General, es decano del Centro Artios para Liderazgo Vibrante (Artios Center for Vibrant Leadership), y también pastorea la Iglesia de Dios en Newton, NC. El y su esposa, Marjolene, viven en Denver, NC.

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail