Bienvenido y Dando la Bienvenida

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El 8 de mayo de 2021, nuestro padre, el pastor Pedro S. Capetillo, fue sepultado para esperar el regreso de nuestro Señor y Salvador. Las historias que compartió de su testimonio y conversión siguen resonando durante las cenas y reuniones de nuestras familias. Al reflexionar sobre la importancia de crear una cultura de bienvenida en nuestras iglesias locales, nos dimos cuenta de que la vida de papá fue una serie de oportunidades en las que la gente, usada por Dios, le dio la bienvenida. He aquí un resumen de lo más destacado.

26 de agosto de 1935 — Papá fue bienvenido en este mundo por su familia de trece hermanos en Laredo, Tamaulipas, México.
10 de mayo de 1962 — Pedro Capetillo, de veintiséis años, emigró a los Estados Unidos y fue bienvenido por su tía en San Antonio, Texas.
5 de junio de 1965 — Papá se mudó a Houston, Texas, donde empezó a trabajar para una compañía de construcción de cercas, bienvenido por el dueño, el Sr. Rutherford.
Septiembre de 1965 — Papá le dio la bienvenida a un nuevo compañero de trabajo (Daniel Sánchez), quien le habló del evangelio mientras cargaban estacas, colocaban postes y compartían los descansos para almorzar.
Primavera de 1966 — Un equipo de béisbol de la Iglesia de Dios (Séptimo Día), Los Tecolotes, le dio la bienvenida a papá como uno de sus lanzadores iniciales. Una de sus pasiones era lanzar una bola curva después de una bola rápida, lo que hacía que las rodillas del bateador se doblaran.
Abril de 1967 — Papá fue a su primer servicio no católico por invitación de su catcher, Rubén Dávila, que era el pastor de la iglesia en Houston, Texas. Papá fue bienvenido a la iglesia, a pesar de llevar una caja de cigarrillos en el bolsillo delantero de su camisa.
10 de diciembre de 1968 — Después de aproximadamente un año de estudiar la Biblia durante el almuerzo y hacer preguntas después de los servicios, papá fue bienvenido al cuerpo de Cristo y bautizado por el pastor Manuel Solís.
Primavera de 1969 — Los ancianos dieron la bienvenida a papá al grupo de líderes de alabanza y predicadores, lo guiaron a través de sus errores y lo alentaron después de sus tropiezos en el púlpito.
Febrero de 1971 — Papá fue bienvenido a un cuerpo selecto de pastores laicos, donde comenzó a trabajar en la construcción de una misión en un suburbio de Houston llamado Conroe.
Agosto de 1978 — El Comité de Licencias y Credenciales le dio la bienvenida a papá como ministro de la Iglesia de Dios (Séptimo Día).
Julio de 1990 – Papá fue bienvenido al grupo de ministros con credenciales. Tuvo la oportunidad de trabajar en Houston, Texas; Denver, Colorado; Albuquerque, Nuevo México; y Midland, Texas.
10 de septiembre de 2019 — Papá fue bienvenido entre los ministros jubilados con credenciales, donde sirvió como mentor y animó a varios ministros jóvenes, particularmente a mi hermano y a mí.
29 de abril de 2021 — Papá fue llamado a descansar por un tiempo, solo hasta que regrese nuestro Salvador.

Aunque el certificado de defunción de papá dice 30 de abril de 2021, los que estaban en la sala vieron el evento pacífico de alguien que confiaba en Cristo para la salvación tomar su último aliento unos minutos antes de la medianoche del 29 de abril. La enfermera entró aproximadamente quince minutos después de que ya sabíamos que papá estaba descansando. La enfermera declaró la hora de la muerte a las 12:10 a.m., pero nadie en la sala se preocupó de corregir esos detalles. Nosotros creímos que ahora este hombre esperaba una oportunidad más de ser bienvenido: el momento en que escuche su nombre, seguido de “Vengan ustedes, a quienes mi Padre ha bendecido; reciban su herencia, el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo” (Mateo 25:34).

Nuestro turno

Estamos plenamente conscientes de que no todos los testimonios se dan de esta manera. Sin embargo, con la misma certeza, nos damos cuenta de que nuestras jornadas cristianas han estado adornados a lo largo de los años con muchas oportunidades de bienvenida: cuando entramos en la iglesia por primera vez o dimos nuestro primer sermón; cuando participamos en la obra de teatro de los niños o nos mudamos a una nueva ciudad y nos unimos a una nueva congregación.

Con toda honestidad, esos momentos de bienvenida han sido una parte integral del por qué estamos en la comunidad de la iglesia en donde servimos hoy.

Ahora, con la publicación de El Arte de Ser una Iglesia Acogedora en enero, damos las gracias a todos los hermanos y hermanas que están orando por este proyecto y nos ayudan en el camino. También estamos preparando el lanzamiento de una página web para programar los talleres de una Iglesia Acogedora, en donde tratamos con una pregunta incómoda: “¿Acogemos a todos los que Dios envía a nuestra comunidad, o sólo acogemos a los de nuestro círculo privado?”.

Nuestro padre fue acogido en una iglesia que le proporcionó un entorno enriquecedor. Hoy, él descansa, pero sus ocho hijos y sus cónyuges, veintisiete nietos y treinta y dos bisnietos siguen adorando y sirviendo a Dios en nuestra iglesia. ¿Sería su iglesia del tipo que da la bienvenida al aparente extraño con una caja de cigarrillos asomando por su bolsillo delantero, sin saber lo que podría resultar de esa visita? ¿Permitiría que Dios usara la iglesia para revelar el potencial que Él ve en esa nueva visita?

El testimonio de las Escrituras

El concepto de acoger a las personas se encuentra repetidamente en las Escrituras, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Lo encontramos en la iglesia primitiva y queremos que se nos conozca por ello incluso en la iglesia del siglo XXI.

No todos los que entran por nuestras puertas llegarán a ser pastores o presidentes del ministerio femenil. Sin embargo, todos deben ser acogidos como personas valiosas que pueden hacer que nuestra comunidad sea más profunda, más fuerte y más diversa. Queremos esto para nuestras iglesias locales porque este es el diseño de Dios para Su iglesia.

Santiago 2:1 nos enseña este concepto. Leámoslo en diferentes versiones:

Hermanos míos, no tengan su fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo con una actitud de favoritismo (NBLA).

Mis amados hermanos, ¿cómo pueden afirmar que tienen fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo si favorecen más a algunas personas que a otras? (NTV).

Hermanos míos, ustedes han confiado en nuestro poderoso Señor Jesucristo, así que no deben tratar a unas personas mejor que a otras (TLA).

Nuestra oportunidad está a nuestro alcance. Podemos ser parte de una iglesia que no muestra favoritismo, comparte el evangelio, y da la bienvenida a todos sin parcialidad. La Iglesia de Dios (Séptimo Día) puede impactar al mundo con la forma en que recibimos a nuestros invitados. Podemos ser una pieza más en el plan perfecto de Dios para cualquiera que busque una relación con el Salvador. Podemos ser la iglesia acogedora que Dios utiliza para cambiar la vida de las personas y las generaciones futuras.

No dude en ponerse en contacto con su superintendente para programar los talleres de la Iglesia Acogedora para su evento local. Que Dios bendiga a Su iglesia y Su visión de las iniciativas “Vengan y Vean”.

Moises Capetillo
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Moises Capetillo served the Church for several years in various roles under his father, Pastor Pedro S. Capetillo, in Houston, TX; Denver, CO; and Midland, TX. A recent graduate of Artios Christian College, Moises now resides in Albuquerque, NM, where he serves as the senior pastor of the Church of God (Seventh Day), alongside his wife, Victoria, and six children.Ê